lunes, 31 de octubre de 2011

Capitulo 3: "Primeras Palabras".

Yami iba caminando por el patio de la escuela, y a su paso, muchos se le quedaban mirando fijamente.

Ya estaba acostumbrada a atraer suficiente atención como para que se le quedaran mirando, pero que eso no bastara para que la gente se le acercara a entablar una conversación; y eso no le importaba en lo más minimo. Pero tampoco aquellos que se atrevían a hacerlo se quedaban mucho platicando con ella, pues sabia que era un poco aburrida en una conversación, pues preferia dejar que el resto hablara mientras ella se recreaba mentalmente en lo que ellos le decían.

Pero de cualquier modo, no solía conocer a mucha gente, y recordo que Kaiya -su mejor amiga- insistia que era debido a que la gente no miraba debajo de ese pequeño rostro serio con gafas, y que ella tampoco se interesaba en hacerle notar a la gente que había una chica inteligente, risueña y extrovertida   más alla de esa cara y cuerpo lindos. Yami suspiro al pensar en ello. Ella era tímida y sólo con la gente de confianza solía ser extroverida; pero debería cambiar esa forma de interactuar con el resto, pues no le traía nada bueno.

Prueba de ello era que ya llevaba casi dos meses en esa escuela, no se acoplaba aún al resto y no había hecho muchos amigos. “Al menos tengo algunos... ” pensó, mientras caminaba por la explanada de la escuela.

Durante todo este tiempo, con quien más platicaba, era con la pequeña Akane, quien le parecía una chica realmente curiosa. Akane solía alterarse y deprimirse por hasta la más mínima cosa; pero cuando estaba con un humor agradable era una chica confianzuda y entusiasta; aunque también tenía cierto aire petulante y orgulloso. Además del hecho que gustaba de ligarse a varios chicos… tenía cierto toque sarcástico en su forma de hablar, y una personalidad sumamente cambiante. Si, era una chica que realmente podía desesperar a Yami, pero la consideraba una buena amiga y le agradaba su forma de ser, por eso la toleraba y aconsejaba en vez de malhumorarse… “Ella no es una mala chica, y me siento cómoda con ella”

De pronto, mientras caminaba y pensaba en todo esto, a lo lejos miro a varios chicos entre los que estaba “el-chico-de-los-ojos”, como solía llamarlo Yami, pues había olvidado su nombre. El tipo que tenía esos ojos, que a la vez la atraían y  la intimidaban, y que hacían que no tuviera el valor para acercarse y hablarle… “Si no es él quien me habla, yo no tengo intenciones de hacerlo…” y es que temía que si se acercaba de más a cualquier chico, este chico confundiera sus intenciones…
― ¡YAMIII!... ― En ese momento, Akane corría hacia ella mientras en su mano se agitaban unas hojas de papel impresas, que le tendió al llegar junto a ella ― Yami-chan, aquí tengo los temas que debemos abordar durante el trabajo para entregar la semana próxima; y esto es lo que tienes que investigar tú. Después pondremos opiniones, comentaremos, y demás…

―De acuerdo, ¿Y las demás chicas, ya están haciendo lo que les corresponde?

Sí, no te preocupes, ya les avise… sólo faltabas tú, que pese a sentarte detrás mío, eres una pequeña escurridiza. ― y diciendo esto, le dio una sonrisa picara y un golpe en la frente con las hojas  Pero recuerda que debes cumplir… y no entregar este trabajo tarde, como sueles hacerlo al llegar a clases…

“Demonios… ya deben conocerme y criticarme por mi impuntualidad….” pensó mientras reía avergonzada.
Bueno, vámonos a clase  y diciendo esto, Akane arrastro a Yami hacía el salón.

***                                             

Pero aún así, Yamile estuvo distraída durante la clase, y las miradas insistentes de Akane para que prestara atención no surtieron efecto, si no que al contrario, parecia que ella descaradamente centraba su atención en otras cosas. Saco unas hojas blancas, y comenzó a dibujar; y mientras estaba absorta haciendo lo que más le gustaba, una voz detrás de ella la interrumpió.


