lunes, 31 de octubre de 2011

Capitulo 4: "Un buen amigo"

Esa noche estaba lloviendo. En serio llovía mucho; y para la buena suerte de Yami, ella  no traía suéter ni mucho menos un paraguas, por lo que se conformó con cruzar los brazos frente a su cuerpo, intentando guardar un poco de calor y cubrir sus pechos para que a través de la blusa, no se notara cuanto frio tenía. Y permaneció esperando fuera de la escuela.

“Maldito clima…" -pensó- "Esta tarde estaba soleado y ahora llueve... ¿Acaso mis padres no piensan venir por mi?... ¡Me congelo!” - Y mientras, miraba con gesto impaciente a los coches que iban y venían por la avenida, para recoger a los alumnos que como ella esperaban debajo de la lluvia.

De pronto, al otro lado de la avenida vio caminar a Akita y Takeshi sobre la acera. “Así que no sólo conviven en el salón, sino que ¿También se van juntos?”. Deseo ir y poder despedirse de ellos, pero de inmediato desecho esa idea, pues aunque a Takeshi ya le hablaba bastante bien y confiaba en él, ahí estaba Akita, por quien ella aún sentía un poco de miedo e incomodidad; así que permaneció mirándolos desde la distancia.

Los vio platicar entretenidos sobre algo, pese a que no parecían bastante satisfechos... y realmente sintió una repentina curiosidad. pero no quería molestar “al-chico-de-los-ojos” ya que temía no agradarle. De hecho, hace días se había sentido bastante intimidada por él y su actitud; pues solía mirarlo de vez en cuando y notó que su mirada fría perduraba, incluso al estar con sus amigos o alguna chica -y vaya que lo había visto con muchas chicas-.Y temia que en realidad él fuera así de frivolo, incluso con sus novias, y lo fuera peor con ella...

― ¿Yamile? ― una voz masculina se escucho detrás de ella, y provocó que ella dejara de divagar y diera un salto por el repentino susto; dio un pequeño gritito y giro el cuerpo para ver quien la buscaba. Entonces, le propino un golpe en el hombro a aquel chico, que en vez de quejarse, sonrió como ensimismado“¡¡Qué extraño eres!!”- pensó enfadada de que la hubiera tomado sorpresivamente¡Demonios Kenta!dijo mientras se sujetaba el pecho, sintiendo a su corazón aún demasiado agitado tras el susto ― ¡Siempre apareces detrás mío! ¿Qué, acaso te crees fantasma?... ¡Nunca te escucho y de seguir así, me causaras un infarto!... No llegues así de la nada… ― dijo ella de manera entrecortada.
― L-lo siento, n-no era mi intención asustarte… ― tartamudeo un poco Kenta. Parecía apenado, pero Yami no intento tranquilizarlo, pues realmente la había sobresaltado y hecho enojar Es que, te vi aquí de pie, solita, mojándote y… por un momento pensé y desee que no fueras tú… ¿Quieres cubrirte con mi chamarra? Hace frío.
― Eeeeh no. Gracias, pero ya estoy empapada, por lo que terminaría mojando tu chamarra por dentro y bueno… de todos modos, mis padres vendrán por mi…
― Insisto ― Mientras decía eso, se quito del hombro la mochila y empezó a quitarse la chamarra. Yami lo miraba fijamente y negaba con la cabeza, a la vez que lo empujaba para que no le diera la chamarra; pero en ese momento, el celular de Yami sonó…
"¿Yami? ¿Dónde estás?” ― dijo una voz femenina al otro lado del auricular.
¿Mamá?... ― No esperó a que respondiera afirmativamente y prosiguió ― Aún estoy aquí en la escuela esperándolos…
"Lamento hacerte esperar, pero íbamos para allá en el auto, cuando este se apagó y ya no logramos hacerlo encender ni moverlo… ¿Crees poder regresar sola a casa o ir a casa de tu abuela, mientras?”
― No puedo ir sola a casa, pues no tengo nada de dinero para el camión… y me da miedo ir sola de noche.
“Tan inútil y distraída que no previste tener dinero… mmm… ¿Entonces podrías esperar un rato más? Yo iré para allá…”
― De acuerdo, aquí los espero ― pero antes de que terminara de decir eso, su madre ya había colgado.  Entonces, Kenta le pregunto ― ¿Qué pasa?… pareces disgustada….
―…mis padres… venían por mi… pero tardaran un poco mas… fallo el auto… me dijeron que esperara… ― dijo Yami hablando entre dientes.
― Ya veo… entonces toma mi chamarra y ya no te mojaras.
― No quiero… Te lo agradezco en serio, pero no. ― En ese preciso instante, la lluvia comenzó a aminorar; por lo que Kenta miro al cielo con cierto resentimiento… ― ¿Estás segura? Estas mojada y hace frió  Te resfriaras.
― Claro… ya casi ha dejado de llover… ― Dijo ella apartándose un poco de el. Porque nunca había permitido que le prestaran una chamarra, y aunque se le hacia un gesto muy amable de su parte, con él no haría ninguna excepción.
― Y tus padres, ¿Tardaran mucho?
― No tengo idea… mi mamá dijo que venía en camino…
― Ya veo… bueno, esperare contigo hasta que lleguen…
― No tienes por qué hacerlo.
― Eres mi amiga y no pienso dejarte sola. Aunque insistas y sea una molestia, no lo hare… ― Kenta sonrió, se sentó en la banqueta en donde el suelo estaba más seco y se recargó contra la pared. Luego  invitó a Yami a sentarse también.

