martes, 31 de julio de 2012

Capitulo 31: "Quiereme..."

Yami estaba sentada frente a su escritorio, mirando la pantalla de su laptop con gesto ausente y concentrado. De pronto, alguien toco la puerta de su habitación:

― Sayu ya llegó. ¿Puede pasar a tu habitación? ― dijo la voz de su madre.

― ¿Eeeeh? Sí claro. ― Respondió Yami sobresaltada, y al instante se abrió la puerta y Sayu entró.

― ¡Yami! ¡Cuánto tiempo sin vernos! ― dijo entusiasmada su amiga ― ¿Cómo estás? ¿Qué tal te ha id..o? ―  De pronto Sayu  se detuvo pues vio el rostro de Yami, quién tenía un zurco de lágrimas recorriéndole el rostro. ― ¿Qué...? ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?

― Es... es por... est... Akit... ― Comenzó a balbucear Yami. ― Mira. ― Termino por decir, y le mostró la pantalla para qué ella pudiera leer lo qué ella había estado viendo hasta hace un momento.

― ¿Qué se supone que es esto?

― Es... es un escrito de Akita... yo encontré su fotoblog y entonces lo agregué. Ésta es una entrada que él hizo hace poco... léela.

Sayu miró y comenzó a leer. En el escrito, el tal Akita escribía que se encontraba enamorado de una chica, quién aparentemente estaba saliendo con otro chico; y parecía que a Akita le incomodaba y dolía aquella situación, pero al mismo tiempo, aceptaba de buen grado aquello con el fin de saber que ella estaba bien y esperaba que ella se encontrara contenta con eso. Era evidente que esa chica en verdad le gustaba.

― ¡Woa! Ese chico escribe lindo; aunque lo noto algo sombrío... y triste. ― dijo Sayu al finalizar ― ¿Por qué esto te ha hecho llorar? Por cierto, ¿Quién es ese Akita?

― ¡Akita, sonsa! Ya les he hablado a todas ustedes de él ¿Recuerdas? Un chico misterioso, alto...

― El que mencionaste sobre sus ojos, sí mal no recuerdo.

― Sí, exactamente él. Y bueno... lo que pasa es que... esteeee... aaam... sinceramente Akita comienza a gustarme; siempre lo he querido y me gusta como amigo y persona, pero ahora,  creo que esto no es un simplemente cariño. Y... leer eso me duele... ya conoces cuan sensible soy.

― ¿Y por qué te duele?

― No estoy segura. Antes de salir de vacaciones lo notaba extraño y me quede con la sensación de querer saber que tenía para ayudarlo; y parece que ya he descubierto porque su estado de animo. Pero ahora... tengo la sensación de no querer que él este enamorado de aquella chica. 

― ¿Por qué no?

― No lo sé... no me agrada eso.

― Oye, espera... dices que justo antes de las vacaciones comenzó su comportamiento ¿No?... Mmmm y ahora dice estar enamorado de una chica que comenzó a salir con otro.... y por lo que escribe, también la conoce de la escuela....

― Ajá.

― Y... ¿No comenzaste a salir tú con Janao antes de vacaciones?

― Sí pero... Espera, ¿Qué insinúas? ― Le dijo ella al percibir su tonito suspicaz de intriga.

― Yami... estoy pensando en... y si... ¿No serás tú quién le gusta?

― ¿Eeeeeh? ¿Yo?... ― Sintió un calorsillo detrás de las orejas al pensar en ello. ― Naaah, eso no puede ser...  Es que no convivo mucho con él pese a que somos amigos; además, él conoce a muchas otras chicas. Podría ser cualquiera.

― Cómo tú...

― No creo. Además, eso no me hace sentir mejor.

― ¿Por qué?

― Mira, dejo un enlace en la página, alegando que inconscientemente ha puesto esta canción muchas veces frente a ella, para dedicársela... aunque ella no se dé cuenta. Es un vídeo... míralo.

Sayu dio click en el enlace y de inmediato comenzó a sonar "Der morgen danach" de Lacrimosa. Le presto atención al video y a la letra que venía escrita en él, y pareció comprender a lo que se refería Yamile. ― Es lindo, romántico... y triste... ¿Qué es lo que está mal?

― Pues... es una canción romántica y triste... quién dedicara esto debe estar muy enamorado, pero también muy triste; tan triste que se siente del modo deplorable que narra la canción. No es que me gustaría provocarle esos sentimientos a él. Aunque... por otra parte, sí me gustaría ser esa chica a quién Akita quiere. ― Al decir esto último, el rostro de Yamile comenzó a sonrojarse y se cubrió el rostro con ambas manos. ― Estoy confundida ― Dijo por último con voz ahogada, que sonó a través de sus manos.

― ¿Confundida en que sentido?

