viernes, 14 de septiembre de 2012

Capitulo 32: "¿Confusión y problemas?"

Yamile se levantó del escritorio, subió a su cama y permaneció tumbada un rato. Pronto, se dio cuenta de que su rostro estaba empapado en lágrimas y que estaba mojando la cobija también.

Hasta hace un momento había estado vagando en el fotoblog de Akita, y había algo en lo que publicaba que le hacía sentir de aquel modo en que había terminado llorando:

Akita se sentía mal....

Y ella se sentía mal por ello... Dentro de su ser sentía ansiedad; una ansiedad que se veía provocada por un malestar hacia la situación de Akita y hacía la confusión de sentimientos que esto le causaba.

Él parecía estar deprimido, lo que hacía que ella quisiera solucionar todo. Quería ir y encarar a Akita, golpearlo y decirle "¡¡Heey olvidala a ella y a todos tus problemas!!"... Aunque por otra parte, también deseaba estar frente a él y preguntarle de una buena vez: "¿Quién se supone que es esa chica que te trae así? ¿Por qué demonios si soy yo, no simplemente lo aclaras?"; pero incluso así, realmente no quería que sucediesen ninguna de las dos situaciones, pues implicaban en primera ver a Akita de frente (algo que por la confusión de sentimientos, se sentía algo incapaz de hacer); y en segunda, porque no quería oír una respuesta o alegato de Akita en cualquier caso... ¿Qué haría si todo esto, no era por ella? ¿Qué pasaría de nuevo con sus sentimientos?

De pronto, el sonido de un 'bip' que venía desde su laptop la espabiló. Reconocía ese sonido, pues durante lo que llevaba de vacaciones lo había escuchado tantas veces que ya se había familiarizado con ello: Se trataba del mismo Akita, quién acababa de mandarle un mensaje por chat.

Yami se alegró al ver aquella ventana parpadeante en la pantalla; de justo en quién había estado pensando.

De pronto, la puerta de su habitación se abrió y su madre asomó la cabeza. ― Yamile, ya es hora de comer, ven a la mesa con noso...tros.... oh por dios... ¡Estás sonriendo!

― ¿¿Eeeeeh?? ― Ella giró el rostro en todas direcciones y se llevó ambas manos al rostro, confundida por el comentario. No se había percatado hasta entonces de la sonrisa. ― ¿Qué quieres decir, con ese tonito de sorpresa en la voz mamá?

― Es qué... hace tanto que no te veía sonreír así. ― Su madre entró en la habitación y comenzó a acercarse a ella.

― ¿Así cómo?

― Con esa mueca natural en tus labios y cierto brillo en los ojos; hace tanto que estabas en tu etapa de adolescente disconforme, que ya me había acostumbrado. ¿Qué es lo que estás viendo para sonreír así? ― dijo y se acerco para intentar mirar la pantalla de la laptop.

― Ahh... eso. Pues estaba hablando con Akita, y... ha escrito algo que me... ha causado gracia. ― Inventó de pronto Yamile.

― Akita... que recuerde, te has pasado muchos días platicando con alguien ¿Es con él?... ¿Es él quien te pone tan alegre?

― Alegre... Esteeee... pues sí, he hablado mucho ultimamente con él. Nos hemos comenzado a llevar mejor, y creo que al igual que yo, me considera de sus mejores amistades. Eso me pone alegre.

― De tus mejores amigos... ¡Con un chico! Eso es algo poco común actualmente... digo, mi mejor amigo era un chico, pero por tu personalidad tímida no creí que sucediera eso en tu caso. Aunque, por otro lado me alegro que se lleven bien. ― Su madre sonrió un poco y murmuró cosas ininteligibles para Yamile, luego añadió: ― Bueno deja ya esa maquina y ven a comer, que no te voy a estar esperando toda la vida y si no te apresuras le daré tu comida a tu hermano.

― Ya voy... ― diciendo esto, Yami se excuso con Akita, cerró la laptop y siguió a su madre hacía la mesa.

***

Al cabo de algo de tiempo, Yami regresó a su habitación y esperó poder seguir conversando con Akita.

Y realmente se sintió bien de ver que Akita estaba aún conectado y que había mandado unos cuantos mensajes en su ausencia. Pero de inmediato ese sentimiento, se convirtió en preocupación y miedo al ver la índole de los mensajes y pensar que algo pudo pasarle a él, pues los mensajes que había mandado tenían cierto toque de alerta y miedo que él sentía:

>> -"Yamile... hermanita, necesito ayuda!!"
      -"Por favor ayúdame!!"
      -"Las cosas no van muy bien por aquí... mi padre..."
      -"Háblame hermanita!!... Necesito que me ayudes..."

Así como estos mensajes que habían sido escritos con rapidez en un corto intervalo de segundos, había otros tantos en los que Akita solicitaba la ayuda de ella, quien al irlos leyendo comenzó a temblar. Y sintiendo nervios, escribió una respuesta a Akita.

>> "Lo siento, no estuve aquí un rato.... ¿Qué es lo que está pasando por allá?

Akita tardó un rato en responder, pero al final, escribió:

>> "Es que mi papá está enojado... y las cosas se pusieron raras. Se molesto conmigo y como yo no le hice mucho caso, terminó enojándose con mi hermano pequeño. Me encerró en mi habitación y como el seguro es por fuera, no puedo salir... escuche algunos ruidos y mi hermano lloraba. No sé que hacer... quiero salir y saber que pasa para hacer algo...

Yami leyó aquello y deseo ir hacia allá ahora mismo y poder ayudar. Pero por una parte no sabía donde vivía Akita; y por otra, de estar ahí sólo sería un estorbo, pues quisiera ella o no, eso era un asunto familiar.

>> "Puedo ayudarte en algo?"  ― terminó por escribir ella, deseando poder ser útil para él, y que esto se solucionara pronto.

>> "Sólo quédate un rato platicando conmigo... distraeme"

Y tal cómo él quiso, ella permaneció con él tanto como pudo.

Estuvieron escribiéndose durante horas, pese a que sólo hablaban de trivialidades... comentándose sobre cosas sin sentido o sobre alguna banda musical. Compartiendo música y gustos.

Pronto aquello dejó de ser una distracción y se convirtió en algo divertido que le agradaba... le encantaba hablar con Akita, incluso sobre temas triviales.

Casi al terminar el día, Yami comenzó a despedirse de Akita, y preguntó:

 >>"Cómo esta todo ahora por allá?"

>>"Bien... gracias. Todo se calmó; y en realidad hace unos momentos hable con mi hermano. Mi papá lo castigó por la escuela... pero ya todo está bien... "

Ella sonreía. De algún modo, era agradable saber que él confiaba un poco más en ella como para contarle aquello.

>> "Está bien. Me alegró que todo esté mejor. Me voy; cuídate... Te quiero mucho hermanito."

 Con eso último, Yami se despidió, sin terminar de aclararse cuan grande era ese "Te quiero"... Estaba contenta y segura de que Akita le gustaba.

martes, 31 de julio de 2012

Capitulo 31: "Quiereme..."

Yami estaba sentada frente a su escritorio, mirando la pantalla de su laptop con gesto ausente y concentrado. De pronto, alguien toco la puerta de su habitación:

― Sayu ya llegó. ¿Puede pasar a tu habitación? ― dijo la voz de su madre.

― ¿Eeeeh? Sí claro. ― Respondió Yami sobresaltada, y al instante se abrió la puerta y Sayu entró.

― ¡Yami! ¡Cuánto tiempo sin vernos! ― dijo entusiasmada su amiga ― ¿Cómo estás? ¿Qué tal te ha id..o? ―  De pronto Sayu  se detuvo pues vio el rostro de Yami, quién tenía un zurco de lágrimas recorriéndole el rostro. ― ¿Qué...? ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?

― Es... es por... est... Akit... ― Comenzó a balbucear Yami. ― Mira. ― Termino por decir, y le mostró la pantalla para qué ella pudiera leer lo qué ella había estado viendo hasta hace un momento.

― ¿Qué se supone que es esto?

― Es... es un escrito de Akita... yo encontré su fotoblog y entonces lo agregué. Ésta es una entrada que él hizo hace poco... léela.

Sayu miró y comenzó a leer. En el escrito, el tal Akita escribía que se encontraba enamorado de una chica, quién aparentemente estaba saliendo con otro chico; y parecía que a Akita le incomodaba y dolía aquella situación, pero al mismo tiempo, aceptaba de buen grado aquello con el fin de saber que ella estaba bien y esperaba que ella se encontrara contenta con eso. Era evidente que esa chica en verdad le gustaba.

― ¡Woa! Ese chico escribe lindo; aunque lo noto algo sombrío... y triste. ― dijo Sayu al finalizar ― ¿Por qué esto te ha hecho llorar? Por cierto, ¿Quién es ese Akita?

― ¡Akita, sonsa! Ya les he hablado a todas ustedes de él ¿Recuerdas? Un chico misterioso, alto...

― El que mencionaste sobre sus ojos, sí mal no recuerdo.

― Sí, exactamente él. Y bueno... lo que pasa es que... esteeee... aaam... sinceramente Akita comienza a gustarme; siempre lo he querido y me gusta como amigo y persona, pero ahora,  creo que esto no es un simplemente cariño. Y... leer eso me duele... ya conoces cuan sensible soy.

― ¿Y por qué te duele?

― No estoy segura. Antes de salir de vacaciones lo notaba extraño y me quede con la sensación de querer saber que tenía para ayudarlo; y parece que ya he descubierto porque su estado de animo. Pero ahora... tengo la sensación de no querer que él este enamorado de aquella chica. 

― ¿Por qué no?

― No lo sé... no me agrada eso.

― Oye, espera... dices que justo antes de las vacaciones comenzó su comportamiento ¿No?... Mmmm y ahora dice estar enamorado de una chica que comenzó a salir con otro.... y por lo que escribe, también la conoce de la escuela....

― Ajá.

― Y... ¿No comenzaste a salir tú con Janao antes de vacaciones?

― Sí pero... Espera, ¿Qué insinúas? ― Le dijo ella al percibir su tonito suspicaz de intriga.

― Yami... estoy pensando en... y si... ¿No serás tú quién le gusta?

― ¿Eeeeeh? ¿Yo?... ― Sintió un calorsillo detrás de las orejas al pensar en ello. ― Naaah, eso no puede ser...  Es que no convivo mucho con él pese a que somos amigos; además, él conoce a muchas otras chicas. Podría ser cualquiera.

― Cómo tú...

― No creo. Además, eso no me hace sentir mejor.

― ¿Por qué?

― Mira, dejo un enlace en la página, alegando que inconscientemente ha puesto esta canción muchas veces frente a ella, para dedicársela... aunque ella no se dé cuenta. Es un vídeo... míralo.

Sayu dio click en el enlace y de inmediato comenzó a sonar "Der morgen danach" de Lacrimosa. Le presto atención al video y a la letra que venía escrita en él, y pareció comprender a lo que se refería Yamile. ― Es lindo, romántico... y triste... ¿Qué es lo que está mal?

― Pues... es una canción romántica y triste... quién dedicara esto debe estar muy enamorado, pero también muy triste; tan triste que se siente del modo deplorable que narra la canción. No es que me gustaría provocarle esos sentimientos a él. Aunque... por otra parte, sí me gustaría ser esa chica a quién Akita quiere. ― Al decir esto último, el rostro de Yamile comenzó a sonrojarse y se cubrió el rostro con ambas manos. ― Estoy confundida ― Dijo por último con voz ahogada, que sonó a través de sus manos.

― ¿Confundida en que sentido?

― Quiero a Akita mucho... tanto, que me encantaría ser esa chica de la que él está enamorado; dudo que lo sea, pero me encantaría serlo. Y al mismo tiempo, sí él me quisiera, eso quiere decir que yo soy la culpable de que se sienta mal. Y jamás había querido hacerlo sentir mal...

― ¿Y desde cuándo quieres a Akita? ¿No tienes a Janao?

― Desde que lo conozco lo quiero; aunque ahora es diferente.... y ya no....

― ¿Diferente, eh?..... ¿Y ya no estás saliendo con él?

― No... es un tonto y cortamos.

― ¿Por qué?

Yami la miro unos segundos y comenzó a contarle lo sucedido hacía poco con él. Cuándo termino, Sayu la abrazó y le dijo. ― No te sientas mal porque él te haya dejado de ese modo... Definitivamente es un tonto y me alegra que eso haya acabado.

― Lo sé, pero él ya no me importa. No lo quería ni lo quiero ahora; además, ya tengo a alguien más importante.

― Me alegra que no te sientas mal por alguien cómo él. No te merecía tampoco.

― Lo sé. Seguramente dirás que yo valgo más que un tipo así...  ― le dijo con sarcasmo; y de inmediato, prefirió cambiar el tema. ― Oye, por cierto ¿Has visto a Kaiya o Arween?

― ¿Eh? Nop, no las he visto... ― Sayu prefirió dejarlo pasar, al notar que el tema anterior molestaba a su amiga.  Seguramente debió hacerla sentir muy mal.

― Espero que estén bien....

― También lo espero; me preocupan.

― Ya, ya. Cambiemos a algo más alegre.... ¿Qué tal estuvo tu último viaje? ¿Te divertiste? ¡Cuéntame todo!

Sayu sonrió al ver a su amiga más animada. Y comenzó a contarle lo sucedido.

Aún así, la mente de Yami pese a prestarle atención a su amiga, también estaba divagando en un único deseo y la nueva esperanza que había abierto Sayu: Ser ella de quién estaba enamorado Akita.

¿Sería mentira?

Tendría que buscar una manera de averiguarlo...

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[...]

Aquí está por fin la canción de los capítulos anteriores. Pueden buscar la letra en la pestaña de "Extras..." 
^u^

sábado, 21 de julio de 2012

Capitulo 30: "¡¡Abre los ojos!!."

"No lo hagas hermanita... por favor." ― La voz de Akita resonaba todavía en sus oídos.

Ella en verdad quería verlo.

Akita....... te extraño...... - Aquel último pensamiento inundó totalmente su mente. Luego, todo dejo de tener sentido...

[...]

De pronto, ella abrió los ojos rápidamente y se sintió desorientada. 

No podía distinguir donde estaba, pues todo a su alrededor estaba oscuro, por lo que tardo un tiempo en acostumbrar sus ojos y poder distinguir mejor.

Poco a poco, se fue dando cuenta de que se encontraba en una pequeña habitación oscura en dónde no había nada más que una puerta; así que sin más opciones, avanzó hacía ella. Y una vez fuera, encontró una especie de lampara de aceite en el suelo y se agachó para tomarla; inmediatamente comenzó a distinguir más cosas en esa nueva habitación.

