sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 38: "Tiempo de espera."

― ¿Chicas, gustan  venir a comer? ― les preguntó la madre de Yami a ellas, a través de la puerta cerrada de la habitación.

― Si má', ya vamos ― le contestó su hija.

― Gracias señora ― respondió por su parte Akane.

Ese día era sábado, y Akane había ido a visitar a Yamile; ahora las dos chicas estaban encerradas en la habitación, platicando alegremente. 

Sucede que, después de que el día anterior Akita acompañara a Yami a su casa, ésta había olvidado marcarle a su amiga como lo había prometido. Por eso la chica había ido curiosa, a enterarse de las novedades.

― Pensé que después de marcharse juntos, algo iba a pasar entre ustedes ― dijo Akane con desilusión, en cuánto Yami le contó lo sucedido ― Ah, pero claro... ¡Tú eres una tontita!

― Ya...  Ya te he explicado por qué lo  hice ― dijo la aludida mientras suspiraba ― Es sólo que disfruté tanto de su compañía, que no quise arruinarlo o modificar las cosas aún. Ya llegará su tiempo...

― Ay... bueno, qué se le va hacer. ― dijo Akane, suspirando también. ― ¡Oh! Tu madre ha venido a buscarnos ya hace rato. ¡Vamos, que el olor ha hecho que me dé mucha hambre!

La chica salió precipitadamente de la habitación y se detuvo repentinamente al final del pasillo. Yami que también corrió tras ella, chocó con su amiga ― ¿Qué pasa?  ― le preguntó.

Akane se dio media vuelta; parecía estar repentinamente tímida. Entonces le susurró a su anfitriona:  ― Tu papá... 

― ¿Eh?

― Está en la sala, tontita ― y soltó una risita boba ― Dijiste que había ido a trabajar, incluso hoy. Y ahora me da pena ir a saludarlo.

― Pues habrá regresado temprano. Vamos, no seas boba ― Yami tomó a su amiga de la mano y avanzó hasta la sala ― Hola papá ― dijo quedo.

Él volteó a verla y sonrió de lado. ― Hola ― dijo secamente.

― Oh. Ella es Akane ―. Dijo la chica, sacando a su amiga de detrás de si misma ― Es una amiga de la vocacional.

― B.buenas tarde.s ― dijo con tímidez. Se le veía nerviosa ― Un placer conocerle.

― Sí, te recuerdo. Te he visto junto a ésta mocosa. ― se puso en pie ― Pues, vamos a comer.

Luego de eso, todos se sentaron a comer, tranquilamente.

― ¡Oh! ¡Está delicioso! ― dijo en voz alta la risueña chica de cabello teñido ― No había probado algo tan sabroso. ― Y se llevó otro bocado a la boca.

― Gracias ― respondió halagada la madre de Yamile.

― Pues deberá invitarme a comer más seguido, señora ― daba la impresión de que la chica cada vez se sentía con más confianza.


Luego de la comida, el resto se sentó en el sofá y comenzaron a ver un programa de televisión. De pronto Akane miró asombrada la escena y le susurró a su amiga.

― ¡Mira! Tu padre ha sonreído; jamás pensé que vería esto. ― Y rió por lo bajo también ― Me alegra estar contigo, tontita. Y ver a tu familia tan cómoda.

Yami sonrió. Le agradaba esa cercanía que tenia ahora con Akane.

― Oh, por cierto. Me comentaste que habías hablado con tu madre, acerca de Akita ¿No? 

La chica asintió.

― Cuéntame. ¿Qué te ha dicho ella, sobre esto? ― se le notaba un fuerte tono de emoción y curiosidad.

Entonces Yamile le hizo señas para indicarle que fueran a su habitación. 

― ¿Y bien? ― insistió su amiga, una vez que estuvieron a solas.

 ― Debo decir que no fue como lo planee  Yami suspiró ― No le dije a mamá que él me gustaba; más bien fue cómo decirle que él era un chico al que yo quería mucho y que hasta ahora era mi mejor amigo. Le comenté sobre lo mucho que disfrutaba de su compañía y las platicas con él. Incluso, le dije sobre el actual problema que él presenta con sus materias y el riesgo de quedar fuera de la escuela; así, cómo que eso implicaba que yo... pues que nosotros nos distanciáramos y quizá las cosas cambiaran...

― Supongo que tu madre entendió. ¿Qué te dijo de aquello?

― Me escuchó hasta el final sin rechistar. Y luego, me dijo que le agradaba que hubiera encontrado a un chico así; que lo mejor que yo podía hacer era apoyarlo y mostrarle que estaría a su lado siempre. Que incluso, aunque él saliera de la escuela... que yo solo podía esperar, y que si nuestra amistad era tan buena como yo creía, entonces seguramente podríamos superar el distanciamiento por muy largo o fuerte que fuese...  básicamente eso. ― Yami agachó la vista ― Lo mejor que puedo hacer, es esperar: Esperar a saber sobre sus sentimientos hacía mi, esperar a que él dé lo mejor de si, esperar a saber que pasará después... esperaré tanto como pueda. 

― T.tanto así... ¿De verdad lo quieres? ― preguntó su amiga, impresionada por aquello ― Tu mamá suena muy sabia; y comprensiva también.

― Me gusta más de lo que me había gustado cualquier otro chico. ― sonrió con melancolía ― Supongo, que lo que ella dijo, me ha dado cierto valor... aunque en realidad, pensar en la perspectiva de que él se aleje de mi... me duele.

― Ay tontita. ¿Y ahora, qué pasará con Takeshi?

― ¿Qué tiene que ver él con esto? Ya te dije cansinamente, que por él ya no siento para nada lo mismo.

― Pero... ― bufó y suspiró ― Supongo que te apoyaré tanto cómo pueda. 

― Muchas gracias ― dijo sentimentalmente la chica. Luego Akane la abrazó y la dejo sin aliento.

― Te quiero, aunque seas tontita. Y si quieres a Akita... pues ya sabes; no te rindas. Él no se ve tan malo.

― Eso espero. 

Yami estaba a gusto; confundida, dolida y preocupada, también. Pero dejaría que por ahora, las cosas pasaran como debían pasar.... por ahora, sólo le quedaba esperar.

¿Cuánto más?

Capítulo 37: "Espontaneidad."

― ¿Así qué sabes tocar la guitarra? ― le preguntó Akane, a un sorprendido Akita.

Justo en ese momento, Akane, Yoshiki, Akita y por supuesto Yamile, estaban en  la escuela. Ese día Akita se les había acercado, llevando consigo repentinamente, un escuche muy grande de una guitarra. Por ello la chica le había preguntado aquello.

― Ajáaa... podría decirse que si. ― dijo él.

