lunes, 31 de octubre de 2011

Capitulo 4: "Un buen amigo"

Esa noche estaba lloviendo. En serio llovía mucho; y para la buena suerte de Yami, ella  no traía suéter ni mucho menos un paraguas, por lo que se conformó con cruzar los brazos frente a su cuerpo, intentando guardar un poco de calor y cubrir sus pechos para que a través de la blusa, no se notara cuanto frio tenía. Y permaneció esperando fuera de la escuela.

“Maldito clima…" -pensó- "Esta tarde estaba soleado y ahora llueve... ¿Acaso mis padres no piensan venir por mi?... ¡Me congelo!” - Y mientras, miraba con gesto impaciente a los coches que iban y venían por la avenida, para recoger a los alumnos que como ella esperaban debajo de la lluvia.

De pronto, al otro lado de la avenida vio caminar a Akita y Takeshi sobre la acera. “Así que no sólo conviven en el salón, sino que ¿También se van juntos?”. Deseo ir y poder despedirse de ellos, pero de inmediato desecho esa idea, pues aunque a Takeshi ya le hablaba bastante bien y confiaba en él, ahí estaba Akita, por quien ella aún sentía un poco de miedo e incomodidad; así que permaneció mirándolos desde la distancia.

Los vio platicar entretenidos sobre algo, pese a que no parecían bastante satisfechos... y realmente sintió una repentina curiosidad. pero no quería molestar “al-chico-de-los-ojos” ya que temía no agradarle. De hecho, hace días se había sentido bastante intimidada por él y su actitud; pues solía mirarlo de vez en cuando y notó que su mirada fría perduraba, incluso al estar con sus amigos o alguna chica -y vaya que lo había visto con muchas chicas-.Y temia que en realidad él fuera así de frivolo, incluso con sus novias, y lo fuera peor con ella...

― ¿Yamile? ― una voz masculina se escucho detrás de ella, y provocó que ella dejara de divagar y diera un salto por el repentino susto; dio un pequeño gritito y giro el cuerpo para ver quien la buscaba. Entonces, le propino un golpe en el hombro a aquel chico, que en vez de quejarse, sonrió como ensimismado“¡¡Qué extraño eres!!”- pensó enfadada de que la hubiera tomado sorpresivamente¡Demonios Kenta!dijo mientras se sujetaba el pecho, sintiendo a su corazón aún demasiado agitado tras el susto ― ¡Siempre apareces detrás mío! ¿Qué, acaso te crees fantasma?... ¡Nunca te escucho y de seguir así, me causaras un infarto!... No llegues así de la nada… ― dijo ella de manera entrecortada.
― L-lo siento, n-no era mi intención asustarte… ― tartamudeo un poco Kenta. Parecía apenado, pero Yami no intento tranquilizarlo, pues realmente la había sobresaltado y hecho enojar Es que, te vi aquí de pie, solita, mojándote y… por un momento pensé y desee que no fueras tú… ¿Quieres cubrirte con mi chamarra? Hace frío.
― Eeeeh no. Gracias, pero ya estoy empapada, por lo que terminaría mojando tu chamarra por dentro y bueno… de todos modos, mis padres vendrán por mi…
― Insisto ― Mientras decía eso, se quito del hombro la mochila y empezó a quitarse la chamarra. Yami lo miraba fijamente y negaba con la cabeza, a la vez que lo empujaba para que no le diera la chamarra; pero en ese momento, el celular de Yami sonó…
"¿Yami? ¿Dónde estás?” ― dijo una voz femenina al otro lado del auricular.
¿Mamá?... ― No esperó a que respondiera afirmativamente y prosiguió ― Aún estoy aquí en la escuela esperándolos…
"Lamento hacerte esperar, pero íbamos para allá en el auto, cuando este se apagó y ya no logramos hacerlo encender ni moverlo… ¿Crees poder regresar sola a casa o ir a casa de tu abuela, mientras?”
― No puedo ir sola a casa, pues no tengo nada de dinero para el camión… y me da miedo ir sola de noche.
“Tan inútil y distraída que no previste tener dinero… mmm… ¿Entonces podrías esperar un rato más? Yo iré para allá…”
― De acuerdo, aquí los espero ― pero antes de que terminara de decir eso, su madre ya había colgado.  Entonces, Kenta le pregunto ― ¿Qué pasa?… pareces disgustada….
―…mis padres… venían por mi… pero tardaran un poco mas… fallo el auto… me dijeron que esperara… ― dijo Yami hablando entre dientes.
― Ya veo… entonces toma mi chamarra y ya no te mojaras.
― No quiero… Te lo agradezco en serio, pero no. ― En ese preciso instante, la lluvia comenzó a aminorar; por lo que Kenta miro al cielo con cierto resentimiento… ― ¿Estás segura? Estas mojada y hace frió  Te resfriaras.
― Claro… ya casi ha dejado de llover… ― Dijo ella apartándose un poco de el. Porque nunca había permitido que le prestaran una chamarra, y aunque se le hacia un gesto muy amable de su parte, con él no haría ninguna excepción.
― Y tus padres, ¿Tardaran mucho?
― No tengo idea… mi mamá dijo que venía en camino…
― Ya veo… bueno, esperare contigo hasta que lleguen…
― No tienes por qué hacerlo.
― Eres mi amiga y no pienso dejarte sola. Aunque insistas y sea una molestia, no lo hare… ― Kenta sonrió, se sentó en la banqueta en donde el suelo estaba más seco y se recargó contra la pared. Luego  invitó a Yami a sentarse también.

