martes, 15 de mayo de 2012

Capitulo 27: "Almas nocturnas: Un posible adiós."

― Se ve graciosa cuándo duerme ― dijo una voz de chica.

― Es... divertido ― completó otra.

Yamile abrió los ojos lentamente; y parpadeo un par de veces para espabilarse y aclarar la vista. Tardó unos cuantos segundos más en darse cuenta del motivo de las risas de sus amigas, que miraban entretenidas a la chica que dormía a pierna suelta a un lado suyo, roncando y babeando un poco. Al ver eso, Yami no pudo evitar reír también; era realmente gracioso.

Esa noche ella estaba en casa de Kaiya. Todas habían decidido hacer una pijamada y varias chicas se habían quedado a dormir: Arween, Sayu, Misako, Yami, y por supuesto Kaiya y su pequeña hermana Ilia.

Ese hecho la hacía sentir un mar de emociones, pues era la primera vez que Yami dormía fuera de su casa o de algún familiar; y la idea le agradaba tanto que la hacia sentir relajada, además de que por ello, esa noche no sufría de insomnio ni pesadillas, y tampoco se sentía cansada pese a que eran las 3 de la madrugada y apenas había dormido un par de horas. Pensó que se trataba por la confianza que le tenía a estas chicas y por el agrado que sentía porque sus padres la hubiesen liberado tan solo un poco.

― ¿Qué hacen despiertas tan tarde? ― preguntó Yami a Kaiya y Arween.

― Kaiya no podía dormir, y yo le hago compañía ― respondió Arween.

Yami miró a Kaiya y preguntó ― ¿Otra vez insomnio?

La interrogada asintió y contesto ― Siempre lo tengo......

Yami se levantó de la colchoneta del suelo y se estiró un poco ― Entonces, yo me quedo con ustedes.

― De acuerdo... ― dijo Arwen, quien luego miro a Misako y volvió a reír ― Es gracioso...

― Todos dormimos gracioso... ― dijo Yamile ― por cierto, ¿Yo no ronque, di patadas o hice algo raro?

― Babeaste. ― afirmo Kaiya.

― Jejeje. Siempre lo hago... al menos espero no haber babeado a alguien.

Luego las tres chicas abandonaron la sala en donde estaban, y avanzaron hasta el comedor para no despertar a las otras.

― ¿Qué quieren hacer ahora? ― preguntó Kaiya.

― Mmm... en primera, yo quiero agua. ― dijo Arween.

Kaiya avanzó hacía la cocina, y regreso trayendo algunos vasos y una jarra de agua.

De pronto se escucharon movimientos en la sala: alguien bostezo y gruño, y al cabo de unos segundos Sayu también se había unido a ellas. ― ¿Qué hacen despiertas? ― dijo tallándose los ojos.

― Kaiya: Insomnio. ― fue todo lo que dijo Yami.

― .... Otra vez... ¿Puedo hacerles compañía?

Las tres asintieron y ella se sentó con ellas. Permanecieron un rato calladas y pudieron escuchar ruidos provenientes de una de las habitaciones, en donde descansaba el resto de la familia de Kaiya. De pronto una puerta se abrió y vieron a Ilia salir de su habitación y avanzar por el pasillo en dirección al baño.

― ¿Tu familia o papás no se molestan por qué estemos aquí? ― pregunto Yami mirando en la dirección de la habitación de los padres.

― Nop. Lo único que mis padres piden es que nos comportemos, que no salgamos de la casa o la incendiemos... o que no nos embriaguemos mucho ― dijo Kaiya sonriendo.

― Suena razonable. ― coincidió Arween ― Y teniendo eso en cuenta, ¿Qué desean hacer?

― Creo que tengo frío, y que el hecho de que este descalza y toque el suelo helado pueda influir; así que iré por mis pantuflas para cubrirme los pies. ― dijo Yamile, y se encaminó a la sala por ellas.

Una vez en ella, vio a Misako tumbada con los brazos y piernas abiertos cubriendo todas las colchonetas, incluso tenía la boca abierta y salivaba. Yami rió lo más bajo que pudo y aun así el sonido provocó que Misako abriera los ojos y se incorporara lentamente.

― ¿Eh?.... ¿"Je pa....sa"? ― pregunto entre bostezos, limpiándose el rostro ― mmm.... ¿Dondé están todas? ¿Qué haces despierta en la noche?

― Aaaam... pues no tenemos ganas de dormir. ¿Gustas venir al comedor con nosotras?