Era un sitió frío y sumamente grande, tan grande que no se alcanzaban a distinguir las paredes por la lejanía, o por que simplemente no las había. Había además, varios bultos de diferentes tamaños desperdigados por el suelo, los cuales para Yami eran familiares, pese a que no encontraba forma a aquello.

¿Dónde estaba? ¿Qué significaba aquello?

Entonces, comenzó a dar pasos hacía el bulto más cercano y fue consciente de algo más: Una vestimenta que le era familiar... Porque aquellos bultos eran personas; y no cualquier persona, sí no que ¡Se trataba de ella misma!

Un poco asustada, pero a la vez curiosa, se acercó más a "ella". Fue en ese momento, que se percató que no era exactamente ella misma, pues la chica en el suelo, pese a tener los mismos rasgos faciales y vestirse prácticamente cómo ella, se veía más joven. Entonces, Yami entendió que era ella pero cuándo tenía 14 años.

Lentamente se agachó y con cierta cautela, se toco. Eso hizo que la Yami de 14 años abriera los ojos y que Yami tuviese una especie de visiones, que reconoció cómo sus propios recuerdos a aquella edad: Vio cuando conoció a Tenshu; las travesuras hechas con sus mejores amigas; los diplomas y premios obtenidos... todos lentamente fueron pasando por su cabeza, hasta desvanecerse por completo.

Un poco aturdida todavía, Yamile se levantó tambaleante y sacudió la cabeza.

Avanzó entre los bultos y se reconoció en diferentes etapas de su vida. Había una Yami, por cada año de vida que llevaba; y se entretuvo acercándose a cada una de ellas y hurgando entre recuerdos agradables o melancólicos.

Pero repentinamente se  percató de que había un bulto de más: Una Yamile que estaba recostada al centro del resto, que llevaba puesto un vestido de color blanco y que tenía los ojos perlados de lágrimas. No hizo falta acercarse a ella para despertarla, sino que fue la chica quién tambaleante se levantó y avanzo hacia ella. Y al verla, Yami se dio cuenta de que era exactamente ella misma... y sin chistar, la chica la abrazó.

En ese momento, Yamile pudo ver toda su vida pasar. Los momentos más felices: cuando era una pequeña y solía divertirse con su hermano, cuándo llegó su primer perro, la vez que aprendió a andar en bicicleta...; ah, pero claro, también estaban aquellos tristes: todas esas veces que se sintió abandonada, olvidada y aburrida... todos sus esfuerzos fallidos. Y vio a las personas a quienes había conocido durante su vida, su amada Kaiya, la inocente Sayu., la sabia Arween, el alegre Janao, el tonto Takeshi, la impulsiva Akane, el sumiso Kenta, el neutral Kenichi, ese patán de Janao, y por último, al cambiante Akita y sus ojos que le encantaban...

"No lo hagas hermanita... por favor..."......... volvió a escuchar su voz...

Fue entonces, que la otra Yami la zarandeo, y la hizo regresar de sus divagaciones.  ― ¡Lo qui.quiero!... ― dijo con la voz cargada de emoción, pero entrecortada por las lágrimas.

― ¿Eeeeh? ¿A qué te refieres? ― preguntó consternada.

― Lo qui.ero... por fa..vor ¡Abre los ojos y da..date cuenta! Tú tam..también lo quieres.... ¡Y lo sabes!

― No te entiendo... ¿Qué es lo que se supone yo también....? ― De pronto, a lo lejos se escuchó pasos acercándose en esa dirección; por lo que Yami interrumpió la pregunta y observo atentamente. A lo lejos una silueta alta se acercaba hacia ellas.

En ese momento, la otra Yami de vestido blanco, se giró hacía aquella silueta con una expresión de emoción y alegría sumamente notoria. Entonces, ella se percató de a quién correspondía aquella silueta: se trataba de Akita.

Akita... Akita...

En cuanto lo vio sintió un vuelco en el corazón, acompañado de la incontrolable necesidad de abrazarlo. Y al tenerlo de frente pensó que él complacería aquel deseo, pues extendió sus brazos hacía ellas. Sonrió, por que por un instante, ella se emocionó ante la perspectiva de abrazarlo; pero en vez de eso, el abrazó a la otra Yami.

Ella permaneció un instante mirándolos; entonces pareció comprender.... "Eso" era a lo que se refería la otra Yami... a que quería a Akita.

Al darse cuenta de eso, comenzó a llorar. En serio lo quería; quería tenerlo frente a ella y abrazarlo, quería mirar esos ojos hermosos, quería sentirse protegida por él y protegerlo de vuelta, quería estar a su lado, quería hacerlo feliz, quería sentirse querida por él y poder mostrarle que lo quería; pero sobretodo, quería ser especial para él y no sólo ser un recuerdo del que pudiese olvidarse fácilmente... ¡EN VERDAD QUERÍA A AKITA!... Fue como si abriera los ojos ante sus verdaderos sentimientos.

Una canción bastante familiar sonaba en la mente de Yami al ver esa escena.... sabía que era una canción importante. Una canción que la hacía sentír sumamente feliz y también melancólica. Y mientras él seguía abrazado a la otra Yami y permanecían enlazados así, él claramente pronunció su nombre una y otra vez. ― Yamile... Yamile... Yamile, abre los ojos.

― Yamile ― Esa última voz, no había sido la voz de Akita, y Yami se sintió desconcertada.― Yamile... ― De pronto, se dio cuenta de que era la voz de su madre. ― Yamile ¡Despierta!

[...]

Yami abrió lentamente los ojos. Ya estaba de regreso en su habitación y su madre la llamaba. ― Llevas dormida toda la tarde, es hora de que despiertes.

Parpadeó un par de veces.
Eso había sido un sueño, y había estado tan profundamente dormida que lo sintió real...

― Sera mejor que te apresures. ― le dijo su madre ― Debes terminar los deberes...

Yami se incorporó.

Pese a que sólo había sido un sueño, había algo que aún sentía real y muy fuerte: La necesidad de ver a Akita.

Akita...

Sonrió complacida, de por fin darse cuenta de aquello. Era ironico, porque finalmente, de algún modo se dio cuenta que desde hace mucho sabía que había sido él...

Él era a quién ella quería. Él realmente le gustaba más que a nadie.

¿Cuándo podría volver a verlo?

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De nuevo, la canción que escucha Yamile es de suma importancia... posteriormente leerán porqué ^u^.

sábado, 26 de mayo de 2012

Capitulo 29: "¿Debería decir adiós?"

Abrió los ojos lentamente; incluso tardó unos segundos más en darse cuenta de dónde estaba, pues él silencio la abrumó a tal grado que la deslocalizó. Era sumamente extraño que toda su casa estuviese callada, y más aún durante vacaciones.

Se incorporo del sillón en la sala y avanzó hacía el pasillo, luego entró a cada de las habitaciones y se sorprendió de que todas estuviesen vacías; corrió hacía la cocina y tampoco encontró a su madre. Tomó el teléfono y marcó a su madre: no contestó. Probó marcando a su hermano y padre, pero el resultado fue el mismo.

Sintiéndose desesperada, sin saber exactamente si se debía a la preocupación de que ellos no estaban y no contestaban, o sí era la ansiedad que le daba el estar solita, se sentó en el sofá y puso la cabeza entre las rodillas a la vez que  respiraba lentamente para intentar calmarse. Pensó un momento; y se le ocurrió que podría salir y divertirse con sus amigos, pero inmediatamente desechó la idea, pues ninguna de sus amigas se encontraba cerca... y no había forma de comunicarse con ellas tampoco.

Entonces, estaba totalmente sola... y no quería sentirse sola pues lo detestaba: Le daba ansiedad esa total soledad acompañada del aburrimiento. E incluso pensó en salir, pero estaba sola y no se atrevía; además, sí sus padres llegaban y no la encontraban quizá se molestaran después.

Yami se levantó del sillón y tomo su laptop para poner algunas canciones; y como supuso, la música comenzó a tranquilizarla.  Pero aún sin sentir que fuese suficiente, deseo poder sentirse comunicada con alguien para olvidar aquella situación que detestaba; por lo que finalmente se conectó para poder charlar con alguno de sus amigos.

Y encontró que Akita se encontraba conectado, por lo que sonrió al ver aquello; durante los últimos días había estado conectada diariamente con él, y pese a que simplemente hablaran de cosas triviales -o trataran un tema más serio-, ella encontraba sus conversaciones relajantes, amenas y divertidas; le encantaba platicar con él, más que con nadie. Por ello decidió comunicarse con él; pero en cuanto estaba por escribir un saludo, él se desconectó.

Desanimada, de pronto se dio cuenta de que Janao estaba conectado y decidió que si no había nadie más, entonces hablaría con él; pues así podría distraerse, pero en vez, fue él quién empezó a hablarle.

>> Yamile... necesito hablar contigo sobre nosotros....

>> ¿Qué sucede?

>> es sobre.... bno, sinseramente no estoy seguro d q este bien seguir saliendo sin q sepas algo...

>> ¿Eeeh?  - Ella se sentía confundida y  no sabia a donde iba Janao.

>> bueno te dire lo que pasa... desde el principio no estaba seguro de lo q sentía y crei q podía fingir que te quería como una novia, pero lo sierto es que aunque yo lo intentase no podía verdaderamente... intente mirart como se supone que debería...

>> ¿Qué... ? ¿Qué es lo que quieres decir?

>> esto desde el principio no ha sido del todo real, yo había echo una apuesta con mis amigos y debía cumplirla y debia elegir a 1 chica para acer q ella se interesara en mí y salieramos... y esa chica eres tu.
te elegí por q a simple vista m convenciste y me gustabas... no tanto, pero lo suficiente como para q la mayoria d mis sentimientos por ti no fuesen una mentira... pero la relación creo que sí lo fue... debiste haber sido mi amiga simplemente.... no mi novia....

Yami leyó aquello sin creerlo... estaba pasmada.

>> creo q sera mejor q esto entre nosotros ya acabe - terminó de escribir Janao

Ella comenzó a temblar... entre más leía aquello, menos podía creerlo.

¿Una apuesta?: Eso era lo había significado todo esto para Janao.
¿Acaso ella simplemente había sido un juego para Janao?
¿Un medio para demostrar o ganar algo a su costa?

Yami seguía temblando, sin saber sí lo hacía por furia o por algún otro motivo. De pronto, comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos; lo que demostró que aquello que sentía, era tristeza....

Se sentía abatida, triste, defraudada y usada: Se sentía cómo si hubiese sido el juguete de Janao.

Sonrió con ironía, pues había sentido que él era diferente a todos. Y en el momento en que él se había "declarado", ella había jurado que era real... ¡¡Que él la querría!!! Incluso sintió que esto al menos la ayudaría; pero había resultado peor...

¿Es que acaso lo único que sería siempre, era el juguetito y distracción momentánea de todos aquellos chicos?

Su día se estaba poniendo cada vez peor, al igual que sus vacaciones. Se sentía sola y estaba sola: Sus hermanas, sus amigos, su novio, su familia... ya no había nadie.  Y comenzó a llorar a rienda suelta...

Cerró la laptop y avanzó hasta su cuarto trastabillando. Todo comenzó a ponerse borroso y en ese momento, tomo una decisión precipitada.

Se acercó al botiquín y comenzó a revolver las medicinas en busca de unas pastillas especificas. Encontró los somníferos que buscaba, vació algunas pastillas en su mano y se las llevó a la boca... quería dormir profundamente.

Regresó a su habitación y como lo esperaba, comenzó a sentir sueño. Enseguida, sintió una desazón en el pecho y en el cuerpo.

Cuándo estaba cerrando sus ojos, recordó la voz de Akita diciendole "No lo hagas hermanita... por favor..." Deseo que él estuviera a su lado. Quería ver sus ojos y verlo sonreír; quería que él la abrazara y le sujetara la mano... hubiera querido que él le dijera adiós.

Pero ya era tarde, sus ojos se cerraron y fue imposible intentar volver a abrirlos. ¿Algo iba mal?

viernes, 18 de mayo de 2012

Capitulo 28:" Necesito verte."

Aburrida.

Así se sentia Yamile luego de llevar dos días en casa, sin poder salir y sin hacer nada interesante por las vacaciones.

― ¿Qué te sucede? ― preguntó la madre de Yamile, tras verla tumbada en el sillón con cara de pocos amigos.

― Pueees... estoy aburrida... y me siento mal por ello.

― Ah, eso... creí que se trataba de algo más sustancial. A quién podría importarle ahora tus estados "emo-cionales" ― Dijo su madre sonriendo, cargando la última palabra con un tono burlón. ― Entonces, busca algo que puedas hacer.

Yami se levanto frustrada, avanzó hacia el teléfono y marco un número. Si ahora contactaba a Kaiya, quizá podría visitarla y ninguna se aburriera. Espero un rato a que el aparato sonara con el habitual tono de espera, pero en vez de eso un mensaje con voz monótona le contestó "Lo sentimos, pero el número que usted marcó, no existe o se encuentra fuera de servicio. Gracias." Yami colocó el auricular en su sitio y lo miro extrañada durante unos segundos. Esto indicaba que Kaiya ya no estaba en su casa... un vuelco en el estomago la atacó, pues se sintió extraña de que su mejor amiga no le hubiera avisado aquello. Suspiró, quizá sólo había estado muy ocupada con todas esas presiones...

Volvió a tomarlo y esta vez marcó a casa de Sayu. Contestó su tía, diciendo que su amiga había ido a casa de Junjou. Esos dos, siempre juntos.

Por último recordó a Arween, y sonrió. Pero luego desistió, pues recordó que ella no tenía ningún número al que pudiera marcar.

Y así, recurrió a su último escape: su Laptop.
Ya estaba comenzando a odiar eso de no hacer otra cosa y recurrir al aparato, pero ya que sus padres no la dejaban salir y no tenía nadie con quién hacerlo, no tenía otra opción.

Entró a una de las redes sociales, miró un par de imágenes, y repentinamente mejor se decidió por otra cosa: Tomó un lápiz y una hoja de papel; prefería dibujar de nuevo. Aún así, dejo su sesión abierta para estar pendiente por si alguien se conectaba y poder charlar.

Al cabo de un rato boceteando, el sonido de un nuevo mensaje la distrajo y abandono su concentración para atender al ordenador: Se trataba de Sayu.

>> Hola, mi mamá me ha dicho que llamaste hace rato para buscarme. ¿Qué pasa? ― había escrito.