Ella lo miro... sí, Kenta era bastante curioso, y por la forma de mirarla que tenía ahora, volvía a figurarsele a un cachorro cuando desea algo. Pero fue esa mirada justamente la que hizo que riera y la convenció de permanecer a su lado mientras ambos esperaban.
Y así, ambos comenzaron a platicar; el tiempo paso y aun no llegaban por Yami. Aunque llamaron un par de veces a Kenta, sus padres pasaron a en el auto por él, pero les explico el motivo por el cuál aún no quería irse. Y aún así, él no se iba ni la dejaba sola...
― ¿Qué hora es Kenta? ―pregunto Yami mirando en la dirección que se supone llegaban sus padres, y sintiéndose incomoda por hacer esperar a Kenta... 
―Falta media hora para las doce…― dijo mirando su reloj, de una forma tan tranquila, que hizo que Yami se alterara aun más…
― ¡¿Qué!? ¡Ya casi es media noche y aun no llegan!! ¡Joder! ― Se levanto y comenzó a caminar de un lado a otro…
―Tranquila Yamile… ― dijo Kenta poniendose en pie también con las manos extendidas, como si quisiera sujetarla y detener su ansioso andar ― Ya no tardaran en llegar… te prestaría mi celular para que les llamaras pero no tengo crédito  Aunque mis padres pueden llevarte a tu casa...

― Eso no serviría, mis padres no están en casa...

― Puedo buscar de dónde marcarles... o.... puedo llevarte a mi casa y les marcas ahí...

Yami no lo escucho ― ¿Cómo puede ser?... nunca tan tarde…demonios… ― seguía alterada y balbuceaba frases sueltas sin sentido, hasta que Kenta la sujeto de un brazo…
― ¿Podrías tranquilizarte por favor? No te preocupes… yo estoy contigo… ― y al decir esto, le sonrió…
Ella lo miro unos cuantos segundos, suspiró y finalmente dijo― Gracias Kenta. Eres un buen amigo y en serio me la he pasado bien contigo y no he sentido que pase el tiempo…  “pero aun hay algo que no me agrada mucho en ti…" - concluyó mentalmente.
En ese momento, Kenta la miro a los ojos; Yami -así como era de obsesiva en ver detalladamente los ojos- se percató que él tenía unos oscuros ojos color marron... no le gustaban. Pero Kenta la distrajo, se puso serio y tartamudeando dijo ― Yami yo… t-tengo que decirt-te al-algo… y es important-te ― Yami se puso seria también por su forma de hablar, y antes de que ella pudiera decirle algo, escucho como gritaban su nombre…
― ¡Yamile! ― hacía ella iba caminando su madre ― Lo siento pero vine caminando….
― No te preocupes…. Kenta estuvo acompañándome….
― Muchas gracias por cuidar a esta mocosa….
― No hay de que. No es molestia… Yami es mi amiga… ― dijo esto, y sonrió ― Bueno... ya debo irme… es noche, y  mis padres ya deben estar un poquito aburridos... Nos vemos mañana… y... quisiera charlar contigo Yami…
― De acuerdo, gracias y adiós… cuídate mucho por favor…
Luego Yami miro a su madre con reproche, y comenzó a caminar a la par con ella. ― Tardaste mucho...

― Ya, me disculpo. No estuviste tan mal acompañada de todos modos.... y tu amigo es muy gracioso!

Cuando ambas llegaron a donde estaba el coche, su padre ya las estaba esperando. Y no era el único, pues sus hermanos también estaban en el coche....

― Métete al auto... ya vendrá la grúa  ― Le dijo secamente su padre, y Yami lo obedeció.

Así esperaron una grúa hasta las 2 de la madrugada… Mientras, ella se coloco los audifonos, y se entretuvo escuchando música y pensando en esa "cosa importante" que Kenta quería decirle...
***
La tarde siguiente, Yami llego a la escuela, y se alegro que al entrar al salón, cerca de su lugar, estuvieran sentados sus amigos, y más aún llamo su atención que “el chico de los ojos” estuviera tan cerca de ella….
― ¿Puedo pasar profesora?
―Claro…
Mientras caminaba a su asiento, Akane la miro fijamente ― ¿Otra vez tarde Yamile? ― le dijo en un tonito de reproche con el que Yami se enfureció, pero prefirió no responder, y mejor se sentó y saludó a los que la rodeaban…
***
La clase siguió, y al terminar, Kenta sonrió y miro a Yami.
En ese preciso momento, Yami se sobresalto, pues su celular vibro por un mensaje que acababa de recibir…
“Quisiera hablar contigo fuera del salón… 
Porque la verdad es que me gustas mucho Yamile…  y siento mucho el decirte esto por este medio, pero es que no me siento digno de ti, ni con el valor para verte de frente para decirlo... 
Lo que realmente quisiera saber, es que sientes tú por mí, y si pudiésemos ser algo más que simples amigos...
Att: Kenta…”
“Que tonto!...” penso Yami tras el mensaje, y levanto la vista para mirarlo…   “…no te enamores de mi… y menos me lo digas así…” ― Yami pensaba esto, pero se levanto y camino hacia la puerta, mientras sabía que Kenta la seguiría…

