viernes, 31 de enero de 2014

Capítulo 42: "El mejor regalo..."

Yami sonreía. El cielo estaba despejado, no había ni una ventisca fría y el sol incluso calentaba levemente el cuerpo; era un buen día. Se sentía a gusto mientras esperaba pacientemente a su amiga, fuera del plantel. Miró de nuevo el reloj de su celular; aunque Akane había dicho que llegaría a las 2 de la tarde y ya había pasado media hora, la chica no reprochó la tardanza. Desde que había llegado a la escuela, sentía extrañamente la sensación de que quizá ese sería un buen día y eso le animaba. 

Aunque no todo había comenzado bien:

Esa misma mañana había vuelto a tener una "discusión" con su madre, que insistía en hacer de Yami un pilar para desahogarse, sin tener idea de cuanto afectaba eso a la joven...

Eso sin contar que había amanecido un poco deprimida... y todo gracias a una pesadilla que había involucrado verse a si misma, persiguiendo a Akita sin lograr alcanzarlo o siquiera hacer que él girara el rostro para verla. No había duda que esa distancia y dudas de él, habían afectado mucho a Yamile; aunque algo bueno había salido de aquello...: 
Yami había decidido escribir una entrada sobre su tristeza y confusión en su fotoblog, provocando que Akita la leyera. Y aunque probablemente no sirvió para que el chico se diera cuenta de las indirectas, si hizo que él al menos le diera una imagen de un corazón; alegando que era en representación al de él, porque siempre procuraría cuidarla.

Sonrió al recordar aquello. Quizá no significara mucho ni fuera para siempre o el tipo de relación que ella quería, pero se sentía contenta de que Akita hubiera tenido ese detalle.

Sacó su reproductor mp3 y se colocó los audífonos. Miró de nuevo su celular. Ya sólo faltaban 20 minutos para que las manecillas marcaran una nueva hora... ¿Dónde estaba Akane? Su amiga había sido quién le marcó y concordó la cita antes de clases, pero ahora ni siquiera aparecía.... suspiró.... ya llegaría.

Una pequeña sonrisa melancólica se formó en su rostro, en cuanto de pronto una canción comenzó a sonar; se trataba de Be your girl. Era una canción japonesa que precisamente había conocido bajo recomendación de Akita, pero era irónico que justo la letra le hiciera pensar en él y los sentimientos que ella tenía; básicamente la cantante había tratado de expresar el amor que sentía por un chico, pero también las dudas y sufrimiento que le causaba no saber si era correspondida, y el conflicto de aceptación y negación al creerlo en brazos de otra chica... 

Yami cerró los ojos casi a punto de llorar. Akita la estaba volviendo más chillona de lo normal...  

De pronto sintió un suave tirón de uno de sus mechones de cabello y giró el rostro de inmediato. A la gente le gustaba eso de encontrarla desprevenida...

― ¡Tardaste mucho! ― reclamó de inmediato a su amiga.

― Nah, no seas gruñona ― le respondió con una sonrisa ― además, tú siempre me haces esperar; siempre llegas tarde.

Yami giró el rostro e hizo un puchero. No podía refutar eso.

― ¡Además yo venía enojada contigo! ― le soltó de repente Akane, con voz siseante. Quizá si estaba muy molesta...

― ¿P-por qué? ― titubeó Yami.

― Ash.... ¡¿Qué hay con eso que subiste al fotoblog?! No puedes ser tan obvia... ― le dijo ― y él no puede ser tan estúpido - completó e un susurrro.

― ¿Eh? ― Yami estaba confundida. Francamente, no entendía a su amiga en ocasiones y sus constantes cambios de parecer.

― ¡Has sido muy obvia! Y eso me molesta.... no deberías; él debe luchar por ti, no ir tú arrastrándote tras él....
  
― No me parece que lo haya hecho... y tampoco le veo lo malo. Si se entera, no hay ningún problema, porque no me avergüenzo de lo que siento por él. 

Akane bufó, pero tan rápido como inició esa conversación, la terminó. ― ¿Qué llevas puesto en el cabello? ― preguntó cambiando su ceño fruncido por una sonrisa.

― ¿Ésto? ― Yami tomó un manojo de su cabello ― Ah... aproveché éste fin de semana para hacerme un cambio; sólo es una pequeña porción... ― le mostró el pequeño mechón a Akane ― ¿Se ve bien?

― ¡Ah! ― su amiga sonreía de oreja a oreja ― ¡Se ve precioso! El color morado te favorece mucho... ― Yami le ofreció una sonrisa ― Y sí algún día te pintamos el cabello cómo yo ¿Qué te parece?