Ella lo miro... sí, Kenta era bastante curioso, y por la forma de mirarla que tenía ahora, volvía a figurarsele a un cachorro cuando desea algo. Pero fue esa mirada justamente la que hizo que riera y la convenció de permanecer a su lado mientras ambos esperaban.
Y así, ambos comenzaron a platicar; el tiempo paso y aun no llegaban por Yami. Aunque llamaron un par de veces a Kenta, sus padres pasaron a en el auto por él, pero les explico el motivo por el cuál aún no quería irse. Y aún así, él no se iba ni la dejaba sola...
― ¿Qué hora es Kenta? ―pregunto Yami mirando en la dirección que se supone llegaban sus padres, y sintiéndose incomoda por hacer esperar a Kenta... 
―Falta media hora para las doce…― dijo mirando su reloj, de una forma tan tranquila, que hizo que Yami se alterara aun más…
― ¡¿Qué!? ¡Ya casi es media noche y aun no llegan!! ¡Joder! ― Se levanto y comenzó a caminar de un lado a otro…
―Tranquila Yamile… ― dijo Kenta poniendose en pie también con las manos extendidas, como si quisiera sujetarla y detener su ansioso andar ― Ya no tardaran en llegar… te prestaría mi celular para que les llamaras pero no tengo crédito  Aunque mis padres pueden llevarte a tu casa...

― Eso no serviría, mis padres no están en casa...

― Puedo buscar de dónde marcarles... o.... puedo llevarte a mi casa y les marcas ahí...

Yami no lo escucho ― ¿Cómo puede ser?... nunca tan tarde…demonios… ― seguía alterada y balbuceaba frases sueltas sin sentido, hasta que Kenta la sujeto de un brazo…
― ¿Podrías tranquilizarte por favor? No te preocupes… yo estoy contigo… ― y al decir esto, le sonrió…
Ella lo miro unos cuantos segundos, suspiró y finalmente dijo― Gracias Kenta. Eres un buen amigo y en serio me la he pasado bien contigo y no he sentido que pase el tiempo…  “pero aun hay algo que no me agrada mucho en ti…" - concluyó mentalmente.
En ese momento, Kenta la miro a los ojos; Yami -así como era de obsesiva en ver detalladamente los ojos- se percató que él tenía unos oscuros ojos color marron... no le gustaban. Pero Kenta la distrajo, se puso serio y tartamudeando dijo ― Yami yo… t-tengo que decirt-te al-algo… y es important-te ― Yami se puso seria también por su forma de hablar, y antes de que ella pudiera decirle algo, escucho como gritaban su nombre…
― ¡Yamile! ― hacía ella iba caminando su madre ― Lo siento pero vine caminando….
― No te preocupes…. Kenta estuvo acompañándome….
― Muchas gracias por cuidar a esta mocosa….
― No hay de que. No es molestia… Yami es mi amiga… ― dijo esto, y sonrió ― Bueno... ya debo irme… es noche, y  mis padres ya deben estar un poquito aburridos... Nos vemos mañana… y... quisiera charlar contigo Yami…
― De acuerdo, gracias y adiós… cuídate mucho por favor…
Luego Yami miro a su madre con reproche, y comenzó a caminar a la par con ella. ― Tardaste mucho...

― Ya, me disculpo. No estuviste tan mal acompañada de todos modos.... y tu amigo es muy gracioso!

Cuando ambas llegaron a donde estaba el coche, su padre ya las estaba esperando. Y no era el único, pues sus hermanos también estaban en el coche....

― Métete al auto... ya vendrá la grúa  ― Le dijo secamente su padre, y Yami lo obedeció.