― ¡Eso es genial! ― dijo entusiasta la chica. ― ¿Tú sabes tocar guitarra? ― le preguntó a su novio, mientras lo abrazaba por la cintura.

― Estoy en ello... ― contestó tímidamente el aludido.

Pero Yamile seguía mirando a Akita, que al darse cuenta de aquello, sacó la guitarra. Luego se recargó en la pared tras él y comenzó a mover los dedos sobre las cuerdas.

Yami lo escuchaba atenta, y pronto reconoció la canción. Se trataba de la canción de inicio de uno de los animes que Akita le había recomendado tiempo atrás; y aunque era muy sencilla la melodía y no requería realmente mucho esfuerzo de parte del chico, Yami quedó prendada de aquello.

― ¡Me gusta como suena! ― le dijo ella ― Ay, me gusta mucho esa canción... ¿Podrías enseñarme?

― ¿Te gusta la guitarra? ― le preguntó Akita ― ¿Sabes tocarla?

― Si, me gusta mucho. De hecho, ahora en las vacaciones pasadas, mis papás me han  regalado una; pero no he conseguido tocarla correctamente aún... y no hay nadie que me enseñe. ¿Tú podrías?

― Pues... en realidad, tampoco sé mucho. Recientemente he comenzado con esto. ― Luego comenzó a entonar una canción relacionada con una famosa serie de peliculas sobre un mago adolescente.

― ¡Ah! ¡Enséñame! ― dijo ella, muy entusiasmada y extasiada por Akita ― No importa si no sabes mucho.

― Solo son... melodías simples. ― dijo él, sin dejarse halagar.

― Pero, aunque sean cosas simples, podrías enseñarme lo poco que sabes. Quizá aprendamos juntos. ― le respondió ella, provocando que finalmente, él accediera.

Lo cierto es que lo que más le emocionaba de aquello, no era aprender la guitarra simplemente; sino que fuese Akita su "maestro".

Últimamente, las cosas no iban muy bien entre ellos. Él estaba muy distante de todos en general, lo que le impedía a ella, tratar de ser más especifica con sus sentimientos; y el hecho de que hace unos días, ella se enterara de que por su culpa él estaba "mal"... pues no le hacía sentirse mejor.

Pero después de pensarlo mucho, Yamile había decidido que no se rendiría tan fácil. Trataría un poco más con Akita, pues él en verdad le gustaba... hasta que claro, él dejara muy en claro, que no tenía interés en ella.

Por ello, no se opuso cuándo al salir temprano de la escuela, él se ofreció a acompañarla; alegando que no tenía nada mejor que hacer. Pero ya que Akane vivía relativamente cerca de ella, los 3 habían tomado el mismo camión.

― ¿Por qué nos acompaña? ― le susurró Akane, mirando a Akita, que estaba un poco alejado de ellas.

― Se ofreció a acompañarme.... ― dijo Yami, como si eso fuera obvio.

― Eeeea... ― le dijo su amiga con una enorme sonrisa ― ¡Pilla!

― Ya, cállate ― le susurró nerviosa Yamile. Y de pronto, su amiga rió por lo bajo, mientras miraba a Akita. ― ¿Qué te pasa ahora?

― Miralo. ― dijo Akane, ahogando una risa ― Es tan alto... que tiene que ir encorvado. Supongo que realmente debe querer ir contigo, para aguantar esa pose...

― Te dije que te callaras...

― ¿Por qué? ¡Mira, tontita! ¡Te has sonrojado!

Yami giró el rostro, evitando ver a su amiga, y se topó con los ojos de Akita, quién en una seña, le indicó que frente a él había un par de asientos vacíos. Entonces Yami le hizo una seña a Akane, avanzó nerviosa hasta él y tomo asiento. Ambas se sentaron, y luego ella miró a Akita.

― ¿G.gustas darme el es..tuche? ― le preguntó ella con un temblor de ansiedad en la voz  ― Para que no te estorbe.

Akita le sonrió y aceptó. Entonces ella lo tomó; le gustaba aquello. La hacía sentirse... más en confianza con él.

Luego de eso, los 3 fueron platicando el resto del camino; Yami iba distraida, hasta que de pronto, Akane le recordó que ahí debían bajar ellos dos.

― ¡Adiós tontita! Marcame en cuanto llegues a casa... o puedas hacerlo. ― le dijo su amiga sonriente.

Luego, ambos esperaron el camión, que los llevaba hasta la casa de Yami. Lo cierto es que ella lo notaba un poco desorientado, pero en ningún momento, dio señales de querer apartarse de ella. Ni siquiera cuándo una vez dentro de aquel camión, se sentó junto a ella y estaba en una pose muy incomoda.

Cuándo al cabo de un par de minutos, ellos bajaron, caminaron hacía la gran puerta del edificio donde ella vivía.

― Aquí es. ― dijo ella, sin querer despedirse aún.

― Oh, ya veo. ― él miró el lugar un par de segundos. ― ¿Damos una vuelta? ― preguntó finalmente.

Ella accedió y ellos comenzaron a caminar. Lo guió a través de calles, sin ir con un rumbo fijo; y de vez en cuándo, él se detenía a mirar alguna casa, o a comentar algo. Y aunque eran cosas vanas, ella se sentía a gusto. Estaba contenta caminando a su lado, aunque fuera algo tan sencillo como eso.

Fue en ese momento, cuándo ella se dio verdadera cuenta de que era esa actitud en él lo que le gustaba en serio: esa forma de hallar algo divertido en cualquier tontería o decir cualquier cosa y ser gracioso; porque era algo sumamente espontaneo. Eso le encantaba y le provocaba una sonrisa como ninguna.

Ella iba risueña pero sificientemente callada. Se sentía a gusto, pero también estaba nerviosa... sabía que estaba sonrojada y sentía a su corazón latir deprisa. Pero en cambio él, parecía tan natural a su lado...

¿Era cierto que ella lo hacía sentir mal?

Incluso, quiso aprovechar para decirle en ese momento, sobre sus sentimientos. ¿Cómo hacerlo? Pero finalmente desistió. Estaba disfrutando tanto de eso, que temía arruinar las cosas al decirle... Y suspiró. Ya se armaría de valor otro día; por ahora, solo disfrutaría esa sonrisas a su lado.


Cuándo finalmente empezó a atardecer y la temperatura bajó, ambos regresaron hasta la puerta del edificio dónde ella vivía.

― Supongo debo irme. ― dijo él.

― Si.... supongo. ― dijo ella con cierto pesar. Quería invitarlo a pasar... pero ¿Él querría? Además, seguramente su mamá los incomodaría.

¡Cómo quería ir y abrazarlo! Quería siempre ver esos ojos brillantes que él le estaba brindando... quería hacerlo tan feliz como pudiera.