― Así estoy bien... ― respondió un poco incomoda ― ¡Ah! ¿Porqué me has citado antes?

― Oh, eso... ― suspiró ― Pues quería comprarte un helado y platicar un poco.... 

― ¿Para qué o por qué me ibas a comprar un helado? ― preguntó extrañada. No había un motivo aparente... y le era extraño que la gente le diera ese tipo de detalles sin motivo; le costaba mucho aceptarlos.

― Simplemente para sacarte una sonrisa. Sé que te encanta el helado ― la abrazó ― Pero creo que ya es tarde; prometo que lo haré otro día... Mejor entremos a la escuela ¿Ok?

Yami alzó los hombros, y a su vez Akane la sujeto del brazo y la llevó hacia adentro. Ambas chicas comenzaron a caminar hacia el salón mientras iban conversando. 

Así las clases comenzaron a pasar una seguida de otra. Y aunque Yami disfrutaba del aprendizaje que obtenía, anhelaba más tiempo libre para poder descanzar todo lo que no había podido dormir por culpa de las pesadillas... y  de paso anhelaba pasar más tiempo con Akita. Por eso, cuando aquel día repentinamente anunciaron que saldrían temprano, Yami no protestó.

Y así fue exactamente; Akita se reunió con ellos a la salida. Simplemente fue a platicar con ellos durante un momento. Yami incluso disfrutó mucho conversando con él... pero repetinamente Akane la interrumpió.

― ¿Y si vamos ahora mismo por el helado que te prometí? ― Yamile sonrió y asintió. Apreciaba mucho a su amiga y esos pequeños detalles.

De pronto, Akita la sorprendió diciéndole ― Tienes la mochila abierta... déjame cerrarla. ― se tomo su tiempo y luego le sonrió, recibiendo el mismo gesto por parte de ella.

Takeshi la miró y con una sonrisa maliciosa le dijo ― Ha guardado algo en tu mochila, sólo fue una excusa... ― Akita no dijo nada... de hecho se quedó muy quieto; y más cuando ella se entretuvo en mirar dentro de su mochila. Y ahí estaba... una hoja doblada ¿Qué sería?

― Oye, ¿Qué e.... ― se giró para mirarlo, pero detuvo su pregunta. Akita ya iba caminando lejos de ella, y ni siquiera se despidió.... sonrió y se dispuso a alcanzarlo cuando Akane la sujeto y le dijo:

― Tontita... dijiste que iríamos por el helado. No vayas tras él; ya decidió irse... además si te quedas, podrás  ver con calma eso ― luego le sonrió desvergozadamente ― Y podrás mostrarme también.

Yamile rió. Su amiga estaba suficientemente enterada en esto... 

Ambas fueron a una heladería cercana y luego regresaron frente a la escuela, donde se sentaron en una banca.

― Abre el papel ― la insto Akane, y la chica volvió a sacar la especie de carta y la desdobló. De inmediato se le formo una sonrisa gigante en el rostro.

Akita había dibujado un par de corazones caricaturizados: Uno de ellos simulaba ser ella, escondida detrás del otro corazón; que a su vez llevaba el típico flequillo de Akita y estaba con los brazos extendidos, protegiéndola. Además había adjuntado una nota: "Mi regalo siempre te protegerá."


Y extrañamente al leerlo, se sintió segura. Estaba totalmente a gusto.... le gustaba saber que Akita estaba tan al pendiente de ella. Le agradaba saber que aunque era algo retórico, Akita le había dado aquello.

Akane que estuvo viendo lo mismo que Yami, se atragantó con el helado. ― E-eso... ― tosió un par de veces y se aclaró la garganta ― ¡Eso es una declaración!

Yamile la volteó a ver, ansiosa. ― ¿De verdad? ¿C-crees que esa era su intención?

― ¡Claro! ― su amiga se puso de pie, emocionada ― Eso muestra indirectamente que le gustas, por eso tanto interés en defenderte ¡Es grandioso!

Ambas sonrieron; se les veía incluso a la distancia, que estaban alegres. Akane se sentía bien por su amiga; por que él, mostrara ese interés, y verla a ella feliz. Y Yamile estaba que rebosaba de felicidad por aquello; le brindaba más esperanza...

― Creo que ahora sí, ha llegado el momento que seas más obvia ― le indujo con confianza ― Lo suficiente para qué ya no tenga excusas.

Yamile se comió lentamente el helado, pensando en lo que haría ahora.  Ella también estaba segura; esa era la señal que estaba esperando.

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La canción que escucha Yamile se muestra en la sección "Extras..." de la parte superior; por si gustan verla,  para comprender mejor lo que sentía ella. 

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