>> ¡¡¡Hola!!! Sólo quería saber si hoy estabas ocupada, porque estoy en mi casa sin hacer nada y pensé que podríamos reunirnos. ― respondió Yami.

>> Ups. Lo siento justo en este momento estaba terminando de empacar. No creo poder verte hoy.

>> Empacar??

>> Sip. Recuerdas que mi mamá tiene una casa fuera de la ciudad??? Bueno, nos iremos a pasar el resto de las vacaciones allá. ― ese hecho le cayo a Yami como una piedra.

>> Ya veo... Entonces no te veré por el resto de las vacaciones.............

>> Lo siento...

>> No importa. Oye, al menos has sabido algo de Kaiya o Arween?

>> Me temo que no. Intente contactar a Kaiya, pero no hay forma....

>> Está bien, ya las buscare en otro momento.

>> De acuerdo debo irme. Debemos estar en la estación a tiempo para tomar el autobús. Adiós.

Sayu se desconecto enseguida, pero Yami se quedó con aquella sensación.

No podía olvidarse del hecho de que no podría estar con sus hermanas el resto de aquellas vacaciones... aún así, hizo lo posible por apartar ese pesar de su mente.

De pronto, se dio cuenta de que Akita estaba conectado y decidió saludarlo. Hacía mucho que no hablaba con él.

Mientras esperaba a que él le contestara, de pronto recibió un mensaje de Janao.

>> Ola. ― escribió él, provocando que ella se riese por la falta de ortografía, pero igualmente lo saludó.

>> Cómo estás? ― preguntó ella.

>> mal...

>> Por qué? Qué pasa????

>> Yo... me rompí el brazo.... soy estupido

>> Qué ha pasado?

>> es vergonzoso decirte como, pero me lastime... estaba penzando en varias cosas y sucedio....

Yami sentia curiosidad y estaba preocupada por él, por lo que escribió: >> Quiero saber que pasó... Ibas distraído?? 

>> Es vergonzoso... y sí... penzaba en ti y lo nuestro... crees q podamos salir 1 de estos días? Nesesito hablar con tigo.

Al leer esto, ella hizo un mohin con la boca >> No creo... ― Escribió. En primera, todavía no deseaba salir con él, y tampoco creía que sus padres la dejaran. Jamás la dejaban salir con chicos, aparte de que sus padres no conocían su relación.

>> entonses supongo q nos vemos luego... puedo hacerte 1 pregunta aunq suene rara??

>> Sip, aunque ya has hecho una pregunta XD

>> mmmm..... aun somos novios???? saldrias con otra persona????

>> Hiciste dos preguntas. ― puso, tratando de ser graciosa ― Y tengo entendido que si, todavía somos novios. En cuanto a lo segundo, no... lo harías tú??

>> mmmm... ya veo... esta bien debo irme.

Yami se despidió. ¿Todo iba bien con Janao? ¿Seguía dudando de ella? Aquello, de algún modo, no le agradaba...

De pronto, la respuesta de Akita la saco de sus cavilaciones. >> Hola hermanita.

Al ver aquel saludo Yami sonrió; había temido que Akita estuviese enojado con ella y por eso no hubiese respondido aún, pero se alegro al ver eso y le respondió.

Así fue como el resto de la tarde, Yami olvidó que había estado aburrida; pues la paso escribiéndose con Akita. Y aunque su conversación solo eran trivialidades, ella se sintió contenta de conversar a "solas" con él.

Hacía mucho que anhelaba aquella posibilidad.... quizá ahora, pudiera conocerlo un poco más.

martes, 15 de mayo de 2012

Capitulo 27: "Almas nocturnas: Un posible adiós."

― Se ve graciosa cuándo duerme ― dijo una voz de chica.

― Es... divertido ― completó otra.

Yamile abrió los ojos lentamente; y parpadeo un par de veces para espabilarse y aclarar la vista. Tardó unos cuantos segundos más en darse cuenta del motivo de las risas de sus amigas, que miraban entretenidas a la chica que dormía a pierna suelta a un lado suyo, roncando y babeando un poco. Al ver eso, Yami no pudo evitar reír también; era realmente gracioso.

Esa noche ella estaba en casa de Kaiya. Todas habían decidido hacer una pijamada y varias chicas se habían quedado a dormir: Arween, Sayu, Misako, Yami, y por supuesto Kaiya y su pequeña hermana Ilia.

Ese hecho la hacía sentir un mar de emociones, pues era la primera vez que Yami dormía fuera de su casa o de algún familiar; y la idea le agradaba tanto que la hacia sentir relajada, además de que por ello, esa noche no sufría de insomnio ni pesadillas, y tampoco se sentía cansada pese a que eran las 3 de la madrugada y apenas había dormido un par de horas. Pensó que se trataba por la confianza que le tenía a estas chicas y por el agrado que sentía porque sus padres la hubiesen liberado tan solo un poco.

― ¿Qué hacen despiertas tan tarde? ― preguntó Yami a Kaiya y Arween.

― Kaiya no podía dormir, y yo le hago compañía ― respondió Arween.

Yami miró a Kaiya y preguntó ― ¿Otra vez insomnio?

La interrogada asintió y contesto ― Siempre lo tengo......

Yami se levantó de la colchoneta del suelo y se estiró un poco ― Entonces, yo me quedo con ustedes.

― De acuerdo... ― dijo Arwen, quien luego miro a Misako y volvió a reír ― Es gracioso...

― Todos dormimos gracioso... ― dijo Yamile ― por cierto, ¿Yo no ronque, di patadas o hice algo raro?

― Babeaste. ― afirmo Kaiya.

― Jejeje. Siempre lo hago... al menos espero no haber babeado a alguien.

Luego las tres chicas abandonaron la sala en donde estaban, y avanzaron hasta el comedor para no despertar a las otras.

― ¿Qué quieren hacer ahora? ― preguntó Kaiya.

― Mmm... en primera, yo quiero agua. ― dijo Arween.

Kaiya avanzó hacía la cocina, y regreso trayendo algunos vasos y una jarra de agua.

De pronto se escucharon movimientos en la sala: alguien bostezo y gruño, y al cabo de unos segundos Sayu también se había unido a ellas. ― ¿Qué hacen despiertas? ― dijo tallándose los ojos.

― Kaiya: Insomnio. ― fue todo lo que dijo Yami.

― .... Otra vez... ¿Puedo hacerles compañía?

Las tres asintieron y ella se sentó con ellas. Permanecieron un rato calladas y pudieron escuchar ruidos provenientes de una de las habitaciones, en donde descansaba el resto de la familia de Kaiya. De pronto una puerta se abrió y vieron a Ilia salir de su habitación y avanzar por el pasillo en dirección al baño.

― ¿Tu familia o papás no se molestan por qué estemos aquí? ― pregunto Yami mirando en la dirección de la habitación de los padres.

― Nop. Lo único que mis padres piden es que nos comportemos, que no salgamos de la casa o la incendiemos... o que no nos embriaguemos mucho ― dijo Kaiya sonriendo.

― Suena razonable. ― coincidió Arween ― Y teniendo eso en cuenta, ¿Qué desean hacer?

― Creo que tengo frío, y que el hecho de que este descalza y toque el suelo helado pueda influir; así que iré por mis pantuflas para cubrirme los pies. ― dijo Yamile, y se encaminó a la sala por ellas.

Una vez en ella, vio a Misako tumbada con los brazos y piernas abiertos cubriendo todas las colchonetas, incluso tenía la boca abierta y salivaba. Yami rió lo más bajo que pudo y aun así el sonido provocó que Misako abriera los ojos y se incorporara lentamente.

― ¿Eh?.... ¿"Je pa....sa"? ― pregunto entre bostezos, limpiándose el rostro ― mmm.... ¿Dondé están todas? ¿Qué haces despierta en la noche?

― Aaaam... pues no tenemos ganas de dormir. ¿Gustas venir al comedor con nosotras?

Y sin decir nada más, Misako se levantó y avanzo detrás de Yami.

Una vez juntas las cinco chicas, se pusieron a conversar entretenidas hasta que de nuevo escucharon ruidos en la habitación contigua.

Kaiya miro con expresión preocupada hacía la habitación de sus padres, y Yami al notar aquello le pregunto ― ¿Te pasa algo?

Kaiya suspiró, dudo un momento y respondió con pesar en la voz ― Se trata de mis padres...

― ¿Qué sucede?

― Es... complicado. ― Arween y Yami se acercaron a ella un poco más y al parecer eso le dio el valor de continuar de forma abrupta. ― Ellos están en planes de separarse. Hace ya mucho tiempo que lo han estado charlando y yo me doy cuenta de las cosas...

― ¿Es seguro?

― Sí. Y el problema con ello es que nos ponen en problemas a mí y mi hermana, porque nosotras podríamos y tendríamos que elegir entre ellos. Es como si estuviésemos en medio de ambos, sin saber que es lo que debemos hacer... yo no podría. Además, es más difícil porque han estado aparentando que nada sucede, y hace complicado actuar fingiendo que tú tampoco lo sabes... me resulta horrible el mirarlos a la cara y estar junto a ellos.

Yami se acerco más y la miro a los ojos; Kaiya continuó.

― Además... se que cuando ellos se separen, nosotras podríamos hacerlo; ya no podría verlas de nuevo. ― Suspiró ― Mi mamá podría querer que nos vayamos con ella al menos hasta que sea mayor de edad, y no se a donde iríamos en ese caso. Y si fuésemos con mi papá... bueno, él ha dejado en claro desde hace mucho tiempo, que de pasar algo así, se iría lejos.

― ¿Te iras? ― pregunto Misako, respondiendo la curiosidad de Yamile también.

― Sí mis papás lo quieren, lo tendré que hacer al menos hasta que sea mayor de edad.

― No es gran tiempo... sólo un par de años. ― dijo Arween.

― Suficiente tiempo para no verlas; para que llegue a sentirme lejos del mundo que amo... ¡De ustedes!

― No te preocupes, todo saldrá bien. ― dijo Yamile intentando darle ánimos ― Todos llegamos a sufrir por problemas de ese tipo, pero al final todo se solucionara... No nos alejaremos de ti.

De pronto Arween interrumpió y con cara sombría confirmo ― Sí, a todos podría sucederles, incluso a mí... Y debo decirles algo también. ― Arween tomo aliento y prosiguio ― Quizá sí nos tengamos que separar un tiempo...

― ¿Por qué lo dices tú?

― Mi padre está enfermo. Necesita cuidados especiales, más espacio para cuidarlo y que este cómodo, con tal de que su situación no sea peor de lo que ya está. Por ello toda mi familia debemos irnos. Quizá nos mudemos cerca... o vayamos fuera de la ciudad, a donde nací y crecí y donde el ambiente sería mejor para él...

Yami recordó que Arween siempre había dicho que creció en las afueras de la ciudad, en un pequeño pueblo que ella jamás había visto. Sonrió con ironía mientras oía atenta aquello, negándose a seguir...

― Kaiya y yo podríamos mudarnos cerca... o lejos... pero sea como sea, es seguro que quizá debemos separarnos un tiempo.

Yami miró atenta a sus amigas y las abrazó. ― Sea como sea estaremos juntas ¿No? Siempre nos apoyaremos.

― Sí...

― Siempre juntas, aunque pasase el tiempo que deba pasar... ― dijeron Arween y Kaiya respectivamente.

Sayu sonrió y Yamile le hizo coro; pero a pesar de su sonrisa, Yami sentía un pesar en su interior. Definitivamente se negaba a aceptar esa posible realidad...

Desde hace años que estaba con ellas; eran las únicas personas a las que tenía. Durante toda la secundaria había estado a su lado, y  eso realmente la ayudaba, pero ahora... con todo lo que estaba sucediendo... supuso que tendría que apañárselas sola. ¿Cómo lo haría?

Suspiró. Trató de alegrar aquello y siguió conversando con ellas durante horas; lo mejor era seguir fingiendo tanto como pudiera y alegrarlas a ellas. Además, ya no podría dormir.

Amaneció, incluso desayunaron. Todo siguió marchando bien; hasta que los padres de Yami le llamaron al celular y ella tuvo que despedirse de ellas.

Las abrazó con más emoción de lo normal; ya no sabría cuándo podría volver a verlas. Pero, todo estaría bien... ¿O no?

lunes, 14 de mayo de 2012

Capitulo 26: "Es solo, un día más"

― ¿Sí tanto te gusta, por que no lo haces? ― se escuchó decir a la voz de Arween a unos pasos más atrás.

― Me da miedo... ¿Y si hago algo mal y me lastimo? ― respondió Yamile.

― Quizá ese chico lindo se fije en ti y te ayude. Y si no, pues te levantaras y seguirás. ― terció Kaiya. ― Mira. Todo mundo lo hace sin miedo aunque saben que podrían terminar lastimados.

― Quizá todo mundo tiene mucha confianza... ― debatió Yamile insegura ― o son tontos...

― O simplemente se atreven a hacerlo...

Hasta ahora, Yamile estaba mirando embobada aquella pista de hielo durante demasiado tiempo. Estaba sentada en una gradas con sus amigas, mientras miraban al resto de la gente hacer acrobacias y aprender a moverse sobre la capa fría; tenía muchas ganas de tomar unos patines y aventurarse en el hielo, pero también tenía mucho más miedo.

― Sólo hazlo. ― volvió a intentar animarla Kaiya.

― Me caeré. Seguro me animaré y lo haré; pero en otra ocasión con más confianza, o con alguien que me guíe y que sepa hacerlo, para no terminar yo con el trasero estampado contra el frío. Sí ya, cuando simplemente me encuentro de pie sobre el pavimento me caigo, no quiero imaginar que sucederá sobre el resbaloso hielo y con esas tiras delgadas de metal en mis pies.

Y es que, en serio moría de ganas de estar en la pista, pues era una de las cosas que figuraba en su lista de "cosas que realmente deseo hacer"; pero era un asco sobre patines. Hace mucho tiempo, había aprendido a patinar sobre el pavimento, pero por descuidada había obtenido una fractura en la muñeca. Tras eso, sus padres habían insistido en que abandonara los patines antes de que se deshiciera otro hueso, y así lo hizo; ahora, desconocía totalmente lo que era tener ruedas en los píes. Prefería quedarse sobre el duro pavimento, y animarse a entrar en ella algún día que alguien tuviera la paciencia de enseñarle y cuidarla dentro de la pista.

― No les parece que ya está haciendo más frío ― dijo de pronto Arween, mientras se envolvía más entre su chamarra.

― Sip. Mejor vayámonos ya de aquí; caminando se nos quitara el frío. ― dijo Yamile y se levanto de las gradas para irse.