Así esperaron una grúa hasta las 2 de la madrugada… Mientras, ella se coloco los audifonos, y se entretuvo escuchando música y pensando en esa "cosa importante" que Kenta quería decirle...
***
La tarde siguiente, Yami llego a la escuela, y se alegro que al entrar al salón, cerca de su lugar, estuvieran sentados sus amigos, y más aún llamo su atención que “el chico de los ojos” estuviera tan cerca de ella….
― ¿Puedo pasar profesora?
―Claro…
Mientras caminaba a su asiento, Akane la miro fijamente ― ¿Otra vez tarde Yamile? ― le dijo en un tonito de reproche con el que Yami se enfureció, pero prefirió no responder, y mejor se sentó y saludó a los que la rodeaban…
***
La clase siguió, y al terminar, Kenta sonrió y miro a Yami.
En ese preciso momento, Yami se sobresalto, pues su celular vibro por un mensaje que acababa de recibir…
“Quisiera hablar contigo fuera del salón… 
Porque la verdad es que me gustas mucho Yamile…  y siento mucho el decirte esto por este medio, pero es que no me siento digno de ti, ni con el valor para verte de frente para decirlo... 
Lo que realmente quisiera saber, es que sientes tú por mí, y si pudiésemos ser algo más que simples amigos...
Att: Kenta…”
“Que tonto!...” penso Yami tras el mensaje, y levanto la vista para mirarlo…   “…no te enamores de mi… y menos me lo digas así…” ― Yami pensaba esto, pero se levanto y camino hacia la puerta, mientras sabía que Kenta la seguiría…

Estuvieron aminando, y cuando llegaron a una zona en la escuela, en donde estaban solos, Yami se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo de frente.

Fue entonces, cuando por fin se dio cuenta que no le gustaba de él: Su expresión.

Ahora que podía comprender ese gesto en su rostro, sabía que precisamente no le gustaba eso… ese gesto en la forma de mirarla y sonreír cada que ella estaba cerca… esa mirada como de cachorrito... ese gesto que demostraba la atracción que sentía por ella, pero que en vez hacía que ella lo repeliera, porque ella sencillamente no podía quererlo, al menos no de la forma en que él quería. “No podría salir con él” se dijo a si misma… “… y lo quiero, pero como un buen amigo, y no así… no debes arruinar eso Kenta!…”
Él balbuceo cosas sin sentido, y se sonrojo, hasta que la miro de frente y dijo ― Ya t-te lo he dicho… se que estúpidamente, y siento que no debí decirlo en un mensaje, p-pero te considero demasiado como para haber podido decirlo de frente… por eso el men-mensaje…
― Kenta yo…
― ¡Me gustas Yami!... ¡Y mucho!… me gusta tu forma de ser… tu inteligencia… me gustan tus hobbies. Eres una chava muy linda…. ¡Realmente me gustas!…..
― ¡Basta! ― Yami cortó las palabras antes de que siguiera inútilmente… y sin embargo, él continúo.
―… quiero saber si podría ser yo algo más que un amigo para ti…
Yami esperó hasta que él se tranquilizara, y lentamente le dijo ― Kenta… no puedo hacer lo que quieres; porque eres un buen amigo, y te quiero. De verdad te aprecio!… pero no puedo… no quiero algo así ahora….
― ¿Puedo al menos, saber por qué? ― Aún no se inmutaba… era como si creyese que había una oportunidad…
― Porque… antes de venir a esta escuela, yo estuve tontamente enamorada, y por eso sé lo que sientes… pero me lastimaron mucho Kenta; haciéndome sentir que podían quererme y mandándome a la fregada al mismo tiempo… Y ahora, no me atrevo a quererte como tú quieres… al menos no aún, porque aunque lo intentara, yo te lastimaría del mismo modo que lo hicieron conmigo; y no quiero lastimarte Kenta… 
― Ya veo…  y creo entenderlo… ― él asintió ― Me duele, pero lo respetaré por ahora.... aún así me gustaría que siguiéramos siendo al menos amigos... … ¡Te quiero!…. Eres una buena amiga…. Por eso me gustas…
― De acuerdo… amigos… ― Yami se sentía mal, y para no empeorar más las cosas, simplemente no dijo nada más.

No hubiera querido rechazarlo, pero prefería hacerlo y lastimarlo así, que lastimarlo aún peor dándole falsas esperanzas…
***
Yami iba caminando al salón, y pensaba en la forma en que Kenta se marcho, sin decir nada más; y le dolió de alguna forma el dolor de Kenta… 