En ese momento, Yami se dijo a si misma, que procuraría siempre hacerlo feliz; sin importar que tipo de relación hubiera entre ellos, ella siempre trataría de hacerlo sentir bien. Y de paso, ella quería ser especial para él... no quería ser sólo otra chica del monton que iba tras él; quería ser aún más.... tanto cómo él se lo permitiera.

Yami se sonrojo, al descubrirse a si misma teniendo esos pensamientos. ¿Qué es lo que este chico era capaz de hacerle pensar o sentir?

― ¿Sabes regresar por tu cuenta? ― preguntó finalmente ella, sintiendose un poco incomoda. Como una niña que ha sido pillada en un acto de travesura.

― Aaaah... ya averiguaré. ― él le sonrió, con esa confianza que la derretía por dentro. Como le gustaba esa sonrisa. ― Adiós. ― dijo, mientras él se acercaba, le plantaba un beso en la mejilla y luego la abrazaba.

Ella también se despidió, y lo vio caminar lejos. Esa fue la primera vez que sintió un vació al verle marchar, sin estar ella satisfecha de cortar su compañía...  quería tenerlo aún a su lado.

Luego, ella entró a casa y suspiró.

Debería comenzar a plantearse, el como decirle a su madre sobre él... ¿no? Después de todo, hasta ahora, no había conocido a alguien tan importante para ella.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 36: "¿Qué se supone que deba sentir? Todo por ti..."

Yamile iba conversando con Akane; ambas iban caminando por el patio en dirección a la salida.

Como eran los primeros días del segundo semestre, no tenían demasiadas cosas que hacer; por ello podían desperdiciar la mayoría de tiempo, paseando por ahí. E iban solas, porque el resto de sus amigos  ahora preferían pasar el tiempo en el gimnasio, entrenando. (Takeshi, Kenichi y Kenta también se habían unido al equipo de artes marciales, con Akita)

Lo cierto es que Yami se las había apañado para convencer a su amiga de dejar a Yoshiki a solas un rato, disfrutando de sus amigos; lo que le dio a ambas, la oportunidad de platicar en confidencia también.

Y aunque al principio Akane accedió, al cabo de un par de horas comenzó a mostrarse ansiosa por ver a su novio: por eso, ahora ambas buscaban al grupo de amigos de Yoshiki. Y aunque Yami no lo admitiera, quería ver a Akita, ya que de algún modo, ella también había visto que él solía pasar algo de tiempo con Yoshiki.

― ¡Mira!  ― dijo Akane con un dejo de alegría en la voz ― ¡Allá está! ― y señaló en dirección a un chico delgado y de cabello en puntas, que aún se encontraba muy lejos.

― ¿Estás segura? ― preguntó Yamile, que no alcanzaba a ver muy bien ― ¿Cómo has podido verle desde acá?

― Lo conozco; además es mi novio y ya quiero verlo.

Yami sonrió a medias. Y repentinamente fue jalada del brazo por una ansiosa Akane que caminaba a grandes zancadas.

― ¡Hola! ― le dijo Akane a Yoshiki, rodeandole los hombros con los brazos. El chico sonrió y le susurró algo; luego la beso. Todo eso provocó que Yamile comenzara a sentirse un poco incomoda en medio de esa escena cursi.

― Oh, por cierto. ― dijo Akane al separarse de su novio ― ¿Has visto a Akita?

― ¿Akita? Pues no, no lo he visto en un buen rato. No ha estado conmigo.

― Pensé que estaría... es que Yamile lo buscaba. ― En eso, se acercó y le susurró algo al oído. Lo que provocó cierto desconcierto en Yami, ya que Yoshiki la vio con cierta sonrisilla pícara.

― No. Tiene algo de tiempo que ya no lo tengo pegado a mis talones. ― dijo él ― Espero lo encuentres.

Luego, la pareja se despidió y ellas volvieron a su caminata.

― ¿Q.qué le has dicho? ― preguntó algo insegura Yamile, pues no sabía si era correcto preguntar.

― Eso ya no importa ― le dijo entre risas.

― Yo no quería buscarlo... le mentiste. ― dijo Yami, a  sabiendas de que eso no era del todo cierto.

― No fue mentira, yo sé que si. Además, el ver tu cara toda sonrojada, valió la pena.

De pronto, Akane se detuvo de golpe. Miraba anonadada una escena que sucedía un par de metros adelante: Akita iba con una gran sonrisa en el rostro, mientras caminaba acompañado de una chica delgada, pequeña, de largo cabello, y a la que no le pudieron ver la cara porque iba de espaldas a ellas.

Yami miró lo mismo que Akane, quién de inmediato la tomo de la mano y la alejó de aquel sitio.

― ¡Hey!.... ¡Hey! ― dijo Yami entre jadeos, tratando de mantener el ritmo de su amiga ― ¡¿Qué diablos... estás... haciendo?! ― finalmente Akane se detuvo, cuándo ya estaban bastante alejadas del edificio de aulas.

― Eso... eso no fue... bueno. ― le respondió su amiga, también hiperventilando.

― ¿Por qué me arrastraste hasta acá? ― le preguntó Yami, una vez que recuperó el aliento.

― ¿Qué no viste eso?

― ¿El qué? ― preguntó Yami algo confundida ― ¿A Akita?

― Si. Pensé que eso no era bueno para ti ― Akane la miró aún más confundida ― ¿O qué no estás celosa?

― Oh, eso. Pues, no es la primera vez que lo veo con alguna chica. ― le dijo Yamile ― Además, no tengo ningún motivo para sentirme celosa de eso; no es como si él y yo fuésemos algo.

― ¿Qué? ¿No sientes nada al verlo así? Yo conozco a esa chica, y no....

― No. ― dijo Yami interrumpiendola ― No me siento celosa... ya te dije que no veo porque estarlo. Él es libre de hacer lo que quiera, ya que no es nada mio.

― Pero... ― Akane parecía desconcertada.

Yami se sentó en una de las jardineras cercanas. ― Además, ni siquiera estoy segura de lo que él siente por mi. ¿Por qué armar toda esta pantomima y alejarme de ahí, solo por eso?

Lo cierto es que aunque no sentía celos, si se sentía extraña:

En primera, aunque no le había visto la cara, con solo ver caminar a la chica, la había reconocido. Ella también conocía a esa chica: era ella quién le hacía desaires con la mirada a Yami; quién al verla caminar, la barría con la mirada, y quién al pasar a su lado la empujaba. No conocía a la chica, pero le caía mal que la tratara mal, sin siquiera conocerla. Y le exasperaba verla a un lado de Akita, y que él le sonriera tan abiertamente.

Además, también extrañaba a Akita, porque ultimamente no había pasado demasiado tiempo con él; y aunque entendía que era debido a los exámenes y que él debía presentar para aprobar las materias, quería poder pasar más tiempo a su lado. Porque también temía que hubiera otro motivo para alejarse de ella...