― Me parece buena idea.

Salieron de aquel sitio, y miraron alrededor.

― ¿A donde gustan ir ahora? ― pregunto ella luego de un rato.

― mmm... que les parecería que caminemos y veamos que se nos ocurre hacer. ¿Les gusta la idea? ― dijo Kaiya.

Entonces comenzaron a caminar por las calles de la ciudad sin un rumbo aparente. Al cabo de más o menos media hora, llegaron a una plazuela y se sentaron en una pequeña banca que había por ahí.

― Heeeey chicas ― dijo de pronto Kaiya ― ¿No hay demasiados chicos guapos, este día?

― Sí, me parece que sí. Mejor aún que no son solo chicos de por aquí; ese de allá parece ser extranjero. ― respondió Arween

― Es lindo... se ve bien. ― dijo Yami sonriendo.

― Lastima que tú tienes novio y no puedes salir con nadie mas. ― dijo burlonamente Arween.

Ella sonrió. Desde que les había dicho a sus dos amigas acerca de Janao, ellas no paraban de recordárselo.

― ¿Y qué? No tiene nada de malo que mire a algún chico guapo; no hago nada que no deba hacer. Malo que comience a salir con alguien más aparte de Janao; y aun así, de cualquier modo no habría nada malo en ello porque no es como si estuviera casada (ni lo estaría nunca) con él, por lo que podría salir con quien yo quisiese ― respondio Yami ante aquello.

― Apoyo la opinión de Yami. No tiene nada de malo ver, besar, o abrazar a alguien más; y menos si es así de linda. Los chicos la siguen sin que ella realmente quiera y puede conseguir a cualquiera.

― No soy linda... solo les llamo la atención por... bah. Ustedes si lo son.

― Claro que eres linda. ¿Por qué crees que el tal Janao se habrá fijado en ti, si no eres linda?

― Quizá porque nadie más se fijaba en él y yo fui su última opción. O bien, quizá también pudo haber sido que no se fijara en mi rostro...

― Eso último suena lógico. Lamentablemente, a estas alturas todo chico se fija en el físico de la chica, aunque suene horrible. Y claro que eres linda... te demostraré ― dijo Arween, quien acto seguido se le quedo mirando a un chico como de veintitantos años que iba pasando distraído. No parecía mala persona, por lo que ella alzó la mano y lo saludo.

Yami trató de detenerla. Estaba mal que simplemente le hablaran así a un tipo que ni conocían...

Pero aquel chico, ya las había mirado extrañado  durante un momento, y se acercó. Entonces las saludó a todas. ― Disculpen, pero ¿Las conozco? ― preguntó.

― Nop...

― ¡Demonios! Soy tonto. Pensé que las conocía y por eso ustedes me habían saludado; fue por ello que me acerque a saludarlas para no ser maleducado y ver si las reconocía. No piensen mal, es solo que conozco a tanta gente, que después olvido algunas caras y ya no las reconozco...

― Bueeenooo... no está mal que no nos conozcas. Puedes conseguir nuevas amigas.

Aquel chico sonrió un poco incomodo y dijo ― En ese caso, me llamo Ryota. Gusto en conocerlas.

Las chicas saludaron y se presentaron; entonces se quedaron a conversar los cuatro.

[...]

― Heeey ustedes son muy divertidas ― dijo él entre risas al cabo de un rato ― Me caen bien.

En ese momento Arween sonrió y le dijo ― ¿Podría preguntarte algo?

― Aaaam ya lo haz hecho... pero claro; supongo que está bien.

― En ese caso; míranos bien y dime ¿Quién se ve más joven de las tres?

Ryota miro a las tres un momento, y al cabo de unos segundos dijo ― Creo que la más joven es Yamile; le calculo unos 16 años, mientras que ustedes se ven de prácticamente de 18 o hasta 19 años.

Arween y Kaiya sonrieron. Siempre la gente apostaba por Yamile.

― ¿Crees que es linda a pesar de que se vea pequeña?

― ¡Claro! Es muy linda. De hecho... si no fuera tan pequeña.... ― sonrió pícaramente y dejo la frase sin terminar, flotando en el aire.

Yamile se sonrojó y agacho la vista confundida: Se sentía halagada por ello; pero también le molestaba que un chico la llamase linda, pues  la hacia sentir incomoda y tenía malas experiencias con ello...

De pronto, Yamile se vio interrumpida antes de poder decir nada. Pues Ryota, dijo tener asuntos pendientes y debía irse,

Las chicas se despidieron y entonces se marchó.

― ¡Hey chicas! ¿Qué les parece si vamos por algo de comida? Estoy hambrienta. ― dijo de pronto Kaiya animosamente, con una sonrisa.

― Sí vamos, quiero unas hamburguesas. ― coincidió Yami.

Pese a todo, amaba los días en que podía pasarlos con sus hermanas... aunque ellas hicieran ese tipo de tonterías....

jueves, 19 de abril de 2012

Capitulo 25: "Disfruta cada uno de tus días."

Yami salió de la ducha, temblando de frio. Aún era muy temprano por la mañana, pero estaba emocionada porque después de mucho tiempo de no ver a sus amigas, hoy se reuniría con ellas dentro de un par de horas. Salió del baño y corrió a su habitación con la toalla enrollada alrededor del cuerpo; se desnudó, se seco el cuerpo y se puso ropa interior entre temblores.

Entonces, pasó frente al espejo de su habitación y se detuvo ante a él para mirarse. Suspiro y al cabo de un rato, se retiró. No importaba cuantas veces se viese en el espejo, nunca le terminaba de agradar lo que veía; ya fuese que se viese sin absolutamente nada de ropa, o hasta vestida y maquillada: el reflejo de ella no le gustaba. Sabía que no se agradaba a si misma por aquella expresión de hastío en su rostro, que sin importar si sonreía, permanecía en sus ojos. Además, estaba su cuerpo... y aunque ella sabía cuán atractiva era, detestaba que los chicos se fijaran en ella por eso; por eso hacía lo posible por cubrirlo, para que no se fijaran en ello a simple vista.

Suspiró y finalmente se vistió. Luego volvió a acercarse al espejo, y minuciosamente se maquilló levemente el rostro; poniendo énfasis, especialmente los ojos. Trataba de ocultar su permanente expresión y cuidaba de cubrir los pequeños detalles que la hacían sentirse más a disgusto con ella.

Una vez que termino de arreglarse, tomo una bolsa de mano y guardó lo necesario: Dinero, celular, audifonos, etc.

Salió de su habitación con cuidado y se encamino a la cocina, en donde tomo una taza y se preparo un poco de café para quitarse el sueño y frío. Se llevo la taza a los labios... justo en ese momento recordó la sonrisa de Takeshi tal y como si lo estuviese mirando.... de pronto, sus ojos se humedecieron y Yami no supo distinguir si se debía a la nostalgia que le producía pensar en él, o si era por el dolor de haberse quemado la lengua con la bebida caliente. Pero sonrió, por la ironía de aquello.

De pronto, sintió una mano posarse sobre su hombro y giro el cuerpo sobresaltada. Su madre la miraba fijamente. ― ¡Ma'...! Me has asustado... casi me derramo el café encima.

― Lo siento, sólo quería que voltearas para saludarte.

― Buenos días mamá ― dijo Yamile y se acerco a ella, para besarle la mejilla.

― Buenos días. ― respondió y la miró ―Ya te has bañado y arreglado ¿Saldrás con tus amigas?

― Sí, y quizá deberías decir "Saldremos". Pensé que papá y tú deseaban ir también. ― dijo Yami tomando un plato en el que se sirvió leche y cereal.

― Iremos. Aunque simplemente te llevaríamos a donde se verán porque no sabes llegar; pero quizá luego te separes de nosotros y ustedes vayan a otro lugar... o simplemente no notes nuestra presencia.

Sonrió. ― Bueno, de cualquier modo irán. Lo mejor sería que papá ya despertara y ambos se quitaran sus pijamas para ir; se supone que quedamos de vernos en hora y media allá, y no sé cuanto tardemos en llegar.

***

Yami bajo del metro -seguida de sus padres- y comenzó a caminar, mientras miraba a su alrededor. Nunca había estado en ese sitio.

El día anterior Kaiya la había contactado para invitarla a salir con Arween, Tenshu, Sayu y Junjou. Habían planeado dar una vuelta y curiosear en un tianguis en el que vendían toda clase de artículos referentes a cualquier moda excéntrica: desde rockeros, metaleros, darks, etc., etc..

Ahora debía buscarlos en una biblioteca cercana a su destino, que habían denominado como el punto de encuentro.

― ¡Yami-chan! ― escuchó que alguien gritaba y giro el rostro en todas direcciones, buscando el origen de aquello. A unos cuantos metros alcanzo a ver a Kaiya, quien la había llamado y ahora la saludaba con la mano. Entonces, notó que alrededor de Kaiya ya se encontraban Tenshu, Sayu y Junjou; y avanzó para saludar a todos.

 Al tener de frente a Kaiya le dio un efusivo abrazo y le dijo― ¡Hola! Ya los extrañaba ― refiriéndose también al otro par.

― Sí ya tenía muchote tiempo que nos nos veíamos ― respondió Kaiya ― En noviembre me parece... ¡Y ya ha pasado más de un mes!

― ¿Oh? Han venido tus padres. ― dijo Junjou, mirándolos a lo lejos, mientras se detenían a examinar alguna cosa.

― Sip... yo no sabía llegar y me guiaron. Además, ya los conoces; ambos tuvieron un cercano pasado, genial y oscurillo como nosotros, y querían venir a ver un poco de lo que hay por aquí. ― dijo Yamile sonriendo.

― Sí... eso los hace geniales. Mucho. ― tercio Kaiya. ― Por cierto, Arween no podrá venir, así que sera mejor que nosotros continuemos.

Todos asintieron y comenzaron a caminar guiados por Kaiya, quien parecía ser la que conocía mejor la zona.

Al cabo de un rato, parecía que Kaiya y Yami se habían quedado solas, pues Tenshu se había perdido, Junjou y Sayu se detenían a ratos para mirar ciertas cosas, o simplemente para permanecer enlazados en un beso, y los padres de Yami ya habían quedado muy atrás.

― ¿Ha pasado algo interesante en tu vida? ― pregunto Kaiya a ella, luego de un momento de divagar.

― No sé que sería algo "interesante". A mi, por ejemplo, lo más sustancial e interesante que me ha pasado por ahora, es que he venido a pasear un rato con una de mis mejores amigas -la más loca y posesa que me encontré-, a un sitio que es bastante curioso, loco y esotérico; en el que estoy segura que nos miran raro, y podríamos salir drogadas si no tenemos cuidado. ― dijo Yami sonriendo a la vez que rechazaba a un chico que le ofrecía alguna bebida que se veía bastante curiosa. Luego la miro a los ojos. ― Creo que aparte de eso, nada me importa más por ahora.

― Bueno sí, suena interesante y raro cuando lo dices así. Pero yo me refería a algo como: sí has salido a tomar a algún lugar, o a dar una vuelta... o sí has hecho nuevos amigos por los que me iras a cambiar... o si has conseguido algún cuñado para mi. Al menos, algo que yo no sepa. ¡Cuéntame alguna anécdota nueva de la que me haya perdido!

― Sabes que no tomo, más que para brindis especiales; no salgo mucho porque no me dejan y no te cambiaría...― su amiga le sonrió ― Pero bueno... veamos, algo nuevo... mmm...  Bueno, hay mucho por lo que contar. Tengo una amiga, que me gustaría que conocieses y que me dieses tu opinión de ella... mmm... y sí, ya tengo un novio.

Kaiya había estado mirando la ropa de un puesto distraídamente, pero cuando escuchó aquello se giro bruscamente ante Yami y la sujetó por los hombros. ― ¿¡¡Novio nuevo!!? ¡Genial! Hace años que no tenías ningún interés en tener novio... creo que desde que nos conocimos.

― ¿¡Novio nuevo!? ¿Yami? ― pregunto Sayu, quien había aparecido detrás de Yami repentinamente; Kaiya asintió.

― Eaaaa... Yamile tiene novio, y ¿Al menos es guapo? ― preguntó Junjou.

― Espero, que por lo menos sea más guapo que tú Junjou. ― dijo Kaiya en tono burlón. ― ¿Qué tal es el tipo?

― Es un buen chico, mas alto que yo y no es feo; aunque sí quizá chistoso. Yo no planeaba salir con él ni nada, pero las cosas así se dieron. Por eso no estoy muy segura, de que realmente me guste.

― ¿Sales con él sin que te guste? Espera, ¿No es el chico que dijiste la última vez que nos vimos, que te gustaba? ― pregunto extrañada Kaiya.

― No, no lo es... aunque ese chico me siga gustando.

― Entonces ¿Porque mejor no salias con el chico que en serio te gusta?

― Aaaaam... es una larga historia. ― continuaron avanzando por entre los locales y puestos, y mientras Yami iba contando la historia lo más resumida posible, sin dejar ningún detalle importante suelto.

― Ya veo... ― dijo al fin Kaiya ― Maldito tonto: no merecía que una chica tan linda, buena, amable y sexy como tú se fijase en él...

Yami rió por los comentarios de Kaiya ― Creo que me sobrestimas... Independientemente, de cualquier forma no creo que haya sido culpa de Takeshi. Me ha pasado lo mismo que con Tenshu. Yo no me he confesado por que son mis amigos, y al final ellos han escogido a otra chica; con lo que yo he salido lastimada por mi propia idiotez.

― Siempre me pregunté porque nunca te atreviste a besar a Tenshu al menos para quitarte la curiosidad. ― interrumpió de pronto Junjou.

― Emmmm... porque nunca sentí la necesidad de hacerlo y porque...

― Yo no lo hubiese permitido de haberlo intentado. ― completó Tenshu, quien se encontraba oculto detrás del alto Junjou y de pronto apareció ― Porque no es eso lo que Yamile se merecía.

― aaaam... yo... ― Yami balbuceo un poco, sintiéndose avergonzada hasta que Sayu prosiguió

― No sé... Yo siento que todo esto ha pasado porque Yami no merecia estar con ellos. Quizá sea, que haya alguien que en algún momento va a ser el que realmente deba ser querido por ella. Ese alguien sera bueno, la cuidara, respetara, ayudara, admirara y la amara; ella también lo querrá y entonces estarán juntos. ― dijo románticamente Sayu.

― Ja. Dime donde está ese alguien y ahora mismo lo beso sin importarme que eso de los besos me de un poco de nervios. ― exclamó Yamile.