Entonces, cuando más distraída estaba y pensó, irónicamente   que necesitaba ya no pensar en ello, “el chico de los ojos” se coloco a su lado…
― Yamile… ¿a ti te gusta mucho Gorillaz cierto? ― Le dijo repentinamente.
― Sí, ¿cómo lo sabes?
― Lo dijiste al presentarte ― lo dijo como si fuera obvio, pero sin ser grosero, y sonrió ― y sólo preguntaba, porque a mí también me gusta su música…
Yami no pudo contener la emoción. Le agradaba que a él también le gustara….―¡En serio! No conozco a mucha gente que les guste…. ― y sonrió, recibiendo una sonrisa de él también sin decir nada mas…
Estaban frente a la puerta, y ambos entraron al salón; pero antes de que él fuera a sentarse, Yami recordó algo y le pregunto: ― Oye… dirás que soy estúpida, grosera o distraída, pero… no recuerdo tu nombre…
― Soy Akita Usui… aunque pocos me llaman Usui…o por mi nombre...
― De acuerdo… entonces  te diré Akita-kun, claro, si no te molesta ― Recibió a cambio una sonrisa, y ella también sonrio. Estaba contenta de que cada vez hablara más con alguien que le causara tanta curiosidad como lo hacía Akita…

Capitulo 3: "Primeras Palabras".

Yami iba caminando por el patio de la escuela, y a su paso, muchos se le quedaban mirando fijamente.

Ya estaba acostumbrada a atraer suficiente atención como para que se le quedaran mirando, pero que eso no bastara para que la gente se le acercara a entablar una conversación; y eso no le importaba en lo más minimo. Pero tampoco aquellos que se atrevían a hacerlo se quedaban mucho platicando con ella, pues sabia que era un poco aburrida en una conversación, pues preferia dejar que el resto hablara mientras ella se recreaba mentalmente en lo que ellos le decían.

Pero de cualquier modo, no solía conocer a mucha gente, y recordo que Kaiya -su mejor amiga- insistia que era debido a que la gente no miraba debajo de ese pequeño rostro serio con gafas, y que ella tampoco se interesaba en hacerle notar a la gente que había una chica inteligente, risueña y extrovertida   más alla de esa cara y cuerpo lindos. Yami suspiro al pensar en ello. Ella era tímida y sólo con la gente de confianza solía ser extroverida; pero debería cambiar esa forma de interactuar con el resto, pues no le traía nada bueno.

Prueba de ello era que ya llevaba casi dos meses en esa escuela, no se acoplaba aún al resto y no había hecho muchos amigos. “Al menos tengo algunos... ” pensó, mientras caminaba por la explanada de la escuela.

Durante todo este tiempo, con quien más platicaba, era con la pequeña Akane, quien le parecía una chica realmente curiosa. Akane solía alterarse y deprimirse por hasta la más mínima cosa; pero cuando estaba con un humor agradable era una chica confianzuda y entusiasta; aunque también tenía cierto aire petulante y orgulloso. Además del hecho que gustaba de ligarse a varios chicos… tenía cierto toque sarcástico en su forma de hablar, y una personalidad sumamente cambiante. Si, era una chica que realmente podía desesperar a Yami, pero la consideraba una buena amiga y le agradaba su forma de ser, por eso la toleraba y aconsejaba en vez de malhumorarse… “Ella no es una mala chica, y me siento cómoda con ella”

De pronto, mientras caminaba y pensaba en todo esto, a lo lejos miro a varios chicos entre los que estaba “el-chico-de-los-ojos”, como solía llamarlo Yami, pues había olvidado su nombre. El tipo que tenía esos ojos, que a la vez la atraían y  la intimidaban, y que hacían que no tuviera el valor para acercarse y hablarle… “Si no es él quien me habla, yo no tengo intenciones de hacerlo…” y es que temía que si se acercaba de más a cualquier chico, este chico confundiera sus intenciones…
― ¡YAMIII!... ― En ese momento, Akane corría hacia ella mientras en su mano se agitaban unas hojas de papel impresas, que le tendió al llegar junto a ella ― Yami-chan, aquí tengo los temas que debemos abordar durante el trabajo para entregar la semana próxima; y esto es lo que tienes que investigar tú. Después pondremos opiniones, comentaremos, y demás…

―De acuerdo, ¿Y las demás chicas, ya están haciendo lo que les corresponde?

Sí, no te preocupes, ya les avise… sólo faltabas tú, que pese a sentarte detrás mío, eres una pequeña escurridiza. ― y diciendo esto, le dio una sonrisa picara y un golpe en la frente con las hojas  Pero recuerda que debes cumplir… y no entregar este trabajo tarde, como sueles hacerlo al llegar a clases…

“Demonios… ya deben conocerme y criticarme por mi impuntualidad….” pensó mientras reía avergonzada.
Bueno, vámonos a clase  y diciendo esto, Akane arrastro a Yami hacía el salón.

***                                             

Pero aún así, Yamile estuvo distraída durante la clase, y las miradas insistentes de Akane para que prestara atención no surtieron efecto, si no que al contrario, parecia que ella descaradamente centraba su atención en otras cosas. Saco unas hojas blancas, y comenzó a dibujar; y mientras estaba absorta haciendo lo que más le gustaba, una voz detrás de ella la interrumpió.