Pero si todo eso era por el bien de él.

Akane la miró y suspiró ― Eres taaaan tontita. Pero supongo que sí está bien para ti.... regresemos al salón.

Fue al entrar, cuándo Yamile tuvo en verdad ganas de llorar: Akita parecía volver a estar decaído. Estaba sentado de nuevo al fondo del salón, sentado en una banca con la cabeza sobre la mesilla, y cubierto por su chamarra.

― ¿Qué ha pasado? ― preguntó en cuanto Kenta se acercó a ella.

Él chico que al parecer sólo iba a saludarla, pareció que se molestó por que alguien más le robaba la atención de la chica; aún así le respondió. ― No lo sé. Hace un instante estaba bien y platiqué con él; pero al entrar aquí... supongo que es todo el estrés de la escuela y las clases de judo y... ― pero Yami no lo siguió escuchando. Estaba preocupada, mirando a ese chico.

¿Sería verdad que era la escuela? ¿Las clases de judo? ¿Los exámenes?.... ¿Cómo podía ayudarlo?

― No creo que sea buena idea que tú vayas. ― le dijo la voz de Kenichi a sus espaldas.

― ¿Eh?  ― preguntó ella sobresaltada ― ¿Por qué lo dices?

― Aaaaaam... recuerdas qué... tú me dijiste que averiguara de él ¿No? ― le dijo pausadamente su amigo.

― Ajá.

― Pues. ― Suspiró. ― Tú eres el motivo.

Yami lo escuchó atentamente: ¿Yo? La idea no acaba de entrarle a la cabeza. ¿Cómo era posible que ella le provocara aquello?

En ese caso... ¿No era mejor que ella se retirara, para que él dejara de sentir eso?

Ella suspiró. Ciertamente se sentía mucho más frustrada que antes....

martes, 17 de diciembre de 2013

Capitulo 35: "No te alejes."

Yamile iba avanzando por el pasillo en compañía de Akane: Era el primer día del nuevo ciclo, por eso ellas se habían vuelto a poner de acuerdo para verse antes de ingresar a la escuela, porque afortunadamente habían vuelto a quedar juntas otro semestre. Y ahora iban caminando hacia su salón.

Ambas iban platicando, contentas por las cosas. Ambas esperaban entrar y encontrarse con algunas personas en aquel salón. Akane, con Yoshiki... y por algun motivo, ella ansiaba ver los ojos de Akita.

Pero al entrar a aquel salón, ellos no estaban. Aunque si que había alguien que le incumbía a Yami:

― ¿Cómo mierdas, pudiste andar con ella? ― El amigo de Janao no reparó en bajar la voz, o en dejar de señalarla cuándo ella entró. Yami simplemente hizo lo posible por ignorarlo.

Janao en cambio, no decía nada... simplemente se limitaba a reír. Y cuándo Yami lo miró, una parte de ella se alegró de comprobar que tenía el brazo enyesado. Se lo merecía.

― Al menos gané. ― Dijo cinicamente él. Eso fue suficiente para hacerla explotar.

― ¡Basta Yamile! ¡Sal del salón ahora! ― se interpuso Akane al ver como ella comenzaba a temblar de ira.

― ¡No pienso obedecerte!

― ¡Dije que salgas! ― La tomó de la muñeca y la arrastró hasta el pasillo.

En cuanto la chica enfurecida estuvo fuera de la vista de Janao, golpeo la pared con fuerza. Estaba descargando todo su enojo en ese golpe.

― ¿Quién se cree él para andar hablando tan cinicamente?

― Es un patán.

― Eso no le da derecho... y menos el haber sido mi novio. Aaaaagh... estoy tan furiosa que quiero ir a golpearlo justo ahora.

― Relájate, no le des el placer de verte así... disfruta y así será peor para él. Ya verás. ― Akane le tomo la manó y le sonrió. ― Mejor vamos a la ceremonia de inauguración de semestre ¿Te parece?

― Suena aburrido...

― Probablemente, pero allá no lo verás.

Así que ambas comenzaron a caminar hacía el patio, y se toparon con Takeshi. Aquello fue sorpresivo para Yamile; no esperaba encontrarlo tan rápido.

Él le sonrió. Fue la sonrisa más sincera que haya visto, y aún así, a ella no le importó.

Fue un sentimiento extraño. Porque aunque agradecía el gesto, no le dio la misma importancia que antes de las vacaciones. Su punto de vista de Takeshi había cambiado.

Y ahí, a lo lejos estaba el motivo: Akita iba caminando por el patio, dándole la espalda a ella. Él era el motivo de que ella perdiera el interés en Takeshi; los roles entre ellos habían cambiado. Ahora tenía más prioridad Akita...

¿Qué tanto podría llegar a quererlo?

Ella lo miraba caminar, alejándose de ella. Y no pudo evitar sentir ansiedad... él la atraía y no lo quería lejos. Eso sólo podía significar una sola cosa: Akita le gustaba

― Akane, si. Si me gusta en serio.

― ¡¿Eh?! ¿Pero qué has dicho? En verdad.... ¿Lo has visto bien? ¿Cómo te gusta él?

― Tú lo dijiste alguna vez: Ese chiquillo es genial... es algo que veo en su mirada.

― ¿Y qué hay de Takeshi? ― Akane la miraba como si se hubiera vuelto loca.

― Ya no. Ya desde antes me había cansado de él... ¿Porque la insistencía en reavivar el interés por Takeshí? ― Yami la miró, tratando de descifrar algo en su rostro.

― No es nada en particular.

― Pues de ser así, ya lo he dicho... Akita me gusta y necesito que me ayudes.

― ¿Ayudarte? ¿En qué?

― Escuché por boca de él (o mejor dicho, leí entre letras) que reprobó sus materias. Necesito que me ayudes a buscar, que sucederá con él a partir de ahora.

― Eso está bien. Aunque si aún las debe... sabes qué es lo que sucedera ¿No?

Lo sabía y eso la ponía ansiosa. Porque no quería que él se alejara.... no ahora.

¿Qué tanto más tendría que esperar?

lunes, 16 de diciembre de 2013

Capitulo 34: "Volvernos a ver."


Yamile miraba distraida la decoración y apariencia exterior de las casas; era un gusto y un hábito común que había tenido desde siempre; y que usaba para distraerse normalmente, cuándo esperaba a que la recibieran en casa de algún conocido. Por ello, estaba de espaldas a aquella casa, de la que pronto salieron...

De pronto, sintió que unos brazos le rodeaban los hombros; y casi se va de espaldas por el repentino peso. ― ¡Tontita!  ― Dijo al mismo tiempo una voz aguda ― ¡Si viniste!