― Quizá todavía esté escondido en algún lugar y un buen día aparecerá. O puede ser el novio que ahora mismo tienes.

―  Prefiero la primera opción. ― afirmo Yami.

― Por el momento, disfruta el novio que tienes ahora, y aprovéchalo. ― dijo sonriente Kaiya ― Yo igual disfrutare mi actual y reciente novio.

― ¡Genial que tengas a alguien con quien salir! Ojala te quiera y respete adecuadamente. ― le deseo Yami.

― Lo mismo para tí.

Luego de eso, continuaron avanzando por la calle, hasta que llegaron a un sitio en donde una banda de rock estaba comenzando una especie de pequeño concierto. Los padres de Yami se encontraban ahí, y decidieron quedarse un rato a escuchar la música.

― Eeeeey... Cuéntame que mas has hecho. ― le dijo Kaiya, de forma casi inaudible, debido al ruido de la batería y guitarra.

Como pudo, Yami continuó contándole casi todo lo que había vivido con el resto de sus amigos en todo ese tiempo. Kaiya permaneció atenta y le dio ciertos consejos sobre ello, logrando hacer que Yami viese las cosas un poco diferentes y sonriera por ahora.

No importaba que Yami aún se sintiera mal por lo que había pasado con Takeshi; o que estuviese preocupada por Akita.... o que extrañara un poco a Akane. Por ahora, se encontraba disfrutando un buen día con la persona a la que más quería: Kaiya.

jueves, 15 de marzo de 2012

Capitulo 24: "Lluvia"

Yami tomo el celular que hasta hace un momento estaba sonando y contesto sin conocer el número en pantalla ― ¿Hola?

¡Bonjour mademoiselle! ― dijo la voz de Janao al otro lado de la linea. Eso si que era sorpresivo. ― ¿Cómo va tu mañana?

― Hola niño. ― rió extrañada ― Va bien, gracias por preguntar. Aaaaam.... ¿Por qué y cómo me has llamado? ¿Sucede algo?

― Bueno, estaba pensando en que hoy va a ser una convención de cómic y manga; y ya que a ti te gusta eso... ¿Te gustaría ir conmigo? ― se le escuchaba animado.

― ¿Contigo? ¿Hoy? ― respondió ella, en un tono de sorpresa.

― Claro, si gustas podemos ir. No te preocupes, yo pagaría tu boleto de entrada y lo que gustes. Podemos vernos en algún lugar y de ahí ir; o vernos directamente en el sitio de la convención. No estaríamos solos, ya que acabo de localizar a Takeshi, Akane y Kenta, y ellos irán; y pues ya he quedado de verlos a las 10. Y pensé también que te gustaría ir... además de que si te incomoda, no estarás solo conmigo. ¿Qué dices? ¿Irás?

― Es que... es que... bueno, faltan sólo un par de horas para ir y no creo estar lista;  además, no creo que me dejen ir.... ― pero en el fondo, el verdadero motivo de negar la invitación era porque de aceptarla, estaría aceptando un poco más su relación. Y aunque ya se hubieran besado, aceptar una invitación de él y verse en un asunto extraescolar.... era algo que aún no estaba lista para hacer.

― Está bien. Supongo que entonces no te dejaran... Pero, ¿Iras al menos a la escuela hoy? ― Yami sonrió con ironía al escucharlo. ¿Acaso se le oía decepcionado?

― Sip. Es el último día... además, quede antes con Akane de que nos veríamos hoy allá.

― De acuerdo, nos vemos allá entonces. ― Y sin más, él colgó.

***

Yami cruzó la puerta de la escuela y avanzó por el patio. De pronto miró a sus amigos platicando a la distancia y se acercó a ellos. Recibió el saludo de Akane y Kenta primero, y notó que Janao no estaba -Akane le dijo que él se había ido a resolver un asunto-.

Entonces a lo lejos vio a Akita y Takeshi, este último, al verla se acercó y la abrazó ― Hola hermana. ― Yami se separo de él y lo miro fijamente ― ¿Te has cortado el cabello? ¡Pensé que te gustaba usarlo largo!

― Sí. Pero circunstancias de hoy, me hicieron cortarlo...

Yami permaneció hablando con él un rato. Él sonreía, y se veía bien... así que ella también estuvo riendo y sintiéndose feliz de estar con él. ― Hoy pareces estar más alegre de lo usual; lo cual realmente no es usual. ― comentó ella intrigada.

― Bueno, es que hoy... ha sucedido algo que me ha puesto muy feliz.

― Me alegro por ti ― dijo ella sonriéndole

En ese momento Takeshi de alejó de ella y Akane aprovecho para alejarla aún más de él.

― ¿Qué sucede? ― le preguntó Yami confundida por la brusca manera en que su amiga la había jalado del brazo, sólo para apartarla del resto y tener su exclusiva atención.

― Yo... bueno hay algo que deberías saber; aunque la verdad no sé que tan buena idea sea... ― contestó Akane con vacilación ― Es que...― cerró los ojos y suspiro. Algo no iba bien. ― Baaah... pienso que es importante que sepas; deberías saberlo. Se trata de Takeshi y su alegre animo el día de hoy... ¿Lo has notado?

― ¿De qué se trata? ― preguntó Yamile con ansiedad.

― Bueno, hace rato estábamos en la convención y noté la forma curiosa que tiene hoy de actuar: esa alegría. E incluso él me contó lo que lo tenía tan... contento. Y pienso, que tú realmente debes saber el motivo de porque está feliz. Esto no es fácil; Takeshi ha conseguido una novia... ― su amiga  escrutó el rostro de Yami, esperando ver que reacción tendría.

Yamile no podía creer lo que Akane acababa de decirle, tardó un momento en asimilar lo que su amiga le había dicho...  ¿Novia?...  Le resultaba difícil digerir aquella información; ¿Era eso posible?... Lo miró. Sonreía y parecía feliz. Debía ser cierto; pero ¿Una simple  chica, sería capaz de cambiar su actitud? Sí. Era posible sí él realmente la quería.― No lo entiendo; pensé que él no... dejo en claro que... dijo... nadie..... ― balbuceaba Yami, cada vez más con la garganta seca.

Akane la miró con melancolía, y justo cuándo iba a tomar la mano de Yami, ella la apartó de un empujón y comenzó a caminar para apartarse de ahí poco a poco. Luego, se hecho a correr para alejarse de la visión del sonriente Takeshi. Se sentía defraudada... decepcionada... ¡No podía creerlo!

― ¡Espera! ― le gritó su amiga intentando alcanzarla. Pero Yamile no hizo caso. No quería saber nada de nadie; todo le parecía irreal en ese momento.

Llegó al extremo de otro de los patios de la escuela; entonces fue cuando sus rodillas falsearon y casi se vino abajo. ― ¡Pensé que no te detendrías! ― le dijo Akane exhausta, corriendo detrás de ella.

Yami se giró y encaró a su amiga. Pero al tenerla cerca, lo primero que hizo fue acercarse a ella y abrazarla. ― Sabes... me había hecho a la idea de dejar a Takeshi a un lado, porque... porque creí que todo estaría bien. Pensé que... él no me elegiría nunca y al final me hice a la idea. Porque además pensé que él no podría elegir a nadie, ni andar con nadie por su forma de ser y todo lo que decía. Esos pensamientos me consolaron y por eso acepté el dejarlo de lado...― su voz, comenzó a escucharse pastosa; casi a punto de llorar ― Sentí que... si no era mio, ni de nadie, todo estaría bien... pero... p.pero... ― por fin las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos lentamente y su voz se fue apagando poco a poco. ― ¿Te dijo por qué a ella sí la aceptó?

― Yo.... ― Akane tenía una expresión de confusión. Sopesaba si debía continuar diciendole aquello o si debía parar. ― Al parecer, dijo que era una amiga suya, de su anterior escuela; y que al verla de nuevo, ella le gustó tanto que él le preguntó sobre si quería salir con él.... y ella aceptó. ― dijo Akane, todavía dudando de que eso fuera correcto para Yami. Poco a poco gotitas leves de lluvia comenzaron a caer....

― Así que fue él quien eligió... ― sonrió cansinamente. ― Entonces... sí él pudo elegir a alguien, y ese alguien no fui yo, es porque... ― su voz fue ahogada en ese momento por el sonido de un relámpago, y la lluvia comenzó a caer al mismo tiempo que se le desbordaban las lágrimas.

Ella pensó, que todo esto era culpa suya. Había sido tonta al creer que podía gustarle a él... o tonta al creer, que él no la elegía porque no podía querer a nadie. Pero lo cierto es que sentía que no la había elegido porque al fin y al cabo, ella había sido insuficiente para él. Insuficiente para que él la viera como una mujer, insuficiente para llamar su atención, insuficiente para que él la viera como algo más que una amiga. Pero aún así, esa chica, con sólo verla una vez lo había llenado y había hecho que él se fijara en ella. Se sintió furiosa, por que por más esfuerzos que Yami hizo, nunca lo logro. Ella simplemente, era insuficiente...

Yami escuchó pasos a la distancia y liberó del abrazo a Akane. Al separarse, la lluvia le refrescó el rostro y se combinó con las lágrimas.  Intentó limpiarse un poco el rostro y se dio media vuelta para ver quién se había acercado a ellas.

Akita estaba empapado y la miraba fijamente. ― Her-hermanita... ¿Te encuentras bien? ― preguntó él, al verle la expresión en su rostro.

― Sí ― contesto secamente.

― ¿Segura? Parece qué...

― Solamente me siento mal; me duele la cabeza. ― respondió ella, mirándolo a los ojos.

― Pero... ―  Él tenía cierta mirada en sus ojos, que hizo que ella quisiera abrazarlo; y al mismo tiempo deseaba alejarse lo más que pudiese de él. ¿Qué estaba sucediéndole a Akita en sus ojos? ¿Es que, acaso Yami estaba condenada a no ver de nuevo esos ojos brillantes? Es que, ¿Tan mal aspecto tenía ella y tan mal hacía sentir a Akita, que él tenía que verla con tanta lastima y tristeza?

― No es nada... ― dijo ella al cabo de un rato, y se giró hacía Akane sonriéndole. ― Regresemos con todos los demás ¿De acuerdo? Ya se me pasara el dolor. ― entonces caminó con ella a su lado, y Akita siguiéndolas de cerca.

Fue curioso para ella, fingir que nada le pasaba; sonreír y divertirse con sus amigos bajo la lluvia. Pero durante todo ese tiempo, ella no se apartó de la lluvia pues le refrescaba los ojos y evitaba que se notaran demasiado las lágrimas que derramaba por el dolor que sentía. Así que intentaba, distraerse una y otra vez al mirarlos a ellos...

El día siguió pasando, sin clases ni nada que hacer. Y ella evitó también en todo momento quedarse a solas con Takeshi; pues el simple hecho de verlo así, sonriente mientras ella se sentía terrible, la hacía sentirse aún peor.

Pero no fue, sino hasta que Janao llegó ese día, que ella deseo largarse de una buena vez de ahí. No deseaba tener que mirarlo y sonreírle; no deseaba abrazarlo... no deseaba que la viesen ese día con él. Pero en vez de eso, se quedó a su lado, pues tampoco deseaba lastimar a Janao solamente porque la habían lastimado ese día.

Sí que estaba comportándose como una estúpida...

Al cabo de un rato, ya sin poder soportarlo más, ella decidió que ya podía irse a su casa sin llamar la atención. Entonces comenzó a despedirse de todos, evitando un poco a Takeshi e incluso a Janao; pero justo cuando se iba a ir, Takeshi la llamó desde detrás. Y cuando iba a girar para verlo, Janao la tomó en brazos y la levantó del suelo para besarla.

― Debo... irme... ―  balbuceo ella como pudo, aún con los labios pegados a los de él.

―  Lo siento... ―  dijo él soltándola ― Es que, después de éste día puede que no nos veamos durante todas las vacaciones... y quise hacer esto antes...

―  No importa. ―  En ese momento, Yami recordó a Takeshi y se giro para mirarlo; pero él ya se había apartado de ella. En vez, se topo con Akita y esa miradilla de ojos apagados; y al cabo de un rato, él también se dio la vuelta y se apartó de ella.

Una estúpida...

Entonces sintiéndose repentinamente preocupada, e inútil por aún no poder hacer nada con Akita y esa mirada que persistía; y así, dejo a Janao solo- Avanzó hacía la única persona que pensó podría ayudarla...

―  Heeey... Kenichi.― dijo una vez teniéndolo enfrente. ―  Necesito que me hagas un favor...

Kenichi era hasta ahora, un buen amigo. Era en muchos sentidos alguien neutral; alguien a quién todos hablaban y no tomaba partido con nadie a menos que lo considerara necesario. Confiable, amable y por lo visto un cómplice de ayuda... Además, había notado que él y Akita comenzaban a hablar más, y decidió que podía usar eso a su favor...

―  ¿Qué sucede? ―  preguntó él.

―  Es sobre Akita. Sé que eres un buen amigo de él; se llevan bien. Pues, por favor, me gustaría usar esa ventaja... por qué... necesito que averigües que le sucede a Akita. Quisiera que me ayudes a averiguar por qué tiene esa mirada; a saber que lo ha estado atormentando... por favor, necesito saberlo; quiero ayudarlo, y por eso lo necesito.

Kenichi permaneció mirando hacía la nada un momento, y luego respondió: ― Suena lógico, y quizá sea buena idea de tu parte. Algo complicado, por su forma de ser. Pero creo que podré hacerlo por tí... ―  y dicho eso, volteo a verla y sonrió.

―  ¡Gracias!

Yami sentía que era una medida desesperada, pero ya que Akita e incluso Akane - quién también parecía saber aquello-, se negaban a hablarle de ello, no le quedaba más remedio que mandar una especie de "espía" que pudiese averiguarlo y comentarle después sobre eso...

***

Salieron de la escuela, y poco a poco comenzaron a despedirse. Takeshi sonrió, alegando que tenía un nuevo asunto que atender a partir de esos días, y se fue, seguido de Janao, quién se despidió repentinamente seco de Yamile - ella en cambio, ni siquiera se inmutó por aquello; pero sí le extraño que dejara de lado su romanticismo...

― Yami... ― la llamó tímidamente su amiga ― Por favor cuídate. ― le dijo Akane, mientras se acercaba a abrazarla a modo de despedida. ― No quiero que hagas nada.... estúpido...

― No te preocupes....― suspiró ― creo que estaré bien...

― Ya verás, que él dolor pasará... te ayudaré. ― su amiga camino hacía el camión que tomaría, y una vez arriba, se giró para hacer un ademán de despedida hacía ella y obsequiarle una sonrisa de apoyo.