Disculpa, ¿tendrías algún color rosa que me prestaras?... es que estoy dibujando algo y no tengo el color…


― Claro ― Yami busco en su bolsito, se dio media vuelta para tenderle el lápiz de color a quien había hablado y cuando ella se giro, se encontró con “el-chico-de-los-ojos”…  Tan perdida había estado dibujando que no se percato que él estaba detrás de ella durante todo este tiempo; y ahora el tipo la miraba fijamente a los ojos. Entonces, ella vio de nuevo esos ojos, que defiitivamente eran muy hermosos. Eran los mismos que había visto el primer día. Unos ojos tan profundos, tan cálidos, con tanta energía, que Yami aseguro estar mirando directamente el alma de Akita a través de esos ojos ― To-toma… dijo ella tartamudeando al mirarlo y sintiendo como su rostro se sonrojaba mientras le tendía el color con una sonrisa. Él tomo el color, y correspondió con otra sonrisa, mientras igualmente parecía sonrojarse.

Ella no supo cuanto tiempo estuvo mirando a Akita; pudieron haber pasado años y ella nunca se hubiera aburrido de ver esos cálidos ojos. Lo recorrió con la mirada, desde su corte casual despeinado y con un flequillo que le cubría parcialmente el rostro de rasgos marcados; hasta su ropa, ya que llevaba una camiseta azul de estilo psicodélico que le gusto a Yami y que de cierta manera, le parecío cernirse mucho más en sus brazos… La posible visión de esa fuerza, la hizo sentirse aún más cohibida.

De pronto alguien llamo su atención, hablándole detrás de ella…  Me gusta como dibujas dijo la voz de Kenta Ashitaka, un chico al que Yami había comenzado a hablarle recientemente, y eso porque él mismo se había acercado para pedirle uno de sus cuadernos de apuntes.

Ella detuvó su inspección, sintiendose un poco incomoda y miro a Kenta. Era un chico distinto a los de su edad. Llevaba el cabello corto y bien peinado hacía atras con gel; vestía el pantalón de mezclilla ceñido hasta la cintura sujeto con un cinturón, y la camiseta de manga corta estaba fajada dentro del mismo. No era el tipo convencional que vestía demasiado casual o con fachas… tenía una personalidad agradable, aunque algo en su presencia hacia que no le agradara del todo… “Quizá me estoy volviendo muy desconfiada…" solía tranquilizarse, al tener esa sensación estando junto a Kenta.

Gracias, aunque hay personas que dibujan mejor que yo.

No lo sé, talvez. Pero a mí me gusta tu estilo. ― Y le dedico una sonrisa, que sin ser grosera, a Yami se le figuro parecida a la de un pequeño cachorro mimado, por lo que ella también rió.

El resto de la clase, Yami intento concentrarse en su dibujo, sin prestar atención a las furtivas miradas de Kenta o Akane, pero seguía pensando el volver a girarse y ver a ese chico otra vez…

mmm… ¿Yamile?... ella giro el rostro cuando escuchó que él le hablaba, y para su sorpresa, al mirarlo se dio cuenta que sus ojos lucían de nuevo fríos y distantes. ― ¿Qué pasa?


La clase ha acabado y pensé, que debía devolverte lo que me prestaste… pero…


¡Oh no te preocupes!... pu-puedes… quedártelo… yo ya no-no lo ocupo… “¿Por qué no dejo de tartamudear?!!” se decia internamente y de nuevo el tono rosado, parecido al que Akita sostenía, se presentó en sus mejillas.


Gra-gracias tartamudeo él. Y con esto, el brillo regresó a sus ojos cuando se sonrojo también.

***

Yami salió apresurada de la escuela, y en cuanto el coche de sus padres paso a recogerla, los saludo efusivamente y se arojo al asiento trasero con una sonrisa en la cara.

― ¿Por qué tanta felicidad repentina? ― preguntó su madre, mirandola con curiosidad.

― Bueno, hoy fue un día bueno. Las clases estuvieron bien, me dió tiempo de hacer un bonito dibujo. ― Yami detuvo sus palabras bajo el sonido del motor del auto que su padre acababa de accionar y aprovechó para hurgar entre sus cuadernos y sacó un dibujo de Gorillaz que le tendió a su madre para que lo viera. Entonces prosiguió ― Y he comenzado a hablarle a más gente...

― Suena bien. Pareces estar feliz. ― Su madre sonrió y su padre solo emitió un gruñido que Yami no supo interpretar.

Definitivamente estaba muy contenta. Por fin había hablado con ese chico; y aunque ella no se sentía con el valor de hablarle más por si sola…. Esperaba, que después, pudiese tener una mejor amistad con él…
Ese chico de los ojos...

Capitulo 2: "¿Amigos...?"