Disculpa, ¿tendrías algún color rosa que me prestaras?... es que estoy dibujando algo y no tengo el color…


― Claro ― Yami busco en su bolsito, se dio media vuelta para tenderle el lápiz de color a quien había hablado y cuando ella se giro, se encontró con “el-chico-de-los-ojos”…  Tan perdida había estado dibujando que no se percato que él estaba detrás de ella durante todo este tiempo; y ahora el tipo la miraba fijamente a los ojos. Entonces, ella vio de nuevo esos ojos, que defiitivamente eran muy hermosos. Eran los mismos que había visto el primer día. Unos ojos tan profundos, tan cálidos, con tanta energía, que Yami aseguro estar mirando directamente el alma de Akita a través de esos ojos ― To-toma… dijo ella tartamudeando al mirarlo y sintiendo como su rostro se sonrojaba mientras le tendía el color con una sonrisa. Él tomo el color, y correspondió con otra sonrisa, mientras igualmente parecía sonrojarse.

Ella no supo cuanto tiempo estuvo mirando a Akita; pudieron haber pasado años y ella nunca se hubiera aburrido de ver esos cálidos ojos. Lo recorrió con la mirada, desde su corte casual despeinado y con un flequillo que le cubría parcialmente el rostro de rasgos marcados; hasta su ropa, ya que llevaba una camiseta azul de estilo psicodélico que le gusto a Yami y que de cierta manera, le parecío cernirse mucho más en sus brazos… La posible visión de esa fuerza, la hizo sentirse aún más cohibida.

De pronto alguien llamo su atención, hablándole detrás de ella…  Me gusta como dibujas dijo la voz de Kenta Ashitaka, un chico al que Yami había comenzado a hablarle recientemente, y eso porque él mismo se había acercado para pedirle uno de sus cuadernos de apuntes.

Ella detuvó su inspección, sintiendose un poco incomoda y miro a Kenta. Era un chico distinto a los de su edad. Llevaba el cabello corto y bien peinado hacía atras con gel; vestía el pantalón de mezclilla ceñido hasta la cintura sujeto con un cinturón, y la camiseta de manga corta estaba fajada dentro del mismo. No era el tipo convencional que vestía demasiado casual o con fachas… tenía una personalidad agradable, aunque algo en su presencia hacia que no le agradara del todo… “Quizá me estoy volviendo muy desconfiada…" solía tranquilizarse, al tener esa sensación estando junto a Kenta.

Gracias, aunque hay personas que dibujan mejor que yo.

No lo sé, talvez. Pero a mí me gusta tu estilo. ― Y le dedico una sonrisa, que sin ser grosera, a Yami se le figuro parecida a la de un pequeño cachorro mimado, por lo que ella también rió.

El resto de la clase, Yami intento concentrarse en su dibujo, sin prestar atención a las furtivas miradas de Kenta o Akane, pero seguía pensando el volver a girarse y ver a ese chico otra vez…

mmm… ¿Yamile?... ella giro el rostro cuando escuchó que él le hablaba, y para su sorpresa, al mirarlo se dio cuenta que sus ojos lucían de nuevo fríos y distantes. ― ¿Qué pasa?


La clase ha acabado y pensé, que debía devolverte lo que me prestaste… pero…


¡Oh no te preocupes!... pu-puedes… quedártelo… yo ya no-no lo ocupo… “¿Por qué no dejo de tartamudear?!!” se decia internamente y de nuevo el tono rosado, parecido al que Akita sostenía, se presentó en sus mejillas.


Gra-gracias tartamudeo él. Y con esto, el brillo regresó a sus ojos cuando se sonrojo también.

***

Yami salió apresurada de la escuela, y en cuanto el coche de sus padres paso a recogerla, los saludo efusivamente y se arojo al asiento trasero con una sonrisa en la cara.

― ¿Por qué tanta felicidad repentina? ― preguntó su madre, mirandola con curiosidad.

― Bueno, hoy fue un día bueno. Las clases estuvieron bien, me dió tiempo de hacer un bonito dibujo. ― Yami detuvo sus palabras bajo el sonido del motor del auto que su padre acababa de accionar y aprovechó para hurgar entre sus cuadernos y sacó un dibujo de Gorillaz que le tendió a su madre para que lo viera. Entonces prosiguió ― Y he comenzado a hablarle a más gente...

― Suena bien. Pareces estar feliz. ― Su madre sonrió y su padre solo emitió un gruñido que Yami no supo interpretar.

Definitivamente estaba muy contenta. Por fin había hablado con ese chico; y aunque ella no se sentía con el valor de hablarle más por si sola…. Esperaba, que después, pudiese tener una mejor amistad con él…
Ese chico de los ojos...

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