Yamile sonrió, aunque lo cierto es que ella sentía que ya nada podía salírle peor ese día. Le dolía todo y se sentía horrible. ¿Tan poca cosa había sido para él? ¿Qué se supone que debía hacer ahora?

Volteo alrededor, estaba confundida. Justo entonces, su mirada se juntó con la de Akita, quién le sonrió tristemente.  ― ¿Te irás sola a casa? ― le preguntó él, acercándose a ella. Entonces, ella se percató de que escuchaba una canción familiar.....

― Sí. Aún es temprano como para que mi papá venga...

― ¿Te acompaño?... sí, te duele la cabeza...  alguien debería cuidarte. ― la canción distraía a Yamile. Le incitaba a cantarla, pues estaba segura de conocerla... al menos, sabía que había crecido escuchándola; y que le gustaba. Pero no recordaba su nombre.... y por algún motivo, la canción la inquietaba.... *

― No te preocupes; estaré bien.

La miró. Su expresión de desconcierto embonaba perfectamente con la canción que él escuchaba. ― Sí así lo prefieres...

― Gracias. ― le sonrió. ¿Acaso le daba lástima a Akita? o... ¿Solo se preocupaba por ella? ― Mira. Ya viene el camión que tomaré...

― Cuídate. Te quiero hermanita.

― Gracias. Tú también cuídate. Estaremos en contacto estás vacaciones ¿Cierto?

― Por supuesto. ― se acercó y le dió un beso en la mejilla, antes de que ella subiera al camión. ― Adiós.

Ella subió y se desipidió con un gesto de la mano, de Akita y Takeshi... ellos se quedaban a conversar.

Ahora debía olvidar la nueva noticia sobre Takeshi; tenía otros asuntos importantes que atender...

Esperaba que su nuevo plan, funcionara....

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NOTAS:
*Para conocer el motivo de esta canción, deberías seguir leyendo la historia entre ellos. Más adelante publicare la relación de esa canción, con el resto de la historia, y su importancia.
Por si lo deseas saber ahora, la canción es una de las que se encuentran en el apartado "
Extras" en las pestañas superiores. :)  Aún así, sé paciente y aguarda. porque de  ver la  canción ahora, seguro te arruinarías la emoción gradual de la historia... ;)


martes, 6 de marzo de 2012

Capitulo 23: "Intercambio"

El timbre del celular sonaba insistente, en espera de que su dueña contestara la llamada. Pero Yamile estaba sentada frente a su laptop mensajeándose con Janao -recién agregado a sus redes sociales-; además tenía los auriculares puestos, por lo que aún no había notado la insistente tonadilla del aparato. Por tercera vez el timbre se dejo oír, y en esta ocasión Yami se retiró los audifonos, se percató del sonido y tomo el celular para contestar. Se trataba de Akane:

― ¡Hola Yami! ¿Hoy sí iras a la escuela, verdad? ― le dijo su amiga con tono alegre ― Después de todo, hoy haremos el intercambio y quiero que estés ahí.

― ¿Intercambio? ― preguntó Yami confundida; luego entrecerró los ojos e intento recordar. Hace unos días, una de sus profesoras había organizado un intercambio navideño; esto consistía en regalar un chocolate a otro compañero del grupo, el cuál había sido elegido por sorteo. Y aunque aún no fuera navidad, pero como ya venían las vacaciones, ese día se llevaría a cabo aquello. ― Claro. Ya recuerdo... ¡Por supuesto que iré!

― ¡Genial! Entonces, te veo haya. Sólo te hablaba por teléfono porque tienes lagunas mentales y se te olvidan las cosas. ― dijo ella burlonamente ― Además, quiero que llegues temprano porque quiero pedirte tu opinión sobre Yoshiki.

― ¿Yoshiki? ¿Qué tiene él? ― Preguntó Yami. Entonces recordó a ese chico que iba en su mismo grupo y que era amigo de Akita; era un chico de estatura pequeña, muy delgado, de piel blanca y un cabello muy negro que destacaba porque se peinaba en puntas hechas con demasiado gel fijador.

― Sólo llega temprano. No quiero hablar de ello por aquí... ¿Vale?

― De acuerdo, entonces nos vemos allá ― dijo Yami en modo de despedida.

***

Yami iba sentada en el camión hacía su escuela. Miraba por la ventana e intentaba distraerse, solo para no escuchar la estruendosa música de fondo que le desagradaba, y que el conductor parecía feliz de escuchar. Lo cierto es que a pesar de esa leve molestia, se sentía emocionada. Hace mucho tiempo que no participaba en un intercambio y sobretodo, le encantaba la idea de que se regalarían chocolates. Y aunque, no eran chocolates esplendidos ni costosos, le emocionaba la idea de las sorpresas y los regalos... además, estaba ansiosa por saber lo que quería decirle Akane; pero sonrió alegre, porque lo cierto es que ya imaginaba lo que su amiga le diría sobre ese chico...

Finalmente, al llegar a la escuela, Akane ya la estaba esperando y la recibió con una sonrisa.

― ¡Feliz navidad adelantada! ― dijo su amiga, dándole un abrazo y entregándole un chocolate ― Ya sé que no es parte del intercambio, pero deseaba darte algo a ti, tontita...  aunque fuese pequeño.

― ¡Gracias! Y yo también te traje algo. ― y diciendo esto, Yami hurgó en los bolsillos de su mochila y sacó otro chocolate, que le entregó a su amiga. ― Esto no es simplemente por el día del intercambio o por navidad... Sino porque ya acabamos este semestre y tengo una amiga a la que conocí casi al inicio, y ahora la quiero mucho. Realmente quiero mucho a esa niña, como si fuese mi verdadera hermana. ― y diciendo esto, abrazó a Akane. Ambas rieron... se les notaba que estaban felices.― Por cierto, ¿Qué hay acerca de Yoshiki? ― preguntó ella, una vez que se soltaron. No podía contener más su curiosidad.

Akane la miró emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes. Hacía mucho que no notaba tanta felicidad en ese pequeño rostro, que ya llevaba algún tiempo serio y deprimido. ― Oh eso... Bueno pues, es que desde hace unos días, he estado hablando un poco más con él; tanto aquí cómo en fuera de la escuela y en facebook y eso. Y tras varios días, pues él me agrada... bueno de hecho, me gusta. Además, también nos hemos estado frecuentando en la calle y hemos salido juntos a dar una u otra vuelta por ahí; y aunque por ahora, no somos nada más que amigos, pero creo que en serio ese chiquillo se está robando mi cariño.

― No sabía que estaban saliendo... aunque sí que había notado un poco de cercanía aquí en la escuela.

― ¡Nadie más que nosotros sabíamos que salíamos! y eso porque fue, como un secreto. Pero... ¡Es que él se me figura una buena persona, y muy lindo!. Él me gusta, y creo que yo a él. Aunque, aún no somos nada porque tiene miedo desde que salió con Mei y ella lo lastimó...; y yo también tengo miedito desde lo de... bueno ya sabes quién... ¿Tú que crees que deba hacer?

Yami sonrió. Su amiga gustaba de convivir con varios chicos por vez, hasta que alguno se convertía en su novio. Y aunque al final, por uno u otro motivo siempre se terminaba su relación, ella no se daba por vencido, pues parecía dispuesta a encontrar a un chico que en verdad la quisiera. Y aún a pesar de que lloraba una y otra vez, y la lastimaban; seguía dispuesta a creer en el enamoramiento y lo intentaba una vez más... A Yami no le gustaba que fuera tan enamoradiza, pero admiraba su temple y fortaleza. ― Bueno, yo no debería aconsejarte, porque en cierta forma sería como afectarte directamente en tu elección. Aunque siento, que lo más correcto es que, deberías hacer lo que más te gusta y disfrutar del momento. Así que sólo deja que las cosas pasen, y lo que tenga que pasar pasara, y lo que no, pues sólo sigue disfrutando. Y ya que tú me has apoyado en lo de  Takeshi y Janao, ahora es mi turno de apoyarte en toooodo lo que tú decidas. Pero sí en serio lo quieres y crees que él a ti; las cosas saldrán bien a su modo, ¡Inténtalo y sal con él!

Akane sonrió e iba a decir más, pero en ese momento se calló, pues Yoshiki iba entrando al salón y la miró sonriendo. Por fin Yami se daba cuenta que sí existia cierta atracción entre ellos.

Entonces, el resto de los alumnos fueron llegando uno a uno y Yami tomó asiento esperando la primer clase.
Mientras esperaba, Janao llegó; pero ese día en vez de sentarse junto a ella, regresó a su sitio habitual al otro extremo del salón, donde estaban sus amigos más cercanos. Ese hecho, hizo que ella se sintiera mucho más tranquila y pudiera actuar con mucha más naturalidad.

Al cabo de una hora, la profesora organizadora del intercambio por fin llegó y decidió llevar a cabo el evento. Por lo que durante aquella clase, uno a uno, en orden fueron entregando sus chocolates a la persona correspondiente y recibiendo también el suyo. Es cierto que hubo algunos chocolates más que sencillos, y otros demasiado esplendidos -cómo aquel que Akita tuvó que entregarle a Hiroki; que ante el asombro de todos era demasiado grande y hasta había tenido el detalle de grabar el chocolate con el nombre del chico-.

Finalmente, casi todos habían recibido un chocolate; pero parecía que Yamile no tendría más que aquel chocolate que le dio Akane y otro obtenido de Kenta. De pronto, Kenji (un chico alto, robusto y que parecía ser mayor de 20 años, pese a solo tener 16...) llegó tarde. Daba la impresión de que venía de algún entrenamiento, pues estaba en pantalones deportivos y cubierto de sudor; aún así, fue él quien se paró frente a Yamile. E incluso aunque se encontraba así y pese al desagrado de ella, le dio el chocolate y un sudoroso abrazo.

Pero lo más desconcertante, fue que durante ese abrazo los amigos de Janao protestaron, provocando que ante todos, el propio Janao se levantara de su asiento con un ramo de rosas rojas en la mano. Él avanzó hacía ella, hizo una reverencia y le entregó las flores. Yami no sabía que pensar ante aquello; era cierto que se le figuraba un gesto muy romántico por parte de Janao, y que ¡Eran las primeras flores que un chico le regalaba!, lo cuál la emocionaba.... pero por algún motivo, aunque parecía que no debería haber ya un motivo para desconfiar de Janao y seguir eludiéndolo... aún así, cuando él la sujeto con un brazo por la cintura y se acerco para  besarla,  lo único él que obtuvo de nuevo, fue un beso en la mejilla; pues ella no pudo evitar rechazarlo.

Al termino de aquella escena, todos los amigos de Yami parecían incómodos por lo que acababa de suceder, incluyendo a la propia Yamile; por lo que cuando acabaron con el intercambio, ella se disponía a salir a dar una vuelta por el patio, esperando disipar aquella atmósfera. Pero cuando iba a salir del aula, sintió que alguien la sujetaba del brazo y la regresaba dentro; y cuando se giro para ver quien era, vio a Takeshi.

― Hermana... quería hablar contigo... ― dijo él mirándola fijamente a los ojos.

― ¿De qué? Dime, soy toda oídos...

― Sólo quería preguntarte una cosa.― Takeshi cerró los ojos un momento y al volverlos a abrir, volteó la vista en otra dirección evitando volver a mirarla. ― Quiero que me digas exactamente ¿Qué piensas de mi...?... aaaaam lo que quiero decir es... ¿Qué piensas de mí y mi forma de ser? ¿Qué sientes de haberme conocido y ahora ser amigos? ¿Qué opinión tienes sobre mi?... dime...  ― Suspiró. Se le notaba confundido. ― ¿Qué sientes por mi?

Yami sintió el corazón latir fuertemente y retumbar en sus orejas; también supo que su rostro se había ido sonrojando lentamente. Estaba nerviosa, por lo que aguardó un momento y agacho la vista. Tenía dos opciones: Decirle en ese justo momento todo lo que sentía por él y esperar a que él la aceptara o la rechazara -aunque sentía que de cualquier modo, al hacerlo dejarían de ser amigos-; o bien, podía continuar guardando sus sentimientos y permanecer siendo amigos. Eligió lo segundo; además, ahora tenía a Janao... ― Yo... yo te quiero. ― dijo ella al fin ― La verdad es que te quiero mucho Takeshi. Y si bien era cierto, que cuándo te conocí me dabas miedo, me intimidabas y me sentía mal contigo. Pero hoy ya no pienso así. Ahora siento que eres una persona a la que quiero muchísimo; porque sé que puedo confiar en ti, porque me has dado motivos para quererte y creer que tengo un buen amigo con el que puedo contar. Un amigo que me inspira, al que respeto y aprecio mucho. Un amigo que aún pese a todo deseo que sigamos siendo amigos; porque lo amo como persona... ― "Ya está, lo he dicho"  pensó ― Lo amo cómo si fuese mi hermano de sangre...― agregó al final Yami, incapaz de arruinar su amistad con él, pero tampoco pudiendo guardar más sus sentimientos. Entonces alzó la vista y notó que él la miraba fijamente.

― Y yo te quiero a ti hermana. Eres mi hermanita favorita y así sera siempre. ― Takeshi se llevó ambas manos al cuello y comenzó a desatar el cordon del collar que usaba. Esa era una medalla negra con una estrella grabada en color dorado, que a Yami le encantaba. Por eso, una vez que se la quitó, extendió una mano para sujetar la mano de ella.― Toma. Esta medalla es mía y es mi favorita; pero sé que a muchos les gusta, incluyéndote a ti. Aún así, pensé no se la daría a nadie... hasta ahora. ― Con la mano libre colocó la medalla sobre la mano extendida de ella y prosiguió. ― Quiero que la tengas porque eres mi hermanita; porque te quiero y porque pretendo con esto sellar nuestra relación. Esto es un símbolo que significa lo que nos une: una amistad. ― Y una vez dicho esto, dio un paso y abrazó con fuerza a Yami.

― Gracias ― fue lo único que ella pudo decir, sintiendo las lágrimas queriendo derramarse. Estaba feliz de que él le dijera eso, pero también decepcionada de que él finalmente solo la viera como una amiga. Pero en cuanto él la soltó, ella extendió el listón que sujetaba la medalla y lo ató alrededor de su cuello ― Me gusta mucho. Muchísimas gracias Onii-chan*.