Yami sabía que ya llevaba dos semanas en aquel grupo y le parecia sumamente patetico que aún no se sintiera acoplado a él. Ya que pese al tiempo transcurrido, hacia gala de sus torpes habilidades sociales, y aún no le hablaba a nadie. Ni siquiera se había acercado a hablarle a la única persona que le había atraido:"aquel-chico-de-los-ojos”… Porque, como era tan distraida, ¡¡Ni siquiera recordaba su nombre!!!

Pero, a decir verdad, no quería acercarse mucho a nadie. Necesitaba ese momento de soledad, justo porque realmente no quería estar rodeada de más personas pues tenia miedo de que la lastimaran o traicionaran.  Además, al no tener amigos o distracciones, se le facilitaba concentrarse en sus materias y trabajos escolares, garantizandole unas calificaciones satisfactorias.

Entonces, un día, una de las profesoras, hizo que eso cambiara.
— Jóvenes, pienso que llevan ya el suficiente tiempo interactuando entre ustedes. Así que con esto, ya podrán reunirse en equipos de trabajo, porque es necesario para realizar ciertas actividades. Además necesitamos que elijan a un "jefe de grupo", quien representara a este salón frente al resto de la escuela...—  los miro por un momento, sopesando sus reacciones y dejandolos pensar. Y prosiguió —  Por lo tanto, ahora elijan a candidatos para llevar tal responsabilidad, es algo que ya es urgente.
En ese momento, la multitud empezó a hablar y a elegir chicos que consideraban “apropiados”. Pero en medio del tumulto, una voz potente, solamente dijo — Elijan a Yamile, ella se ve interesante… — Al oír aquello, Yami giro el rostro sorprendida de que alguien eligiera a “la antisocial”… y no esperaba que un chico al que ni siquiera conocía, siquiera la nombrara.
Esa era la primera vez que miraba a ese chico, quien la miraba de frente. Yami solamente quiso apartar la mirada, pero no pudo. Fue la mirada de aquel chico la que llamo su atención, pero no lo hacía de  igual forma a cómo ya lo había hecho otra mirada, porque esta, lucia ¿distante?... Además, aquel chico ni siquiera se molesto en mostrar una sonrisa para Yami. Había algo en ese chico que a la vez llamaba su atención, a la vez la repelía… y mientras intentaba zambullirse en esos ojos, intentando descifrar qué diantres tenía la mirada de este chico, la profesora la interrumpió…
—Muy bien, estos son los candidatos — dijo la profesora señalando el pizarron. Y ahí, pese a su disgusto,  estaba escrito el nombre de Yami también. — Ahora, voten y elijamos a uno...

Resultó, que al final de aquella clase ya habían escogido a un representante; y para su buena suerte, Yami no había sido seleccionada; así que cuando ella por fin se disponía a salir de aquel salón, una voz a sus espaldas la llamó.
— Te llamas Yamile Genji ¿cierto?
“No bobo, sólo me he inventado ese nombre en la primer clase para hacerme más interesante…”  - pensó ella con ironía; pero en vez, contesto — Claro, esa soy yo. — y mientras decía esto, se giro para ver quien le hablaba y se topo con ese chico que la había nombrado para candidata durante la clase.
— Lamento haberte escogido hace rato… quizá no te lo esperabas, pero como dije, tú tienes algo que se ve interesante.
— No te preocupes, al final no paso nada interesante respecto a eso… — dijo ella un poco incomoda.
— Durante tu presentación el otro día, dijiste que te gustaba dibujar… —  dijo él sin rodeos.
— Pues, no sólo gustarme. Realmente AMO dibujar. — respondió sonriente Yami, haciendo enfasis en la palabra "amo", y más relajada de tratar un tema que ella conocía, comodo y satisfactorio.
— A mi también me gusta dibujar mucho… — dijo él, quién repentinamente pareció recordar algo y espetó — Oooh por cierto soy un tonto, yo me llamo Takeshi Haro. — y le tendió una mano para saludarla.
— Es un gusto. — respondió ella con una sonrisa de cortesía y con algo de desconfianza.— Ahora si me permites, tengo un asunto pendiente en el sanitario… — concluyó y se dio media vuelta.
Cuando Yami regresó al salón, miro en torno a ella. Observó atentamente a cada uno, buscando con cierto recelo a alguna persona.

De pronto, su mirada se topo con el rostro de Akita y al recordar de nuevo esos ojos, se sonrojo. Evitando pensar en aquello, continúo observando a los demás, buscando quién podría no tener ya un equipo y  se veía interesante para formar un equipo de trabajo con esa persona. Pero su búsqueda terminó cuando una chica se paro frente a ella y la saludo —Hola Yamile-chan, yo soy Akane Chieko, aaam disculpa, ¿Ya tienes equipo de trabajo? 