Yami seguía sobresaltada por la aparición repentina de Akane y su salto efusivo; por lo que tardó un poco un contestarle: ― ¡Cl.claro! Te dije que vendría por ti y aquí estoy. ― Entonces, se liberó de aquel peso y fuerza del abrazo.

― ¡Ay! Siento que han pasado eternidades. Ahora te veo un poco diferente... ― Akane miró a su amiga de arriba a abajo. ― ¡Vaya! Te ves con mucha mejor forma que antes.

― ¿Eh? 

― Ajá... has adelgazado; se nota en lo delgado de la cintura y que se te ve mejor la cadera.

― Ah. ― dijo sintiéndose un poco abochornada. ― Bueno, he salido a correr muchos días y a hacer ejercicio. 

― Pues de saber que me pondré así, seguiría tu ejemplo: me quitaría la flojera y también saldría a correr. ― Rió. ― ¡Me alegra tanto que estés aquí!  Extraño pasar tiempo contigo.

― Bueno, ¡Ya no me extrañaraaaas! Ahora que nos volveremos a inscribir al siguiente periodo escolar, estaremos juntas de nuevo en clases, pronto.

― Ojala y si sea posible que estemos en el mismo grupo; de otro modo, extrañare a mi tontita favorita. ― Diciendo esto, le pellizco uno de su cachetes de forma "tierna".

― Espero que sí.... y ¡Oye! ¿¡Por qué siempre me andas diciendo tontita.?!

Akane dio unas cuantas risitas sordas y tardó un poco en  responderle. ― Eso es porque eres sumamente despistada y has pasado muchas cosas por alto. Eso te hace una tontita.

― ¿Muchas cosas por alto? ¿Cómo qué?

― Baaaah. No le des importancía ahora. Supongo que en algún momento te darás cuenta...

― Pero...

― Ya. Ven, entremos a mi casa; que por salir a recibirte no he tomado mis cosas... antes de irnos, tengo que alistarme y despedirme de mi madre. ― Luego, ella entró a la casa, seguida de Yami; esta ultima, sintiéndose un poco incomoda por aquello.

Entraron a una parte de la casa, que era precisamente la cocina-comedor; entonces, la madre de Akane (a quién ella se parecía mucho), salió a recibirla. 

Yamile la saludó y le sonrió amablemente, y la señora le correspondió. Aunque apenas la conocía y ya era una mujer muy mayor, ella le inspiraba algo de confianza; por ello, cuándo le indicó que tomara asiento, se sintió confiada en hacerlo y no tardó en iniciar una platica con ella.

Pero apenas habían pasado unos cuantos minutos, Akane salió de la que parecía ser su habitación, con su mochila en la mano. ― ¡Ya estoy lista! ― Se quedó mirando la escena unos segundos y prosiguió. ― Ya vamos Yamile. Má', ya me voy. ― Y sin más salió al patio de la casa seguida de su amiga, quién se despidió apresuradamente de la señora.

Cuándo ambas salieron a la calle, avanzaron hasta la parada de autobuses sin decir palabra.

― No te llevas bien con tu madre ¿O sí? ― le preguntó Yamile, rompiendo el silencio.

― ¿Eeeeh? ¿Por qué lo dices? ― parecía sorprendida.

― Por la forma de despedirte tan secamente y porque interactuaron poco. Además, no sueles hablar de ella... Tal vez, esto sólo sea mi impresión, pero... algo me dice que esa es la verdad.

Akane permaneció los siguientes segundos en silencio. Incluso subieron al transporte y ella permaneció callada. Finalmente, cuándo tomo asiento, suspiró y dijo: ― No, realmente no me llevo bien con ella. Al menos no desde... ― y se interrumpió.

― ¿Por qué no?... ¿Desde...? ― la insto a seguir.

― Desde que mi papá murió. ― Se le notaba que tenía un nudo en la garganta. ― Fue muy complicado pasar por ello. Yo la necesitaba; pero ella jamás estuvo ahí para ayudarme... ¡O siquiera a él!... pase por... todo eso, estando sola, pese a que... sólo tenía 12 años. Hubo muchas fricciones entre nosotras en ese momento, y desde entonces... no he podido volver a llevarme del todo bien con ella. ― Yami la miraba fijamente. ― Pienso que también se debe, a que toda mi vida, siempre preferí la compañía de papá. 

Yamile se quedó callada, sin saber que decirle. Se notaba que decir aquello era muy difícil para su amiga, pero también bastante aliviador. Akane pareció notar el desconcierto de su amiga, porque sonrió y cambio de tema:  ― Y qué me dices de ti... ¿Sigues sufriendo con tus sentimientos? ― le preguntó.

No había duda en que el tema anterior era complicado, y que era mejor no hablar de ello en ese instante; al menos así lo había decidido Akane. Realmente podía llegar a tener mucho coraje y fortaleza. 

― Podría decirse de ese modo.

― ¿Podría?

Ya le había contado un poco de lo que había pasado en sus vacaciones, la última vez que conversaron por chat. Así que resumió un poco las cosas. ― Lo que quiero decir es que... con Janao ya dí todo por perdido: ha sido una mala elección, y he quedado sumamente decepcionada de él. Mas o menos sucede lo mismo con Takeshi; él siempre será algo especial por eso que sentí y que no ha mermado del todo... pero ya no pienso ir tras él. 

― Parece ser que eso lo tienes ya en claro; pero, yo me refería a Akita. Ya me dijiste que durante las vacaciones cambió tu punto de vista y por qué... pero no me has dicho que tanto sientes.

― Con Akita, todo esto es diferente en muchos sentidos. Quizá realmente no quiero estar segura de lo que estoy sintiendo.

― ¿Por qué lo dices?

― Aammm... Realnente no sé explicarme bien. Lo que quiero dar a entender, es que... ya eché tantas cosas a perder con Tenshu y Takeshi; pero, con Akita es... diferente. Por ejemplo, aunque ya me había gustado alguien antes, esto que siento ahora no es lo mismo. Y como ya te dije, no he podido ni siquiera disfrutar el ver a otros chicos; porque aunque no es algo que me llamase la atención, no lo he hecho por ese motivo, si no porque pensaba en él.... fue extraño. Él es diferente a los anteriores; por mis sentimientos y su forma de ser.

― Suena algo... comprensible y también complicado. Tontita.

Suspiró. ― Por otra parte, todo esto ha sucedido durante las vacaciones. Nuestra interacción era solamente a través del monitor. Eso me hace pensar si no será ese el motivo de esa diferencia....

― Eso que dices sentir diferente... ¿Es diferente a por cómo lo sientes, o por la intensidad con qué lo sientes? Y respecto a lo otro, es razonable tener miedo a que ya no sea lo mismo; por eso deberían citarse y verse de frente. Así te aclararas.