Estuvieron aminando, y cuando llegaron a una zona en la escuela, en donde estaban solos, Yami se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo de frente.

Fue entonces, cuando por fin se dio cuenta que no le gustaba de él: Su expresión.

Ahora que podía comprender ese gesto en su rostro, sabía que precisamente no le gustaba eso… ese gesto en la forma de mirarla y sonreír cada que ella estaba cerca… esa mirada como de cachorrito... ese gesto que demostraba la atracción que sentía por ella, pero que en vez hacía que ella lo repeliera, porque ella sencillamente no podía quererlo, al menos no de la forma en que él quería. “No podría salir con él” se dijo a si misma… “… y lo quiero, pero como un buen amigo, y no así… no debes arruinar eso Kenta!…”
Él balbuceo cosas sin sentido, y se sonrojo, hasta que la miro de frente y dijo ― Ya t-te lo he dicho… se que estúpidamente, y siento que no debí decirlo en un mensaje, p-pero te considero demasiado como para haber podido decirlo de frente… por eso el men-mensaje…
― Kenta yo…
― ¡Me gustas Yami!... ¡Y mucho!… me gusta tu forma de ser… tu inteligencia… me gustan tus hobbies. Eres una chava muy linda…. ¡Realmente me gustas!…..
― ¡Basta! ― Yami cortó las palabras antes de que siguiera inútilmente… y sin embargo, él continúo.
―… quiero saber si podría ser yo algo más que un amigo para ti…
Yami esperó hasta que él se tranquilizara, y lentamente le dijo ― Kenta… no puedo hacer lo que quieres; porque eres un buen amigo, y te quiero. De verdad te aprecio!… pero no puedo… no quiero algo así ahora….
― ¿Puedo al menos, saber por qué? ― Aún no se inmutaba… era como si creyese que había una oportunidad…
― Porque… antes de venir a esta escuela, yo estuve tontamente enamorada, y por eso sé lo que sientes… pero me lastimaron mucho Kenta; haciéndome sentir que podían quererme y mandándome a la fregada al mismo tiempo… Y ahora, no me atrevo a quererte como tú quieres… al menos no aún, porque aunque lo intentara, yo te lastimaría del mismo modo que lo hicieron conmigo; y no quiero lastimarte Kenta… 
― Ya veo…  y creo entenderlo… ― él asintió ― Me duele, pero lo respetaré por ahora.... aún así me gustaría que siguiéramos siendo al menos amigos... … ¡Te quiero!…. Eres una buena amiga…. Por eso me gustas…
― De acuerdo… amigos… ― Yami se sentía mal, y para no empeorar más las cosas, simplemente no dijo nada más.

No hubiera querido rechazarlo, pero prefería hacerlo y lastimarlo así, que lastimarlo aún peor dándole falsas esperanzas…
***
Yami iba caminando al salón, y pensaba en la forma en que Kenta se marcho, sin decir nada más; y le dolió de alguna forma el dolor de Kenta… 

Entonces, cuando más distraída estaba y pensó, irónicamente   que necesitaba ya no pensar en ello, “el chico de los ojos” se coloco a su lado…
― Yamile… ¿a ti te gusta mucho Gorillaz cierto? ― Le dijo repentinamente.
― Sí, ¿cómo lo sabes?
― Lo dijiste al presentarte ― lo dijo como si fuera obvio, pero sin ser grosero, y sonrió ― y sólo preguntaba, porque a mí también me gusta su música…
Yami no pudo contener la emoción. Le agradaba que a él también le gustara….―¡En serio! No conozco a mucha gente que les guste…. ― y sonrió, recibiendo una sonrisa de él también sin decir nada mas…
Estaban frente a la puerta, y ambos entraron al salón; pero antes de que él fuera a sentarse, Yami recordó algo y le pregunto: ― Oye… dirás que soy estúpida, grosera o distraída, pero… no recuerdo tu nombre…
― Soy Akita Usui… aunque pocos me llaman Usui…o por mi nombre...
― De acuerdo… entonces  te diré Akita-kun, claro, si no te molesta ― Recibió a cambio una sonrisa, y ella también sonrio. Estaba contenta de que cada vez hablara más con alguien que le causara tanta curiosidad como lo hacía Akita…

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