Y sin decir nada más, Misako se levantó y avanzo detrás de Yami.

Una vez juntas las cinco chicas, se pusieron a conversar entretenidas hasta que de nuevo escucharon ruidos en la habitación contigua.

Kaiya miro con expresión preocupada hacía la habitación de sus padres, y Yami al notar aquello le pregunto ― ¿Te pasa algo?

Kaiya suspiró, dudo un momento y respondió con pesar en la voz ― Se trata de mis padres...

― ¿Qué sucede?

― Es... complicado. ― Arween y Yami se acercaron a ella un poco más y al parecer eso le dio el valor de continuar de forma abrupta. ― Ellos están en planes de separarse. Hace ya mucho tiempo que lo han estado charlando y yo me doy cuenta de las cosas...

― ¿Es seguro?

― Sí. Y el problema con ello es que nos ponen en problemas a mí y mi hermana, porque nosotras podríamos y tendríamos que elegir entre ellos. Es como si estuviésemos en medio de ambos, sin saber que es lo que debemos hacer... yo no podría. Además, es más difícil porque han estado aparentando que nada sucede, y hace complicado actuar fingiendo que tú tampoco lo sabes... me resulta horrible el mirarlos a la cara y estar junto a ellos.

Yami se acerco más y la miro a los ojos; Kaiya continuó.

― Además... se que cuando ellos se separen, nosotras podríamos hacerlo; ya no podría verlas de nuevo. ― Suspiró ― Mi mamá podría querer que nos vayamos con ella al menos hasta que sea mayor de edad, y no se a donde iríamos en ese caso. Y si fuésemos con mi papá... bueno, él ha dejado en claro desde hace mucho tiempo, que de pasar algo así, se iría lejos.

― ¿Te iras? ― pregunto Misako, respondiendo la curiosidad de Yamile también.

― Sí mis papás lo quieren, lo tendré que hacer al menos hasta que sea mayor de edad.

― No es gran tiempo... sólo un par de años. ― dijo Arween.

― Suficiente tiempo para no verlas; para que llegue a sentirme lejos del mundo que amo... ¡De ustedes!

― No te preocupes, todo saldrá bien. ― dijo Yamile intentando darle ánimos ― Todos llegamos a sufrir por problemas de ese tipo, pero al final todo se solucionara... No nos alejaremos de ti.

De pronto Arween interrumpió y con cara sombría confirmo ― Sí, a todos podría sucederles, incluso a mí... Y debo decirles algo también. ― Arween tomo aliento y prosiguio ― Quizá sí nos tengamos que separar un tiempo...

― ¿Por qué lo dices tú?

― Mi padre está enfermo. Necesita cuidados especiales, más espacio para cuidarlo y que este cómodo, con tal de que su situación no sea peor de lo que ya está. Por ello toda mi familia debemos irnos. Quizá nos mudemos cerca... o vayamos fuera de la ciudad, a donde nací y crecí y donde el ambiente sería mejor para él...

Yami recordó que Arween siempre había dicho que creció en las afueras de la ciudad, en un pequeño pueblo que ella jamás había visto. Sonrió con ironía mientras oía atenta aquello, negándose a seguir...

― Kaiya y yo podríamos mudarnos cerca... o lejos... pero sea como sea, es seguro que quizá debemos separarnos un tiempo.

Yami miró atenta a sus amigas y las abrazó. ― Sea como sea estaremos juntas ¿No? Siempre nos apoyaremos.

― Sí...

― Siempre juntas, aunque pasase el tiempo que deba pasar... ― dijeron Arween y Kaiya respectivamente.

Sayu sonrió y Yamile le hizo coro; pero a pesar de su sonrisa, Yami sentía un pesar en su interior. Definitivamente se negaba a aceptar esa posible realidad...

Desde hace años que estaba con ellas; eran las únicas personas a las que tenía. Durante toda la secundaria había estado a su lado, y  eso realmente la ayudaba, pero ahora... con todo lo que estaba sucediendo... supuso que tendría que apañárselas sola. ¿Cómo lo haría?

Suspiró. Trató de alegrar aquello y siguió conversando con ellas durante horas; lo mejor era seguir fingiendo tanto como pudiera y alegrarlas a ellas. Además, ya no podría dormir.

Amaneció, incluso desayunaron. Todo siguió marchando bien; hasta que los padres de Yami le llamaron al celular y ella tuvo que despedirse de ellas.

Las abrazó con más emoción de lo normal; ya no sabría cuándo podría volver a verlas. Pero, todo estaría bien... ¿O no?

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