lunes, 14 de mayo de 2012

Capitulo 26: "Es solo, un día más"

― ¿Sí tanto te gusta, por que no lo haces? ― se escuchó decir a la voz de Arween a unos pasos más atrás.

― Me da miedo... ¿Y si hago algo mal y me lastimo? ― respondió Yamile.

― Quizá ese chico lindo se fije en ti y te ayude. Y si no, pues te levantaras y seguirás. ― terció Kaiya. ― Mira. Todo mundo lo hace sin miedo aunque saben que podrían terminar lastimados.

― Quizá todo mundo tiene mucha confianza... ― debatió Yamile insegura ― o son tontos...

― O simplemente se atreven a hacerlo...

Hasta ahora, Yamile estaba mirando embobada aquella pista de hielo durante demasiado tiempo. Estaba sentada en una gradas con sus amigas, mientras miraban al resto de la gente hacer acrobacias y aprender a moverse sobre la capa fría; tenía muchas ganas de tomar unos patines y aventurarse en el hielo, pero también tenía mucho más miedo.

― Sólo hazlo. ― volvió a intentar animarla Kaiya.

― Me caeré. Seguro me animaré y lo haré; pero en otra ocasión con más confianza, o con alguien que me guíe y que sepa hacerlo, para no terminar yo con el trasero estampado contra el frío. Sí ya, cuando simplemente me encuentro de pie sobre el pavimento me caigo, no quiero imaginar que sucederá sobre el resbaloso hielo y con esas tiras delgadas de metal en mis pies.

Y es que, en serio moría de ganas de estar en la pista, pues era una de las cosas que figuraba en su lista de "cosas que realmente deseo hacer"; pero era un asco sobre patines. Hace mucho tiempo, había aprendido a patinar sobre el pavimento, pero por descuidada había obtenido una fractura en la muñeca. Tras eso, sus padres habían insistido en que abandonara los patines antes de que se deshiciera otro hueso, y así lo hizo; ahora, desconocía totalmente lo que era tener ruedas en los píes. Prefería quedarse sobre el duro pavimento, y animarse a entrar en ella algún día que alguien tuviera la paciencia de enseñarle y cuidarla dentro de la pista.

― No les parece que ya está haciendo más frío ― dijo de pronto Arween, mientras se envolvía más entre su chamarra.

― Sip. Mejor vayámonos ya de aquí; caminando se nos quitara el frío. ― dijo Yamile y se levanto de las gradas para irse.

― Me parece buena idea.

Salieron de aquel sitio, y miraron alrededor.

― ¿A donde gustan ir ahora? ― pregunto ella luego de un rato.

― mmm... que les parecería que caminemos y veamos que se nos ocurre hacer. ¿Les gusta la idea? ― dijo Kaiya.

Entonces comenzaron a caminar por las calles de la ciudad sin un rumbo aparente. Al cabo de más o menos media hora, llegaron a una plazuela y se sentaron en una pequeña banca que había por ahí.

― Heeeey chicas ― dijo de pronto Kaiya ― ¿No hay demasiados chicos guapos, este día?

― Sí, me parece que sí. Mejor aún que no son solo chicos de por aquí; ese de allá parece ser extranjero. ― respondió Arween

― Es lindo... se ve bien. ― dijo Yami sonriendo.

― Lastima que tú tienes novio y no puedes salir con nadie mas. ― dijo burlonamente Arween.

Ella sonrió. Desde que les había dicho a sus dos amigas acerca de Janao, ellas no paraban de recordárselo.

― ¿Y qué? No tiene nada de malo que mire a algún chico guapo; no hago nada que no deba hacer. Malo que comience a salir con alguien más aparte de Janao; y aun así, de cualquier modo no habría nada malo en ello porque no es como si estuviera casada (ni lo estaría nunca) con él, por lo que podría salir con quien yo quisiese ― respondio Yami ante aquello.

― Apoyo la opinión de Yami. No tiene nada de malo ver, besar, o abrazar a alguien más; y menos si es así de linda. Los chicos la siguen sin que ella realmente quiera y puede conseguir a cualquiera.

― No soy linda... solo les llamo la atención por... bah. Ustedes si lo son.

― Claro que eres linda. ¿Por qué crees que el tal Janao se habrá fijado en ti, si no eres linda?

― Quizá porque nadie más se fijaba en él y yo fui su última opción. O bien, quizá también pudo haber sido que no se fijara en mi rostro...

― Eso último suena lógico. Lamentablemente, a estas alturas todo chico se fija en el físico de la chica, aunque suene horrible. Y claro que eres linda... te demostraré ― dijo Arween, quien acto seguido se le quedo mirando a un chico como de veintitantos años que iba pasando distraído. No parecía mala persona, por lo que ella alzó la mano y lo saludo.

Yami trató de detenerla. Estaba mal que simplemente le hablaran así a un tipo que ni conocían...

Pero aquel chico, ya las había mirado extrañado  durante un momento, y se acercó. Entonces las saludó a todas. ― Disculpen, pero ¿Las conozco? ― preguntó.

― Nop...

― ¡Demonios! Soy tonto. Pensé que las conocía y por eso ustedes me habían saludado; fue por ello que me acerque a saludarlas para no ser maleducado y ver si las reconocía. No piensen mal, es solo que conozco a tanta gente, que después olvido algunas caras y ya no las reconozco...

― Bueeenooo... no está mal que no nos conozcas. Puedes conseguir nuevas amigas.

Aquel chico sonrió un poco incomodo y dijo ― En ese caso, me llamo Ryota. Gusto en conocerlas.

Las chicas saludaron y se presentaron; entonces se quedaron a conversar los cuatro.

[...]

― Heeey ustedes son muy divertidas ― dijo él entre risas al cabo de un rato ― Me caen bien.

En ese momento Arween sonrió y le dijo ― ¿Podría preguntarte algo?

― Aaaam ya lo haz hecho... pero claro; supongo que está bien.

― En ese caso; míranos bien y dime ¿Quién se ve más joven de las tres?

Ryota miro a las tres un momento, y al cabo de unos segundos dijo ― Creo que la más joven es Yamile; le calculo unos 16 años, mientras que ustedes se ven de prácticamente de 18 o hasta 19 años.

Arween y Kaiya sonrieron. Siempre la gente apostaba por Yamile.

― ¿Crees que es linda a pesar de que se vea pequeña?

― ¡Claro! Es muy linda. De hecho... si no fuera tan pequeña.... ― sonrió pícaramente y dejo la frase sin terminar, flotando en el aire.

Yamile se sonrojó y agacho la vista confundida: Se sentía halagada por ello; pero también le molestaba que un chico la llamase linda, pues  la hacia sentir incomoda y tenía malas experiencias con ello...

De pronto, Yamile se vio interrumpida antes de poder decir nada. Pues Ryota, dijo tener asuntos pendientes y debía irse,

Las chicas se despidieron y entonces se marchó.

― ¡Hey chicas! ¿Qué les parece si vamos por algo de comida? Estoy hambrienta. ― dijo de pronto Kaiya animosamente, con una sonrisa.

― Sí vamos, quiero unas hamburguesas. ― coincidió Yami.

Pese a todo, amaba los días en que podía pasarlos con sus hermanas... aunque ellas hicieran ese tipo de tonterías....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu opinión, y deja un pedazo de tu corazón aquí, así como yo revelo un poco del corazón de aquella chica, al escribir esta historia...