― Quiero a Akita mucho... tanto, que me encantaría ser esa chica de la que él está enamorado; dudo que lo sea, pero me encantaría serlo. Y al mismo tiempo, sí él me quisiera, eso quiere decir que yo soy la culpable de que se sienta mal. Y jamás había querido hacerlo sentir mal...

― ¿Y desde cuándo quieres a Akita? ¿No tienes a Janao?

― Desde que lo conozco lo quiero; aunque ahora es diferente.... y ya no....

― ¿Diferente, eh?..... ¿Y ya no estás saliendo con él?

― No... es un tonto y cortamos.

― ¿Por qué?

Yami la miro unos segundos y comenzó a contarle lo sucedido hacía poco con él. Cuándo termino, Sayu la abrazó y le dijo. ― No te sientas mal porque él te haya dejado de ese modo... Definitivamente es un tonto y me alegra que eso haya acabado.

― Lo sé, pero él ya no me importa. No lo quería ni lo quiero ahora; además, ya tengo a alguien más importante.

― Me alegra que no te sientas mal por alguien cómo él. No te merecía tampoco.

― Lo sé. Seguramente dirás que yo valgo más que un tipo así...  ― le dijo con sarcasmo; y de inmediato, prefirió cambiar el tema. ― Oye, por cierto ¿Has visto a Kaiya o Arween?

― ¿Eh? Nop, no las he visto... ― Sayu prefirió dejarlo pasar, al notar que el tema anterior molestaba a su amiga.  Seguramente debió hacerla sentir muy mal.

― Espero que estén bien....

― También lo espero; me preocupan.

― Ya, ya. Cambiemos a algo más alegre.... ¿Qué tal estuvo tu último viaje? ¿Te divertiste? ¡Cuéntame todo!

Sayu sonrió al ver a su amiga más animada. Y comenzó a contarle lo sucedido.

Aún así, la mente de Yami pese a prestarle atención a su amiga, también estaba divagando en un único deseo y la nueva esperanza que había abierto Sayu: Ser ella de quién estaba enamorado Akita.

¿Sería mentira?

Tendría que buscar una manera de averiguarlo...

____________________________________________________________
[...]

Aquí está por fin la canción de los capítulos anteriores. Pueden buscar la letra en la pestaña de "Extras..." 
^u^

sábado, 21 de julio de 2012

Capitulo 30: "¡¡Abre los ojos!!."

"No lo hagas hermanita... por favor." ― La voz de Akita resonaba todavía en sus oídos.

Ella en verdad quería verlo.

Akita....... te extraño...... - Aquel último pensamiento inundó totalmente su mente. Luego, todo dejo de tener sentido...

[...]

De pronto, ella abrió los ojos rápidamente y se sintió desorientada. 

No podía distinguir donde estaba, pues todo a su alrededor estaba oscuro, por lo que tardo un tiempo en acostumbrar sus ojos y poder distinguir mejor.

Poco a poco, se fue dando cuenta de que se encontraba en una pequeña habitación oscura en dónde no había nada más que una puerta; así que sin más opciones, avanzó hacía ella. Y una vez fuera, encontró una especie de lampara de aceite en el suelo y se agachó para tomarla; inmediatamente comenzó a distinguir más cosas en esa nueva habitación.

Era un sitió frío y sumamente grande, tan grande que no se alcanzaban a distinguir las paredes por la lejanía, o por que simplemente no las había. Había además, varios bultos de diferentes tamaños desperdigados por el suelo, los cuales para Yami eran familiares, pese a que no encontraba forma a aquello.

¿Dónde estaba? ¿Qué significaba aquello?

Entonces, comenzó a dar pasos hacía el bulto más cercano y fue consciente de algo más: Una vestimenta que le era familiar... Porque aquellos bultos eran personas; y no cualquier persona, sí no que ¡Se trataba de ella misma!

Un poco asustada, pero a la vez curiosa, se acercó más a "ella". Fue en ese momento, que se percató que no era exactamente ella misma, pues la chica en el suelo, pese a tener los mismos rasgos faciales y vestirse prácticamente cómo ella, se veía más joven. Entonces, Yami entendió que era ella pero cuándo tenía 14 años.

Lentamente se agachó y con cierta cautela, se toco. Eso hizo que la Yami de 14 años abriera los ojos y que Yami tuviese una especie de visiones, que reconoció cómo sus propios recuerdos a aquella edad: Vio cuando conoció a Tenshu; las travesuras hechas con sus mejores amigas; los diplomas y premios obtenidos... todos lentamente fueron pasando por su cabeza, hasta desvanecerse por completo.

Un poco aturdida todavía, Yamile se levantó tambaleante y sacudió la cabeza.

Avanzó entre los bultos y se reconoció en diferentes etapas de su vida. Había una Yami, por cada año de vida que llevaba; y se entretuvo acercándose a cada una de ellas y hurgando entre recuerdos agradables o melancólicos.