La chica era algo que no se veía todos los días; llevaba el cabello corto hasta los hombros, suelto y teñido de varios colores, entre los que resaltaba sobretodo un color rosa pálido. Vestía de manera muy parecida al estilo de Yami, con pantalón de mezclilla entubado, blusa color negro con un estampado de mariposas al frente y zapatos negros marca Converse. Se veia una chica a la que le gustaba llamar la atención y que en su rostro llevaba una sonrisa amistosa, lo que hizo que Yami respondiera — No, aún no me uno con nadie, y gracias por preguntar… así que, ¿Puedo unirme contigo?
—Por supuesto, claro, si no te molesta estar con ellas también… — dijo Akane, señalando detras de ella. En donde estaban el resto de las chicas en ese grupo. Las cuatro la miraron con cierto recelo y no se veian demasiado amables. Sentía que no encajaria trabajando con ese equipo, pero decidió aceptar.

                                                                               ***
Yamile salió de la escuela, subió al auto donde estaban sus padres y una vez dentro, se inclino al frente para plantarles un beso a cada uno y saludarlos. —  ¿Qué tal el día de hoy? ¿Al menos ya le hablas a alguien? — preguntó su madre con un dejo de desinteres en la voz, como anticipando el ya conocido "BIEN" y "NO" como respuesta a sus preguntas.

—  Me ha ido bien ma'... de hecho, hoy sucedio algo interesante. —  Junko se sorprendió ante el repentino cambio de humor de Yami y giro medio cuerpo para poder verla desde el asiento frontal. Entonces, la insito a para que le contara los sucesos, dejandola emocionada y más curiosa sobre el como se estaría desenvolviendo su hija en un nuevo ambiente...

***

Ahora se encontraba tumbada sobre el colchon, pensando en Akane y Takeshi... ese día le había parecido productivo, pues incluso aunque no tuviera el animo para socializar por si misma, dos personas ya le hablaban sólo porque se veía "interesante". Sonrió emocionada y lentamente se quedo dormida. Sabía que no podía hablarle a la gente con facilidad a menos que tomara confianza... y ya estaba confiando en que las cosas comenzarian a mejorar.

lunes, 17 de octubre de 2011

Capitulo 1: "El primer encuentro"

— Hey Yami… ¿Acaso estas escuchando?... ¡YAMI! — mientras decía esto, sacudió a Yami del hombro derecho, y la hizo que regresara de sus divagaciones…
— Eeee…. Sí, disculpa mamá… yo… yo estaba…  — aquella chica parpadeo un par de veces, y giro el rostro con expresión desorientada. Evidentemente se notaba que hasta ahora, en realidad no había prestado atención.
— Eres demasiado descuidada. Justo te decía que no fueras así de distraída y aprendieras bien el camino para que  tú puedas venir sola sin que haya necesidad de que yo te acompañe…  — dijo irónicamente  aquella mujer, que lucía demasiado joven para tener una hija adolescente.
— Claro, si me he dado cuenta… estamos en…. aaaam… 

Yami volvió a mirar a su alrededor. Realmente daba la impresión de que no sabía ni dónde estaba. La mujer la miro y tras algunos segundos, comenzo a reirse de su expresión —  Bueno, levántate ya, que aquí bajamos…

Entonces, ambas bajaron del camión y cruzaron la avenida. No era un sitio para nada feo; de hecho, Yamile se habría mostrado encantada con ese ambiente, pero su cabeza, como siempre estaba hecha un caos. — ... y aquí esperas otro camión que te dejara justo enfrente de tu escuela; solo tardas un par de minutos más…. — prosiguió su madre. Ante lo cual Yami trato de rescatar el sentido de lo que ella le estaba diciendo, pero en realidad no estaba concentrandose, pues estaba divagando en cosas sin sentido, sobre lo que estarían haciendo sus amigas en ese justo momento…. “Demoniooos… en verdad las extraño…”  