***

Saliendo de esa clase -dado que aún era temprano y que al parecer ya no tendrían más clases ese día-, todo el grupo decidió que lo mejor sería salir de la escuela e ir a dar una vuelta. Y es que como eran los últimos días, los profesores ya no tenían más obligaciones con ellos; por lo que les quedaba una larga tarde libre. Por eso, Yami decidió también ir a dar un paseo a algún sitio con sus amigos.

Pero luego, mientras caminaba por el patio seguida de Janao y el resto de sus amigos, Yami se detuvo, pues se percato de que Akane no estaba. Hasta que en la distancia la alcanzó a ver abrazando a Yoshiki y luego besándose. Al parecer habían salido las cosas bien entre ellos. Sonrió, contenta de que su amiga hubiera logrado estar con él.

En ese momento Janao también volvió a acercarse a Yami y la abrazó. Parecía que ese chico no notaba las negativas de Yami, pues intentó besarla de nuevo; pero esta vez sujeto su mentón, obligandola a mantener la cara fija y mirando hacía arriba. Sin embargo, ella alcanzó a moverse pese a que él, esta vez casi lo logra; sólo alcanzó a besar la comisura de los labios de ella. Pero cuándo Yami bajo la vista, se topo con la cara de Takeshi... "No me digas que esto te molesta, tonto. Tú pudiste haber sido quien me abrazara ahora... sólo que los dos fuimos demasiado cobardes" - pensó Yami irónicamente. Y de algún modo, se las apañó para abrazar más fuerte a Janao. Sólo quería ignorar lo que estaba sintiendo por Takeshi.

― ¿Vamos a ir a algún lugar? ― preguntó de pronto Akane, quién se había acercado a ellos tomada de la mano de Yoshiki.

― El resto del grupo va a ir al parque de por aquí cerca... ¿Gustan ir? ― preguntó Janao ― Así puede que nos divertimos todo el grupo juntos...

― Suena bien... ― Dijeron varias voces a la vez.

Entonces, al salir de la escuela se encaminaron hacía allá. Iban caminando por la acera fuera de la escuela, cuando Janao bajo la vista y se le quedo mirando fijamente a la medalla que colgaba del pecho de Yami. ― ¿Y eso?

Ella bajo la vista siguiendo la mirada de él y le respondió. ― Aaaah... esto me lo ha dado Takeshi.  Me gusta.

― Y a mí me gustas tú. ― dijo él agachándose y besándole la mejilla.

En ese momento Yami sintió que alguien la empujaba por el hombro izquierdo y al girar la vista, vio a Akita y luego a Kenichi caminando detrás de él para alcanzarlo. Cuando finalmente Kinichi lo detuvo, ella alcanzó a ver que Akita tenía el ceño fruncido, e incluso en la distancia se percato de esa miradilla triste. Luego de un rato de que estuvo conversando con Kenichi, Akita alzó la mano en señal de despedida y se dio media vuelta, alejándose de ellos. Al parecer él no iría al parque con ellos; lo cual hizo sentir mal a Yami, pues realmente quería que él fuera... y que se despidiera de ese modo, la hizo sentir extraña...

Ella miro al resto. Suspiro; no podía negárlo, no quería estar con ellos.... y es que, Kenichi y Yoshiki casi no hablaban mucho con ella; Akane iba distraida por su nueva relación con Yoshiki; Takeshi había desaparecido; y con Janao y Kenta... bueno ambos sentían lo mismo por ella y ella no quería lidiar justo ahora con esas emociones. De hecho, originalmente el único motivo por el que iba, sería para ir con Takeshi, Akita y Akane, y para verlos en un ambiente extra-escolar... pero ahora eso no parecía posible. Por lo que deseo correr hacía Akita e irse con él.  También quería abrazarlo... además, puede que lo hiciera reír y con eso retirar esos ojos tristes de su rostro. Sip, iría con él...

Yami dio un paso en dirección a Akita, pero justo en ese momento Akane la detuvo. ― ¿A dónde vas?

― Con Akita... es mi hermanito y...

― Ese niño es genial, pero déjalo. Sí se quiere ir, que se vaya.... nosotras quedamos de acompañar al resto al parque....

― P-pero... ― En ese momento Janao se acercó y tomo la mano de Yami ― ¿Nos vamos ya?

Ella volteo a ver a Akita, quien en ese momento ya estaba lejos de ellos. ― Sí... supongo... ― le respondió.



Todos llevaban un rato caminando hacía aquel parque deportivo, pero cada quien iba al pendiente de su propia conversación. Algunos de ellos iban caminando solos,  otros como Akane y Yami acompañados de sus respectivos novios... De pronto Takeshi se acerco a Yami y le dijo ― Hermana, debo irme... creo que aquí no tengo nada más que hacer.... ― Y sin más, justo en ese momento se hecho a correr hacía la avenida y se subió a un camión que iba pasando. Yami gruñó en señal de desaprobación; parecia que estaba destinada a quedarse ese día con Janao.

En cuanto entraron a aquel parque Yami alcanzó a ver al resto del grupo, llevando un balón de fútbol entre ellos -que habían sacado de quien sabe donde-. Al verlos, comenzaron a seguirlos; siendo llevada de la mano de Janao. De pronto él se detuvo y la miro ― ¿Quieres ir con ellos? Van a jugar fútbol... ¿Te gustaría ir?

― No me gusta el fútbol, pero ¿A ti te gustan los deportes, no? Si tú gustas ir, eres libre de hacerlo; que no te importe que yo no vaya.

En ese momento Janao la miro y la abrazó; pero para Yami ese abrazó era curioso. No era eso lo que ella esperaba. Deseaba intercambiar su situación actual. Deseo estar con otra persona, en cualquier otro lugar, haciendo otra cosa; deseaba estár con Takeshi... o haberse ido con Akita cuándo tuvo oportunidad de hacerlo. Deseaba estar disfrutando ese momento con alguien a quien apreciase más...

Entonces, a lo lejos Yami alcanzó a ver a Kenta y Akane parados a la sombra de un árbol, charlando entre ellos, riendo y jugando; se soltó de Janao y avanzó hacía ellos. ― ¿Qué están haciendo?

― Arrojándole cosas a Kenta. ― respondió Akane a la vez que arrojaba ramitas pequeñas y hojas, contra su amigo ― ¡Inténtalo! ¡Es divertido!

Yami se agachó y levanto del suelo unas cuantas ramillas, hojas y flores que estaban regadas; y comenzó a jugar con ellos. Tenían razón, era divertido.

― ¡Esperen! ― dijo de pronto Kenta con una sonrisa en la cara. ― Descansemos de esto un rato.

― ¿Por qué? comenzaba a divertirme cada vez más... ― dijo Yamile al tiempo que caminaba hacía el árbol y se sujetaba de una rama para colgarse de ella.

― Naaaah.... ¡Es más divertido esto! ― dijo Kenta acercándose a Yamile y también sujetándose de la rama; comenzó a agitarla con el fin de molestar a Yami.

― ¡Me caeré! ― dijo ella intentando sujetarse con mayor fuerza para no caerse y lastimarse, y riendo por la adrenalina, emoción y diversión que le causaba aquello.

― Nop, estás conmigo. No te dejaría caer... no a ti.

Pero aún así, de pronto la rama se quebró bajo el peso de ambos y cayeron, sin inmutarse por ello y aún riendo.

― ¿Que sucedió? ― dijo Akane acercándose a ellos.

― El árbol estaba borracho y se rompió la rama ― dijo Kenta con una sonrisa.

― ¿Borracho? Pero, ¿Que idioteces dices? ― dijo la chica riendo.


El tiempo siguió pasando y Yami seguía divirtiéndose con sus amigos; aún así, siguió pensando en lo mucho que le encantaría que Takeshi estuviese ahí; y que incluso le encantaría todavía más, que Akita estuviese, pues sabía que él disfrutaría aquello mucho más que Takeshi y eso podría distraerlo de esa mirada...

Mientras pensaba aquello de pronto sintió un par de brazos que la rodearon por atrás; y sin quererlo de inmediato pensó en Akita. Pero al darse vuelta se dio cuenta que se trataba de Janao, y sólo permaneció un momento mirándolo fijamente. No importaba que deseaba intercambiar lugares, ni importaba que deseaba que fuese Akita quién la estuviese abrazando... o Takeshi... pues se sentiría más cómoda con un abrazo de ellos dos. En eso, se percató de que él tenía la misma estatura que Akita, e incluso la misma complexión ¿Y si, él fuese Akita? ¿Estaría más feliz?... él se agachó y la besó, tomándola desprevenida, por lo que no pudo retirarse y por fin pudo besárla debidamente. Y aunque ella sintió los labios de Janao sobre los suyos, no se apartó... ya no importaba nada más, solo que ahora él era su novio, y debía respetar esa relación... no debería estar pensando en Takeshi, ni mucho menos en Akita...

***

Yami estaba mirando atentamente, el cómo jugaba fútbol Janao con el resto del grupo. De hecho, sólo miraba porque no tenía nada más que hacer; todos estaban ocupados. Luego, cuando finalmente todos dejaron de  jugar, él se acercó a ella y sujetó su mentón para volver a besarla; pero esta vez intento introducir su lengua en la boca de ella, por lo que Yami se retiró y lo miro. Se sintió muy incomoda con aquello... ― Ya debo irme a casa...

― Sí gustas podemos irnos...

―Sí, ya debería llegar a mi casa. Pero yo puedo irme sola...

Janao ignoró el último comentario, regresó con el resto y se despidió de sus amigos; mientras Yami tomaba su mochila y el ramo de rosas e igualmente se despedía.

Ambos caminaron fuera del parque, y mientras caminaban él le pregunto ― ¿Gustas que te acompañe hasta tu casa?

―No. Además, te dije que no podía estar contigo cerca de mis padres.

― Es cierto. ¿Entonces... te dejó en el camión y tú te vas a casa sola?

― Sí. Eso... me parece bien.

El silencio incomodo se planto entre ellos. ¿Esto es lo correcto? Sacudió la cabeza y suspiro. No importaba, ella había tomado esa decisión y la mantendría en pie, tanto como pudiera.

Él la dejo en la parada del autobus, y trato de volver a besarla; ella de nuevo no opuso resistencia. Debía conformarse momentaneamente... solo un poco más. Sin embargo, luego, mientras ella iba en el camión, no pudo evitar desear algo: deseo que Janao la quisiera y que la cuidara... que al menos él si le ayudara. Porque por el momento, ya no podía intercambiar su situación; sólo debía aceptar las cosas como fuese que sucedieran.

Cuando finalmente llegó a casa, entró y su padre la recibió.

― ¿Qué tal estuvó la escuela hoy?

― Agradable. ― le dijo ella, evitando mencionarle sobre la salida con sus amigos.

― ¿Y esas flores? ¿De donde las conseguiste? ― dijo mirando atentamente el pequeño ramo.

― Me las ha dado un chico. Yo le gusto. ― Mintió. Definitivamente él se enojaria si se enteraba de lo de ese día... y que además había estado con su "nuevo novio"; tampoco quería que se enterara demasiado sobre Janao, por comodidad. Si nadie sabia que era su novio, no había demasiada diferencia, a ella no le afectaba, pues no es como si realmente lo quisiera...

― ¿Y él te gusta?

― No, no lo hace. ― ella sonrió con ironia. En eso no le mentía.

¿Qué sucedería a partir de ese momento? ¿Habría algún otro nuevo cambio?

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NOTAS:
*Onii-chan: Del japones, que se traduce como hermano pequeño, o hermanito. 

lunes, 27 de febrero de 2012

Capitulo 22: "En serio me preocupo por tí..."

Aquel día, cuándo Yamile llegó a la escuela, se encontró con un aula casi vacía. La única de sus amigos que se encontraba ahí, era Akane, quién al verla le sonrió.

― ¡Hola! ― La saludó Yami, mientras tomaba asiento detrás de ella.

― ¡Hola!... ¿Qué tal tu mañana? ¿Qué tanto hiciste? ― preguntó Akane.

― En realidad, no estuvo interesante... ― contestó Yami con el ceño fruncido mientras recordaba ― No tenía nada que hacer, vagabundee por internet... y me conecte un momento. ¡Oh! Y me llamó la atención que de nuevo Akita tenía escrito algo curioso... pensé en hablarle, pero... quizá no fuera lo más sensato.

― ¿Curioso? ¿Pues qué decía? ― preguntó Akane también frunciendo el ceño, con curiosidad.

― "No sabes cómo me duele" decía; y no pude quitarme de la cabeza aquello y relacionarlo con el cómo se marchó ayer. Yo....no sé qué tiene, ni cómo ayudarlo, pero no puedo quedarme así... Realmente me preocupa, siento que algo no va bien, y que yo tengo que hacer algo. Es una sensación extraña... ¿Qué hago?

― ¡Por dios!... Yamile Genji, ¡Yo declaró que usted es una tontita! ― dijo Akane riéndose descaradamente, para desconcierto de Yami. ― ¿Realmente no lo entiendes, o te haces tonta tú misma?

― No entiendo a qué te...

― Bah... es por tu personalidad, que no entiendes.

― No entiendo; realmente quiero saberlo. ¿Por qué se supone que soy tonta? Dímelo.

― Eso ahora no importa; restale importancia, ya llegará su momento... pero, ¡Cuéntame más!...

― ¿Eh?...Bueno, no hice gran cosa: Salí a correr y hacer ejercicio como todos los días... mmm... estuve un rato dibujando y otro en la laptop...Es que,  realmente sólo buscaba distraerme durante la mañana para no pensar en Janao... ― Y de pronto, cómo si fuera invocado, en ese momento él entró al salón; y al ver a Yami, sonrió y se encaminó hacía un asiento desocupado a un lado de ella.

― ¡No quiero que se siente aquí! ― le susurró Yamile a Akane, antes de que él llegara a su asiento. ― No quiero tenerlo pegado a mí las 6 o 7 horas que pasamos en la escuela...

― ¿Por qué no? Después de todo, ya es tu novio ― le respondió Akane.

― Bueno, pero no es cómo si lo quisiera y deseara pasar todo el día con él...

―  Eso ya es tu problema...

En ese momento Janao arrojó su mochila al asiento y se agachó para saludar a Yami. Por un segundo ella estuvo segura de que objetivo de él era besarle los labios; sus movimientos y ademanes eran obvios. Pero ella giro el rostro, por lo que él simplemente alcanzó a besar la mejilla de ella ― Hola ― le dijo él desilusionado, y ella simplemente le contesto con una sonrisa. Lo cierto es que para Yamile, todo este asunto de ser novia de Janao, le parecía algo surrealista. Y no se trataba del hecho de que no recordara porque lo había hecho, o no quisiera recordarlo. Simplemente que no se acostumbraba a la idea de tener un novio  en la escuela, en el mismo salón... y al que realmente no quería.