― Esto es diferente, porque de algún modo, siento que lo respeto más que a ellos y le tengo un cariño más... inocente. Lo quiero más, y eso es algo que me ha resultado más que obvio; pero no sé si esto pueda ser llamado aún "amor".... Aaaaagh, estoy taaaan confundida.... Él es tan diferente al tipo de chicos que normalmente me gustaban; su personalidad no encaja, y mucho menos su físico. No es el chico del que me fijaría a simple vista.

― Suena a que estás haciendo "de tripas, corazón..."; realmente te estás complicando mucho. Quizá al verlo no te guste, porque también debería gustarte físicamente; eso es primordial. Por eso, quizá todo esto, realmente no sea nada. Por eso, insisto en que debes verlo de frente y desengañarte; también deberías ver a Takeshi, que seguro aún lo quieres.

― Ja. ― Yami estuvo a punto de replicarle mil cosas; pero pensó en que no tendría sentido, por lo que solamente le dijo: ― No creo querer, el ver a Takeshi por ahora.

― Pero pienso que lo necesitas. Además, no sería justo para él que lo evitaras... no ahora.

― ¿Y cómo diablos voy a saber lo qué es justo para él? Ja, eso ahora me viene valiendo... 

Se quedaron calladas y Yamile miró por la ventana, pensando. Entonces se percató:

― ¡Akane! ¡Aquí bajamos! 

Ambas rieron, se pusieron en pie y bajaron del autobus. Luego, comenzaron a caminar por la acera, hacía la puerta de la escuela. 

Pero, justo antes de entrar, escuchó que alguien gritaba su nombre e incluso silbaba para llamar su atención; por lo que se detuvo y miro alrededor. Y Akane que también estuvo buscando el origen de aquello, señaló en una dirección; así Yami pudo ver a Akita avanzando hacia ellas, con una sonrisa en el rostro.

Y por primera vez, Yami tuvo un impacto diferente al verlo; porque aunque no era la primera vez que se alegraba enormemente al verlo y sonreía, esa fue la primera vez que sintió a su corazón latir así de veloz. 

Es que Akita se le veía mucho mas radiante que antes de las vacaciones. Ahora sonreía al compás de sus ojos que brillaban bastante alegres y cálidos. Incluso lucía bastante bien, pues había cambiado un poco su look; el cabello del flequillo había crecido, su rostro ya no era tan redondeado y su cuerpo se había estirado un poco más. Su ropa (que ahora consistía de una camisa de vestir a cuadros en colores azules, jeans y zapatos de vestir, ambos en color negro) se le veía ceñida al cuerpo, diferente... era como si también hubiera aumentado la masa muscular en brazos y piernas. 

¿Cómo había logrado cambiar tanto en tan poco tiempo?  Aquello dejo a Yami sin palabras y casi con la boca abierta. 

― ¡Hola! ― les dijo con algarabía. Y Akane le respondió de inmediato; pero como Yami se tardó un poco más en responder, él se acercó y terminó por besarle la mejilla.

― H.hola. ― respondió ella finalmente.

― Me alegra mucho el poder verlas. ― No le quitaba los ojos de encima a Yamile, quién casi no hablaba. 

― Sip ― Dijo Akane. ― Es bueno encontrarse de nuevo; los cambios te dejan sin habla. ― Y dicho esto le dio un codazo a Yami. ― ¿Has venido a reinscribirte?

― Aaaajá. Algo parecido... ¿Entramos? ― y cruzó la reja hacía el patio de la escuela.

― Ea. ¡Te has sonrojado de tan solo verlo! ― le susurró Akane a su amiga.

― N.no es cierto.... ― tartamudeo Yamile.

― ¡Claro que sí! Debiste haberte visto.... tan adorable. 

― No me vi adorable, y no me sonroje. ― Pero ella incluso había notado que si, le había subido la temperatura. Y darse cuenta de ello y pensar que él no pudo haber notado, sólo sirvió para hacerla colorar más.

― ¡Mirate ahora! Y de solo mirar a alguien por quién ni sabes que onda.... Imagina como te pondrás si llegas a toparte con Takeshi; de seguro la reacción será mejor, por gustarte más él.

― ¡Ya cállate! 

― Oi.... que brusca. 

― No hables de esto. No quiero que Akita te escuché.

Pero algo era cierto... al verlo caminar frente a ella, con ese andar y su fuerte espalda; estaba nerviosa, y no por la asignación de grupos y reinscripción. Él la ponía nerviosa. 

Quería ir y declararse ahora mismo. Ya lo había confirmado: Él si le gustaba. 

sábado, 14 de diciembre de 2013

Capitulo 33: "Esto no es amor."

― Ya deberías ir a dormir. ― dijo por decima vez la madre de Yamile.

― No aún no. Mañana quedé de ir disfrazada y quiero que el disfraz esté bien… sólo déjame terminar. ― Contestó ella sonriente y con un dejo de emoción en la voz.

― Pues si no duermes, ni siquiera te levantarás y no iras…

― Ya, ya… vale pues: Me iré a dormir. ― Dijo ella soltando los holanes de aquel pequeño vestidito negro que era su disfraz. ― Hasta mañana mamá; y gracias por ayudarme con esto.

― Ya, ve a dormir. ― Y diciendo esto, se dio media vuelta y salió de la habitación de su hija, cerrando tras de sí la puerta.

Ella se cambio rápidamente la ropa y se colocó un camisón. Luego, subió a la cama superior de la litera, abrió las cobijas y se tumbó dentro mientras se cubría. Entonces, sonrió.

Se sentía alegre y entusiasmada, ya que al día siguiente volvería a ver a sus mejores amigas luego de llevar ya más de un mes sin verlas.

Hace un par de días Kaiya le había hablado por teléfono, comunicándole que se había encontrado con Arween y que ambas habían decidido que ya era momento de poder verse un rato. Y le dijo, que esperaba verla para ir a la convención de anime y disfraces; fue obvio que Yami aceptó... realmente las extrañaba y había mucho por contar.

Suspiró, ansiosa porque amaneciera y se quedó dormida.

***
Su padre estacionó el auto y de inmediato ella miró en todas direcciones. Ya había llegado al sitio dónde ellas habían dicho que se verían; ahora sólo restaba esperarlas.

― ¿Estás segura de qué vendrán? ― Le preguntó su padre entre bostezos. ― Yo tengo sueño y me obligaron a traerte.

― Déjala... ― le dijo la madre de ella.

Pero Yami no contestó y se limitó a mirar por la ventana, expectante por verlas. Y pronto sucedió. A lo lejos vio la silueta de dos chicas ataviadas en sendos vestidos blancos, como parte del disfraz que ellas llevaban y que al parecer, se habían organizado para ir coordinadas.