Pero repentinamente se  percató de que había un bulto de más: Una Yamile que estaba recostada al centro del resto, que llevaba puesto un vestido de color blanco y que tenía los ojos perlados de lágrimas. No hizo falta acercarse a ella para despertarla, sino que fue la chica quién tambaleante se levantó y avanzo hacia ella. Y al verla, Yami se dio cuenta de que era exactamente ella misma... y sin chistar, la chica la abrazó.

En ese momento, Yamile pudo ver toda su vida pasar. Los momentos más felices: cuando era una pequeña y solía divertirse con su hermano, cuándo llegó su primer perro, la vez que aprendió a andar en bicicleta...; ah, pero claro, también estaban aquellos tristes: todas esas veces que se sintió abandonada, olvidada y aburrida... todos sus esfuerzos fallidos. Y vio a las personas a quienes había conocido durante su vida, su amada Kaiya, la inocente Sayu., la sabia Arween, el alegre Janao, el tonto Takeshi, la impulsiva Akane, el sumiso Kenta, el neutral Kenichi, ese patán de Janao, y por último, al cambiante Akita y sus ojos que le encantaban...

"No lo hagas hermanita... por favor..."......... volvió a escuchar su voz...

Fue entonces, que la otra Yami la zarandeo, y la hizo regresar de sus divagaciones.  ― ¡Lo qui.quiero!... ― dijo con la voz cargada de emoción, pero entrecortada por las lágrimas.

― ¿Eeeeh? ¿A qué te refieres? ― preguntó consternada.

― Lo qui.ero... por fa..vor ¡Abre los ojos y da..date cuenta! Tú tam..también lo quieres.... ¡Y lo sabes!

― No te entiendo... ¿Qué es lo que se supone yo también....? ― De pronto, a lo lejos se escuchó pasos acercándose en esa dirección; por lo que Yami interrumpió la pregunta y observo atentamente. A lo lejos una silueta alta se acercaba hacia ellas.

En ese momento, la otra Yami de vestido blanco, se giró hacía aquella silueta con una expresión de emoción y alegría sumamente notoria. Entonces, ella se percató de a quién correspondía aquella silueta: se trataba de Akita.

Akita... Akita...

En cuanto lo vio sintió un vuelco en el corazón, acompañado de la incontrolable necesidad de abrazarlo. Y al tenerlo de frente pensó que él complacería aquel deseo, pues extendió sus brazos hacía ellas. Sonrió, por que por un instante, ella se emocionó ante la perspectiva de abrazarlo; pero en vez de eso, el abrazó a la otra Yami.

Ella permaneció un instante mirándolos; entonces pareció comprender.... "Eso" era a lo que se refería la otra Yami... a que quería a Akita.

Al darse cuenta de eso, comenzó a llorar. En serio lo quería; quería tenerlo frente a ella y abrazarlo, quería mirar esos ojos hermosos, quería sentirse protegida por él y protegerlo de vuelta, quería estar a su lado, quería hacerlo feliz, quería sentirse querida por él y poder mostrarle que lo quería; pero sobretodo, quería ser especial para él y no sólo ser un recuerdo del que pudiese olvidarse fácilmente... ¡EN VERDAD QUERÍA A AKITA!... Fue como si abriera los ojos ante sus verdaderos sentimientos.

Una canción bastante familiar sonaba en la mente de Yami al ver esa escena.... sabía que era una canción importante. Una canción que la hacía sentír sumamente feliz y también melancólica. Y mientras él seguía abrazado a la otra Yami y permanecían enlazados así, él claramente pronunció su nombre una y otra vez. ― Yamile... Yamile... Yamile, abre los ojos.

― Yamile ― Esa última voz, no había sido la voz de Akita, y Yami se sintió desconcertada.― Yamile... ― De pronto, se dio cuenta de que era la voz de su madre. ― Yamile ¡Despierta!

[...]

Yami abrió lentamente los ojos. Ya estaba de regreso en su habitación y su madre la llamaba. ― Llevas dormida toda la tarde, es hora de que despiertes.

Parpadeó un par de veces.
Eso había sido un sueño, y había estado tan profundamente dormida que lo sintió real...

― Sera mejor que te apresures. ― le dijo su madre ― Debes terminar los deberes...

Yami se incorporó.

Pese a que sólo había sido un sueño, había algo que aún sentía real y muy fuerte: La necesidad de ver a Akita.

Akita...

Sonrió complacida, de por fin darse cuenta de aquello. Era ironico, porque finalmente, de algún modo se dio cuenta que desde hace mucho sabía que había sido él...

Él era a quién ella quería. Él realmente le gustaba más que a nadie.

¿Cuándo podría volver a verlo?

______________________________________________________________________

De nuevo, la canción que escucha Yamile es de suma importancia... posteriormente leerán porqué ^u^.