— Oye Yami…. ¡ya has visto la hora!!! — la apresuro repentinamente su madre — Llegaras tarde…
—Ya lo sé… No lo digas…  — dijo con voz hastiada la chica mientras fruncia el ceño levemente, cómo sí le fastidiara oír de nuevo esa frase.
* * *
— Supongo que uno de estos debe ser mi salón — se dijo a sí misma Yami, mientras iba caminando por uno de los pasillos de la escuela que le habían indicado. Lo cierto es que estaba un poco perdida, y no era la única, pues había un par de chicos que aún estaban en el pasillo con expresión aburrida o extraviada, y que lucían demasiado jovenes como para ser de otro grado que no fuera el primero. Entonces, ella fue caminando de salón en salón,  deteniendose frente a cada uno de ellos para ver los números de cada salón.. De pronto vió el número del salón correspondiente y se detuvo para mirar por la ventanilla de la puerta. — ¡Aquí es!.... — dijo — Muy bien… prepárate para entrar y llamar la atención de todos como siempre, y todo por llegar tarde… Y yo que deseaba pasar desapercibida.
Entonces, toco la puerta, y la abrio un poco — Disculpe profesora, ¿Puedo pasar?
— Oooh claro, adelante… — contesto con voz suave la profesora. Yami entró y miro en torno, buscando un asiento desocupado y que no fuese llamativo; pero el salón estaba casi lleno, no había muchos lugares vacios y no había nadie que llamase su atención cómo para desear sentarse junto a esa persona.
— Espera señorita, íbamos a presentarnos, pero por haber llegado tarde tú serás la primera ¿Cómo te llamas? Dinos algo acerca de ti… que te gusta, que no te gusta, ¡resúmete!... — dijo con tono alegre y jovial la profesora.
“Eeh demonios, ¡¡Si lo que no quiero es llamar la atención desde el primer momento!!” pero en vez de quejarse abiertamente, suspiro y avanzo hacía el frente, para que todos pudieran mirarla y escucharla.
— De acuerdo. Yo soy Yamile Genji… y… — en ese momento, Yami se vio interrumpida por un golpe en la puerta…
— Disculpen, ¿puedo pasar?.... — Ella giro el rostro para ver mejor a quien la había interrumpido. Y ahí, de pie bajo el arco de la puerta, estaba un chico que se le figuró sumamente intimidante. Era un tipo muy alto de complexion fuerte, que se notaba sobretodo en los hombros y los brazos, y los rasgos en su rostro eran muy marcados para ser un chico adolescente como el resto, por lo que ella supuso al menos tendria 18 años. Y en cuanto él entró al salón, lo primero que vio, fue a Yami…
“Que curioso, otro que me mir…” pensó Yami en un primer momento, pero detuvo esa linea de sus pensamientos al mirar atentamente a sus ojos. Porque lo que vio, le atrajo…. “Esos ojos son distintos a todos los que he visto”. No la miraban como todos; y eso que había visto muchas miradas de chicos hacia ella. La habían mirado con amistad, cariño, deseo, lujuria, decepción, tristeza… pero nunca así... Esos ojos le parecieron tan hermosos, que bien pudo haberlos mirado para siempre sin cansarse. Hasta que alguno de los dos retiro la vista.
Tras eso, Yami suspiró. Se sentía como una niña pequeña frente a todos, y temblaba un poco ante el reciente suceso, pero siguió con su presentación diciendo todo lo que le gustaba… hablo sobre su hobbie y pasión por dibujar, hablo un poco sobre el tipo de música que escuchaba y algunos otros detalles que considero relevantes... y una vez que termino, avanzo hacia un asiento.

Entonces, la profesora hablo: — Oye, ¿por qué no pasas bien? — dijo aquello refiriéndose a  aquel chico, quien miraba como ensimismado hacia enfrente y que seguía de pie en la puerta, sin haber entrado aún. — Vamos pasa y preséntate ahora tú…
Aquel chico se colocó dónde antes había estado ella y comenzó  a hablar  — Bueno… eem yo me llamo Akita Usui… — pero entonces, Yami dejo de prestarle atención, pues estaba  concentrada, intentando ver esos ojos…. “¿Acaso fué mi imaginación?... ya no son iguales…”

Los ojos de Akita ahora lucían distintos a los de hace un momento. Esos ojos alegres que habían llamado la atención de Yami, ya no estaban y en su lugar solo había un par de ojos oscuros. Tan negros, que habían perdido el brillo, y que se hayaban contrastados por la aparente sonrisa de Akita. Esa era  la misma expresión que Yami sabía, estaba en su rostro. Ambos de aparente rostro sonriente, pero con unos ojos que reflejaban el vacio del alma de una persona…

Prologo

Yamile es una chica de 15 años, que a diferencia de las chicas de su edad, no está interesada en tener un millon de amigos -o siqiera tener alguno-, ni destacar por ser bonita, ni tampoco le interesa si se ve bien, o si habra alguna fiesta los fines de semana. De hecho Yamile es una chica timida, que nunca ha destacado para los chicos,  poco segura de si misma, reservada  y desconfiada de las personas.

Ella piensa que lo unico que atrae a las demás personas es su habilidad para plasmar diversas escenas o personajes sobre el papel, y las buenas notas escolares, y pese a sentirse orgullosa de ambas cosas, desearia no ser así, pues con ello solo ha atraido durante años a gente hipocrita que la utiliza para sus propios fines, y ha llegado a desconfiar tanto de la gente, que se ha vuelto muy fria y cerrada. Pero cuando entra a la preparatoria y va conociendo a diferentes personas, su forma de ver las cosas y a si misma va cambiando...