Ella bajó del auto y corrió a abrazarlas. Todas estaban felices y entusiasmadas por el reencuentro.

Yami dió vuelta, regresó al coche de su padre y se despidió; él arrancó el coche con una mueca y se fue. Siempre tenía un humor extraño.

Luego, todas avanzaron hasta el sitio donde tomarían el camión para llegar al sitio de la convención. Y durante todo el camino, fue evidente que Yami llamaba mucho la atención.

― ¿De que va su disfraz? ― Les preguntó ella.

― Se supone, que somos algo así como diosas griegas ¿Lo notas?

― Supooongo. ― les dijo ella riéndo.

― Ja. Y ¿De qué o quién se supone que es tu disfraz? ― le preguntó Kaiya, mientras observaba atenta el vestido negro, las medias, su peinado en coletas y los accesorios góticos.

― ¡Oh! Esto... es mi adaptación de un personaje que pertenece a una serie que recién he visto en las vacaciones: Akita me la recomendó y me pareció buena. Sé que te gustaría... aunque es algo violenta.

― Debo verla. ― le dijo su amiga. ― Me da curiosidad saber, de algo que al parecer te ha gustado mucho. ― Sonreía con picardía. ― Así que cuéntame de ese tal Akita también.

― ¿Eh? ¿A qué te refieres?

― Oh vamos. Se nota en la cara y por ese brillo, que ese chico te gusta... y mucho. ― terció Arween.

― Ah, ustedes...

― Te conocemos bien. Cuéntanos. ― Kaiya sonreía al decirle aquello, y Yami estaba contenta. Lo sabía: que no había nadie que la conociera tan bien como ella lo hacía.

― Supongo que debo decir que Akita ya era un tipo que desde el principio me atraía... me llamaba la atención que fuese tan enigmático. Y ya les había dicho sobre él, sobre sus ojos ¿Lo recuerdan? ― sus amigas asintieron ― Ajá, se trata de él. ― Suspiró y sonrió. ― Desde que salimos de vacaciones, entre nosotros se ha entablado una amistad a través del chat: hablamos todos los días.

Sus amigas sonreían; se notaba que disfrutaban de aquello.

― Supongo que eso en parte tiene culpa a que Janao se hartara de mi, o a que eso no me doliera tanto como uno esperaba...

― ¡Es cierto! Tú estabas saliendo con ese tal Janao. ― le dijo Kaiya sorprendida.

― ¿Qué pasa con él? ― Se veía a leguas que Arween estaba curiosa.

Yami les contó todo lo que paso: el distanciamiento que hubo con Janao y la cercanía de Akita, el como había terminado enterándose de la apuesta de Janao, la compañía y confianza que recibió de Akita. Y que repentinamente se había dado cuenta de los sentimientos hacía Akita; pero que tenía miedo de no ser ella esa chica especial para él. Lo único omitido, fue aquel sueño extraño y la desesperación que sintió el día que lo tuvo...

Y sus amigas -al igual que hizó Sayu- comenzaron a despotricar en contra de Janao, durante todo el camino.

Luego, incluso Kaiya les contó sobre aquel novio que ella había tenido; porque aquel chico la había humillado, cambiado y se había burlado de ella.

― Lo que hace peor esto, es que... ― Suspiró con frustración ― Iba a ser tan estúpida como para... tener relaciones con él.

― ¿¡Eh?!

― Sí; días antes de que esto pasara, él y yo estuvimos a punto de eso. Me hace sentir aún más frustrada de que estaba casi segura de que hacía lo correcto... aún así, algo me daba mala espina. Y me detuve porque sentí que aún no era el momento. Quizá el imbécil por eso me dejo, y me alegro por ello.

Yami suspiró. Aunque no podía entender a Kaiya, porque jamás había pensado sexualmente en alguién o siguiera intentado algo, estaba molesta por ello: por el golpe bajo que debía suponerse la frustración de saber que solo había sido fingir quererla por sexo.

Kaiya debía sentirse pisoteada. Lo que ese chico sintió por ella, no era para nada algo acercado al amor.

Eso era algo de lo que ella quería estar segura: De que no se precipitaría y esperaría al menos a ser mayor de edad para comenzar a pensar en el sexo; y finalmente, cuándo llegara la oportunidad debía ser con alguien a quién realmente quisiera.... alguien que quizá no se quedara, pero que la quisiera lo suficiente para respetarla.

***

Finalmente, cuándo llegaron al lugar, entraron y comenzaron con las compras, las fotografías tomadas y que les tomaron.... y en medio de todo aquello, decidieron hacer una apuesta sobre un reto. Besarían al menos a un chico que les llamara la atención. No se limitarían ese día e incluso se desquitarían por los recientes fracasos con sus novios. No se trataba de amor... sólo sería una distracción.

Repentinamente, Yami recibió una llamada. Se trataba de Kenta, quién decía estar en esa misma convención y que le marcaba porque estaba seguro de que ella estaría ahí; por lo que quería verla.

Al escuchar aquello, Yami sonrió... ahí estaba de nuevo Kenta, tratando de hacer las cosas para agradarle a ella, cosa que no lograba al hacer aqullo; y no porque le desagradara el detalle, si no porque no le gustaban los chicos con tal sumisión.... y ella no sabía como explicarle aquello.

Sus amigas accedieron a encontrarse con él. Y una vez que Kenta vio a Yamile, trató por todos los medios de complacerla; le ofreció comida, ropa, objetos y demás tonterías...incluso trataba de agradarle a sus amigas. Habría que hacerle entender que ella no estaba interesada más que en su amistad.

Y así llegó el momento de cumplir aquel reto. Ella iba caminando, cuándo a lo lejos vió un chico alto, de piel pálida y cabello negro y lacio; incluso llevaba un disfraz llamativo. Vistiendose como uno de los personajes de una famosa serie de aprendices ninja, y con el torso totalmente descubierto.

― ¿Ey, disculpa?.... ― Se acercó y llamó la atención de él. ― ¿Podría tomarme una foto contigo?

El chico la miro unos segundos y sonrió. ― Por supuesto, guapa.

Yami sonrió, se colocó a un lado del chico y sus amigas los fotografiaron. Mientras Kenta tenía una obvia expresión de enfado en su rostro... pero tenía que hacerle entender.

― Me gusta tu disfraz. ― Le dijo aquel chico. ― No a cualquiera le queda llevar un vestido tan corto.

Ahí estaba, otro chico fijadose solamente en su físico... aún así, ella se sonrojó. ― Digo lo mismo. Me gusta, porque tampoco a cualquiera le va bien ir mostrando el torso.

Ambos rieron.

― ¿Podría... podría tomarme una foto, dándote un beso? ― se envalentonó a decirle ella.