Luego, el salón comenzó a llenarse y sus amigos fueron llegando poco a poco. Sin embargo, algo en el ambiente era extraño, pues era como sí algo ahí no encajase; y Yami supo exactamente que es lo que estaba mal: Janao.

La primera reacción que notó contra él, fue de parte de Takeshi, que al llegar y verlo sentado junto a Yami, los miró fijamente con el reproche exaltado en sus ojos. Luego llegó Kenta, que en vez de sentarse en su lugar habitual, se quedó alejado de todos ellos. Y justo antes de que comenzara la clase, llegó Kenichi, quien simplemente lo miró con curiosidad y encogió los hombros.

¿Qué tan buena había sido su decisión?

La clase siguió avanzando; y entre más tiempo pasaba, más inquieta se sentía Yamile. Se sentía incomoda con Janao junto a ella y por cómo lo trataba el resto; pero no quería ser grosera y correrlo, pues era gracias a ella -quien había decidido ser su novia- que él estaba ahí.

Sin embargo lo que más la inquietaba era Akita... Porque ella aún era incapaz de deducir que es lo que sucedía con él, con su situación actual y sobretodo el hecho de que estuviera ausente luego de lo sucedido el día anterior... Y aunque era común que Akita llegara tarde, nunca se retrasaba tanto. ¿Que demonios estaba sucediendo? Además, ella realmente deseaba verlo. Ansiaba saber que encontraría ese día en esos ojos... Pero la primer clase avanzó, y luego de un tiempo, la segunda también; y Akita seguía ausente.

― Probablemente continúe en sus lecciones de Judo. ― le dijo Takeshi cuando ella finalmente le preguntó si no sabía nada de él ― Normalmente son a esta hora o un poco antes; pero conociéndolo, debe continuar allá...

"¡Ni siquiera sabía que tomaba clases de Judo!"- pensó Yami, quién se desanimo al darse cuenta que realmente no conocía a Akita. No sabia nada real de él. Lo cual demostraba la poca confianza que Akita depositaba en ella;  una ingenua que no era nada más que una hermana, y por lo visto, quizá no por sentimiento mutuo, si no por un simple titulo asumido.... La desanimaba que por un instante había sentido que él la quería....

Al cabo de un tiempo, Yami salió al patio con Akane. Pero incluso ahí, ella no pudo dejar de buscarlo, con la esperanza de encontrarlo y saber que se encontraba bien.

― ¿Te encuentras bien? ― le preguntó intrigada su amiga ― Hoy estás particularmente ausente...

― ¿Eeeeeh? Si... estoy bien ― mintió ella ― ¿Te parece si vamos a comprar algo dulce para comer?

El objetivo de ir a la tienda de la escuela, era que se encontraba cerca del gimnasio, lugar donde seguramente él estaría entrenando. Por eso, cuándo Yamile salió de la tiendita -y mientras esperaba a que su amiga también saliera-, no podía dejar de mirar alrededor. Sabia que realmente no le incumbía, pero no podía evitarlo.

De pronto, estando distraída, un chico llegó por detrás de ella y la sujetó por el hombro. Ella se asustó y giró el rostro para mirarlo de frente. Entonces él le dijo, arrastrando la voz:

― ¡Hola chica! ¿Yamile, cierto? ¿Te acuerdas de mí? ― Yami miró a aquel chico sin lograr  obtener nada de sus recuerdos; no sabía quién era ese tipo. Usaba una chaqueta de mezclilla azul y por debajo vestía totalmente de negro. Era un chico "bajito"  de piel clara; llevaba el cabello de color castaño, lacio y largo hasta los hombros; tenía el rostro cuadrado, una mirada inquisidora debajo de un par de cejas pobladas; le crecía una pequeña barbita rala en el mentón y tenía un piercing en la lengua, que le daba un acento curioso al momento de hablar. Algo en su rostro le era familiar a ella, pero no lograba acordarse de su nombre.

― Soy Yoshiro ― dijo al fin él ― ¡Nos conocimos en el curso de ingreso a la escuela! Fueron unos días antes de entrar a la escuela... ¿Ya te acuerdas? ― Yami lo miró y recordó aquellos días en que había tenido que ir a la escuela para conocer el plantel desde una semana antes de que empezara el curso. De pronto, entre sus recuerdos se vio a ella misma presentandose ante ese grupito, y a un chico que al conocer su promedio anterior y el porcentaje obtenido en el examen para ingresar a esa escuela, le había gritado: "¡Por favor sé mi novia!"

― ¡Claro! Ya recuerdo. ― y le sonrió.

― Que bueno... yo me acorde de ti, en cuanto te vi; y quise venir y hablarte.

En ese momento Akane se acercó a ellos y miro al chico ― ¿Quién es él?

― Él es Yoshiro. Un conocido de antes del que no me acordaba... ― entonces los presentó y los tres permanecieron un rato charlando de banalidades. Yoshiro era alguien gracioso, pero le dio la sensación de que no debía fiarse demasiado de él.

Luego ambas decidieron regresar al salón. Y cuándo Yami entró, vio a Akita sentado en la misma fila que Janao, sólo que se encontraba hasta el fondo y miraba con aire distraído hacía algún punto perdido; con sus ojos tan negros, que ella habría creído que ya no existían. Pero al ver esos ojos Yami se quedó pasmada de terror; sintió como si algo le perforara la cabeza desde esos ojos. No supo que la aterraba más: Sí tenía miedo de esa mirada vacía porque veía en ellos un dolor profundo, o porque tenía miedo de no volver a ver los "otros" ojos de Akita, o sí simplemente le daban miedo porque sabía que esa mirada solía presentarse en sus propios ojos.

Apartó la mirada, incapaz de seguir viéndolo así... ya se ocuparía e él luego. Debía buscar como ayudarlo... queria ayudarlo realmente. Entonces Akane la interrumpió e incitó a que siguiera avanzando hasta su asiento.

Una vez en su sitio Yamile notó que Kenichi, Kenta, Janao y Takeshi conversaban sobre algo, y decidió distraerse conversando también con ellos. Aún así, sus ojos iban y venían. Sólo miraba a Akita de reojo, quien al cabo de un rato puso la mochila sobre la mesilla de su banca y apoyo la cabeza en ella.

Sin poderlo evitar, Yami se levantó de su asiento y se coloco junto a él ― ¿Qué tienes hermanito?

Akita continuo con la cara sobre la mochila y con voz ahogada dijo ― No es nada... ― Pero ella no quedó conforme con aquella respuesta e intento de nuevo. ― Anda... por favor dime. ― se detuvo y espero a que él respondiera algo; pero al no obtener nada, continuó ― No me dejes con la curiosidad... Yo quiero ayudarte. Es inevitable; me preocupo por ti... ― estuvo tentada a agregar "especialmente porque te quiero muchísimo", pero no se atrevió a revelar aquello y no pudo decir más, pues en ese momento él alzó la vista y Yami perdió la voz.

Ambos permanecieron mirándose por un momento, y ella ahondo más en esos ojos. Él tenía muchas dudas, algo le molestaba, algo le dolía, tenia miedo, se sentía... ¿Decepcionado?. Y aún así debajo de todas esas emociones negativas, aún existía ese brillo en sus ojos; minimizándose por el resto de emociones. A ella le sorprendió que pese a todo, esa grandeza, fuerza y voluntad permanecieran soportándolo todo.... se sintió deslumbrada por él; no cabía duda que Akita era increíblemente... extraño. No lo entendía; no sabía como podía soportarlo...  él la asombraba y hacía que lo quisiera cada vez más. Y aún así, pese a que vio aquello, quiso consolarlo; podía ser un tipo fuerte, pero ella notaba que incluso él, necesitaba un apoyo...

― No es nada, en serio. ― dijo de pronto él, al cabo de un rato ― Sólo tengo sueño; ya no te preocupes por mí... ― él sonrió y volvió a recargar su cabeza sobre la mochila. Acto seguido se cubrió la cabeza con su propia chamarra, cómo si quisiera cubrir la luz o evitar que lo vieran.

"Entonces, yo también tengo sueño y nada..." - pensó con ironía Yamile. No podía forzarlo, así  que sin saber qué más hacer, regreso con el resto.

En la hora siguiente no tuvieron clase, por lo que tuvieron tiempo libre; y durante todo ese tiempo, Akita no descubrió su rostro. Yami intentaba ignorar esa actitud, distrayéndose al conversar con los demás; y fue en vano. Pese a que sabía que no debía inmiscuirse más en el asunto de Akita, que trataba de participar en la conversación, parecer alegre, sonreír si Janao la miraba y no ser grosera; pese a que en serio trataba de no darle importancia, no podía dejar de dar miradas furtivas hacía el asiento de Akita...

Ella había visto esa mirada en sus propios ojos y no quería que nadie más se sintiera cómo ella, y menos sí ese alguien era el pequeño Akita. Ya que en el momento en que su mirada había chocado con la de Akita, ella alcanzó a ver un brillo característico en esos ojos, que la hicieron darse cuenta de que él estaba recordando algo. Y definitivamente él había recordado a algo o a alguien que le dolía; entonces, ella había querido abrazarlo para reconfortarlo y hacerle notar que, en el presente al menos él tenía a alguien que lo quería...

Aún así, mientras miraba en aquella dirección, ella notó la mirada insistente de Janao posada sobre ella; e  incluso cuándo ella volteo a verlo, él continuo viéndola con curiosidad y el ceño fruncido.

― ¿Sucede algo? ― dijo ella. Riéndose en un disimulado tono alegre, para deshacer la tensión.

― Sólo pensaba algunas cosas... ― respondió él, e hizo un ademan con la cabeza para señalar la puerta. ― ¿Me acompañas a caminar un rato y comprar algo para comer?

― Sí gustas... ― dijo Yami. Levantándose de su asiento, al mismo tiempo que él lo hacía.

Ambos iban caminando por el patio hacía la tienda, cuando de pronto, ella notó que él fruncía el ceño de nuevo y que miraba distraidamente hacía adelante.

― ¿Qué pasa? ―  preguntó de nuevo Yami, sintiendo que esa era una frase que repetía mucho ese día.

― Bueno... pensaba en un amigo con el que hable hace poco. Él es como un hermano para mí; y el punto es que cuándo lo vi y escuché... bueno él estaba realmente mal, muy triste de hecho. Sufría porque su novia lo engaño con otro y él sí la quería...

― ¿Y él te preocupa? ― preguntó ella, tratando de comprender lo que él quería expresarle.

― Si. Y también, pensaba que no me gustaría eso. No me gustaría que alguien con quien esté saliendo me engañara; definitivamente me molestaría con la chica que se atreva a hacerlo... bueno, quizá la perdone sí ella me da un buen motivo...

― mmm ya... ― respondió Yamile mientras lo miraba. Todavía le costaba trabajo acoplarse a los comentarios de Janao... ¿Eso sonaba como qué, la estaba inculpando de algo?

― ¿Tú lo harías? ― le preguntó él de repente, mirándola a los ojos.

― ¿Hacer qué? ¿Engañarte?

― Sí, eso... ¿Lo harías? Realmente no me gustaría que precisamente tú lo hicieras...

Ella rió y le respondió. ― No. La verdad es qué a mí sí me han engañado hace un tiempo; y no simplemente sospeche que lo hicieran, sino que incluso vi ese engaño. Me sentí horrible. Y ya que lo he vivido, no lo haría, pues se que enfurece y duele; y más si quieres a esa persona, porque te deja con una sensación de reemplazo e impotencia. Así que no te preocupes, pues no hallaras ese problema conmigo. No planeo engañarte, ni siquiera con mis sentimientos hacía ti; por eso he sido sincera en lo que sentía desde ayer... ― él la miraba fijo y le sonrió ― ¡No te preocupes! Yo soy cómo un perro... siempre leal a quién me cuida y quiere, pero dame un motivo y podría morderte. ― se detuvo un momento y suspiró ― En realidad, me tomo muy en serio una relación. Y no me refiero a que sea algo que, quiera que dure para siempre; sino que respeto a mi pareja. Además, sí quisiera engañarte o me gustara alguien más, te lo diría. Solo no lo hagas tú tampoco ¿De acuerdo? ― concluyó ella.

Janao parecía más tranquilo. Se inclino e iba a besarla, pero ella se apartó y le desvio ― ¿No ibas a comprarte algo?

― "Comprarnos". A ti también te compraré algo. ― le sonrió y tomo la mano de ella, quien permitió que avanzaran tomados de la mano hasta la tienda. No sabía porque, pero se daba cuenta de que Janao no era un mal chico. Le gustaba aunque fuese cómo un amigo... o en todo caso, cómo un simple novio momentáneo.

Cuándo regresaron al salón, ella vio que Akita por fin se había descubierto la cara y platicaba con Akane. Parecía que su amiga estaba tranquila, pero él... ¿Tenía el contorno de los ojos enrojecidos?

Yami iba a avanzar hacía él, decidida a abrazarlo, cuando Kenichi la sujetó y le impidió avanzar ― Así es mejor... ― le dijo. Y cuando ella iba a protestar, Akane se levantó y avanzó hacia ella...

― Hola de nuevo chiquitita ¿Dónde estabas?

― Fui a dar una vuelta con Janao. Pero eso no importa ¿Qué tiene Akita? ― preguntó inquieta Yamile.

― Eres tontita. Ya te dije que eso no importa ahora; creo que ni él lo sabe o prefiere ignorar eso... pero bueno. No te preocupes, ese chiquillo es genial y ya sabrá reponerse sólo; lo veo en su mirada...

― ¿Cómo que no importa? ¡Es mi hermanito y me importa!... ― dijo ella alterándose por la calma de Akane ― ... espera... ¿Tú también ves en sus ojos? ― preguntó, asombrada y complacida de comprobar que no se estaba volviendo loca.

― No sé con exactitud. Sólo veo a veces una mirada apagada, pero con mucha energía... y no se descifrarla. Aunque supongo que no está mal, ya que es la misma miradita que veo en ocasiones en tí pequeña...

Yami se sintió curiosa en ese momento. No conocía a muchas personas que pudiesen ver la mirada del resto, y menos descifrarla. Aunque algo era cierto: Ella era muy transparente, y al parecer Akita lo era un poco. Pero también se sintió un poco desilusionada: No era la única que podía ver los ojos de Akita... esas miradas no eran algo exclusivo que solo se atreviera a mostrar ante ella...

Bah. Supuso que eso no era aún importante...

La interrogante aquí, y el asunto más agraviante de todo era... ¿Qué tenía Akita?