― ¡Ah! Claro, dónde quieras... soy todo tuyo. ― El chico abrió los brazos, dándole a entender que iba totalmente en serio. Ella podía hacer lo que quisiera... pero sólo se limitó a pararse de puntillas y besarle la comisura de los labios; eso sería suficiente para cubrir el reto y desanimar a Kenta.

― ¿No sería mejor, así? ― Aquel apuesto chico le sujeto la barbilla con delicadeza y movió su rostro, de tal forma que le dio un pronunciado beso.

Yami se quedó pasmada por la sorpresa, y porque por un instante, sintió que traicionaba algo y a alguien: Estaba traicionando sus sentimientos.

Aquel chico se separó y le sonrió. ― Ha sido una buena foto. ¿Te ha gustado?  ― No la dejo responder; ella seguía mirandolo embobada. ― Toma. ― Y le dio un pequeño papelito con un número de celular escrito. Le sonrió con picardía y se marchó.

Yami se giró a mirar a sus amigos.

Arween y Kaiya estaban fuera de si ― Mis respetos... eres sin duda la más atrevida.

― Naah. Kaiya me quita el puesto.

― No. En verdad eres muy coqueta; eso le quita puntos a Kaiya. ― le dijo Arween.

Pero Kenta, se veía irritado y celoso. Quizá bastara para darse cuenta de que ella no estaba interesada...

Aunque lo cierto es que, ella también estaba molesta. Estaba enfadada consigo misma, porque se sentía traicionada por si misma. Sentía que había traicionado incluso a Akita, aunque ellos no fueran nada todavía. Porque sentía, que no quería volver a besar a ningún otro chico... que no debía hacerlo.

Todo eso... la traición y lo que estaba sintiendo por él. ¿Qué significaba?

No había besado a ese chico por cariño o amor... pero ¿Y si se tratara de Akita?

Eso no era amor ¿O sí?

viernes, 13 de diciembre de 2013

¡De regreso!

Y aquí estoy de nuevo :3

¡Por fin! Luego de ya mero un año de dejar "casi" abandonado este blog y la historia, he regresado. Y lo digo entrecomillado, porque como sabrán, no estuve perdiendo del todo el tiempo.

He modificado los capitulos para hacerlos de una lectura más amena... incluso modifiqué la apariencia del blog con una nueva cabecera, fondo y nuevas pestañas con información adicional. Espero que si llega a gustarles, puedan avisarme.

Y ya... a partir de este momento, la lista de capítulos vuelve a continuar.

¡¡Muchas gracias a aquellos que aún se toman la molestía de leer mis fantasías!! :3

miércoles, 16 de enero de 2013

AVISO: Ocupada!!

[Actualizado por ultima vez el: 14/Dic/2013]

Holaaa!!!! Ay, yo sé que no muchos se pasan por aqui y menos ahora que he dejado este blog tan abandonado. Pero había estado un poco ocupada con la escuela y demás asuntillos personales, que lo cierto es que Yamile había sido olvidada por mí durante un tiempo [Neee!! en serio lo siento mucho u~u]

Pero ya planeo regresar. Los que me leen o leían, ya no se apuren, volveré.

Aunque primero debo decirles que, he vuelto a leer los capitulos anteriores y... bueno me he decepcionado de mi misma. Waaaah, escribia horrible, con poca elegancia y a veces se ve que force un poquito la continuidad de la historia, sobretodo la manera tan apresurada y cortante que narre en los primeros capitulos -me hace sentir mal, el como lo redacte todo, y sobretodo esta historia que es sumamente importante para mi-. Por eso, he tomado una decisión; corregire algunos aspectos para darle mayor fluidez a esto y mejor gusto. Asi que de ahora en adelante, ire corrigiendo cada uno de los capitulos, quitandoles cosas que no me parecen apropiadas ahora y anexandole otras que lo hagan lucir mejor. Quiza al final haya capitulos que antes no y así [En serio lamento hacerlos perder ahora el hilo de la historia] y mejor deberian ir leyendo todo de nuevo conforme los corriga.

Y aqui en esta misma entrada, la ire actualizando para que puedan ir viendo que capitulos ya estan corregidos o si he hecho algún cambio o he anexado algo nuevo -se los hare saber-.... Espero que al final les agrade como van quedando las cosillas.

Por el momento los siguientes capitulos ya están listos.
- Capitulo 1 [Cambios de redacción a lo largo del texto]
- Capitulo 2 [Cambios graduales en el texto y un nuevo final para el capitulo]
- Capitulo 3 [Un nuevo inicio y final; y cambios en la redacción]
Capitulo 4 [Cambios graduales a lo largo del texto]
Capitulo 5 [Mínimos cambios en la redacción]
Capitulo 6 [Cambios de redacción]
Capitulo 7 [Cambios de redacción, y un nuevo final]
Capitulo 8 [Cambios en la redacción y especificaciones del texto]
Capitulo 9 [Cambios en la redacción]
Capitulo 10 [Cambios de redacción]
Capitulo 11 [Cambios de redacción y añadiduras a lo largo del texto]
Capitulo 12 [Cambios de redacción]
- Capitulo 13 [Cambios en la redacción]
Capitulo 14 [Minimos cambios en la redacción]
Capitulo 15 [Cambios en la redacción del texto]
Capitulo 16 (Cambios en la redacción y en el texto]
Capitulo 17 [Cambios en la ortografía]
Capitulo 18 [Cambios en el texto y desarrollo de la historia]
Capitulo 19 [Cambio en la escritura y mínimos en el texto]
Capitulo 20 [Cambios textuales y ortográficos]
Capitulo 21 [Cambios en la redacción y añadiduras del texto]
Capitulo 22 [Cambios en el texto y añadiduras]
Capitulo 23 [Cambios en el texto, redacción, algunas añadiduras y un nuevo final]
Capitulo 24 [Cambios en la redacción, modificaciones al texto y añadiduras a un nuevo final]
- Capitulo 25 [Cambios en la redacción y modificaciones en el texto]
Capitulo 26 [Cambios en la redacción y ortografía]
Capitulo 27 [Cambios ortográficos, de redacción y un nuevo final]
Capitulo 28 [Cambios en la redacción y ortografía]
Capitulo 29 [Cambios en la redacción y ortografía, y modificaciones al final]
Capitulo 30 [Cambios leves en el capitulo y su redacción. Añadiduras y modificaciones al texto]
Capitulo 31 [Cambios en la redacción y ortográficos]
Capitulo 32 [Cambios ortográficos]

Gomene~ espero entiendan a esta pobre escritora amateur y les agradezco tomen esto en cuenta.
Y bueno, sayounara!!!
Les mando mis habituales besines o los mordiscos que prefieran ~ chu chu ^3^