martes, 18 de febrero de 2014

Capítulo 43: "El primer dibujo".

Yami despertó emocionada. Acaba de soñar con Akita y había dormido lo suficiente; motivo por el cual se sentía contenta esa mañana. 

Bajo de la litera con una amplia sonrisa y miró su celular. Pasaban de las 10 de la mañana, pero no le importó... había descansado muy bien. Entonces notó que tenía un mensaje mandado por Akane: Le decía que estaba ansiosa por verla y que pasaría por ella a su casa aquel día. 

Yami sonrió aún más al ver aquello. Quería mucho a Akane y le alegraba que su amiga estuviera tan al pendiente. 

Salió de su habitación de buen humor y fue a buscar a su madre; pero como no la encontró por ningún lado, se preocupó y le marcó a su celular. 

― Má' ¿Dónde estás? ― preguntó.

― "Ah. Vine a desayunar con una amiga; perdón por no avisarte..." ― le dijo la voz al otro lado de la línea ― "Desayuna tú sola, y apúrate para ir a la escuela". 

 Yamile suspiró; le respondió afirmativamente a su madre y colgó. Entonces avanzó hasta la cocina y se sirvió cereal en un tazón. Comenzó a desayunar aprisa y en cuanto terminó, se levantó y fue hacía su habitación. No le gustaba sentirse solitaria... por eso mismo, procuraba mantener su mente ocupada para no aburrirse y no pensar en ello. Así que comenzó a hacer su tarea; y cuando terminó ya era mediodía. 

Se estiró un poco y decidió darse un baño. Aún estaba de buen humor; y eso mejoró en cuanto sintió el agua caliente recorrer su cuerpo. Cerró los ojos y se sorprendió a si misma pensando en Akita. Era evidente que él se estaba colando constantemente en sus pensamientos, por lo cual se sonrojó. 

Cerró la llave de la ducha, se enrolló una toalla en la cabeza y en el cuerpo, y volvió a entrar a su habitación. Cuando terminó de vestirse y arreglarse, avanzó hasta donde se encontraba su mochila y la abrió. Buscaba la nota que Akita le había dado el día anterior... sentía cierto temor de no encontrarla y que todo hubiera sido alguna clase de mal sueño. Pero en cuanto encontró la nota, la desdobló y miro de nuevo el dibujo. Sonrió de oreja a oreja y se llevó el papel al pecho como abrazándolo. De pronto se echó a reír; no solía ser una chica muy expresiva ni romántica, pero Akita estaba haciendo florecer ese aspecto de su ser... 

Con la sonrisa aún en los labios, fue hasta el escritorio y encendió la laptop. Mientras esperaba, sacó un pequeño cofresillo que tenía escondido en su closet, y metió en él aquel dibujo. Ahí guardaba sus posesiones de papel que mas apreciaba... tenía cartas y dibujos ñoños que Sayu y Kaiya le habían dado, y ahora Akita pasaba a formar parte de ese pequeño tesoro. 

De regreso al monitor, entró al chat para ver con quien conversaba y llenaba las horas libres que tenía. Entonces lo vio; Akita había actualizado su estado, escribiendo: >> ¿Y o F? Waa... qué hago?" 

Y el corazón de ella dio un vuelco al leerlo; un sentimiento de emoción y ansiedad... Ambas letras iníciales bailaban ante sus ojos. Sonrió temblorosamente al ver la letra 'Y', en aquella corta publicación; y casi palpó la esperanza firme ante sus ojos -¿Seré yo?- se preguntaba con alegría.... pero claro, también estaba la 'F', y ese fue el aspecto que detuvo su corazón durante un segundo. De estar indeciso ante ambas chicas, debía ser porque verdaderamente ambas eran importantes... ¿Qué tanto lo sería aquella tal F, cómo para no elegir de llano a Yamile? Pero Akita ya le había dado su supuesto corazón a Yami ¿O no?... ¿O sólo sería un juego para Akita? Se sintió frustrada. No quería pensarlo, pero cabía la posibilidad de que Akita fuera de esos chicos capaces de jugar... entonces, recordó sus ojos.  ¡No! No hay manera de que sus ojos me mientan. - Se autoconvenció diciendo aquello. Sabía y sentía que Akita no le mentiría a ella. 

Suspiró y tomó una decisión. Saco unas cuantas hojas de papel, un lápiz y colores de madera; luego se puso a bocetar. Haría un dibujo que le gustara a Akita... uno que fuera una clara indirecta. El primer dibujo que le dedicaría...

Ya eran las 2:00 pm, cuando su madre regresó a casa y entró a la habitación de ella, con la pequeña hermana de Yamile detrás. La chica se sobresaltó al verlas abrir la puerta.

― ¿Qué haces? ― preguntó la mujer, mirando hacía el escritorio; y la pequeña niña también se acercó a ver.

― ¡Ah! Dibujaba un poco... es... es para la escuela ― dijo un poco nerviosa, sin saber si mostrárselo a su madre. 

―  ¿Puedo ver? ― insistió. Y antes de comprometer más a Yamile, el timbre del departamento sonó ― ¿Quien será? ― preguntó repentinamente.

― ¡Ah! Akane me mandó un mensaje, diciendo que pasaría por mi...  debe ser ella ― se puso en pie y guardo sus cosas, con todo y dibujo, en la mochila.

― Entonces, ¿Ya te vas?

― Ajá.... espero que se cuiden. Adiós ― dijo sin más y le plantó un beso en la mejilla a su madre, a modo de despedida.

Luego salió del departamento y atravesó corriendo el patio para recibir a su amiga. 

― ¡Tontita! ― le dijo la chica al verla ― Siempre te tardas mucho, incluso en tu propia casa... ― y rió al decir esto. Luego ambas comenzaron a caminar hacía donde tomarían el camión.

― Ay, es que mamá me entretuvo. Y yo no quería que viera mi dibujo.... por lo que me tardé en evitar ambas cosas ― se excusó.

― ¿Qué dibujaste ahora, que no querías que lo vea tu mami? Eeeea... ¡Pilla! ― dijo con sorna.

― Nada malo... ¡Malpensada! ― dijo Yami riendo. Luego detuvieron al microbus en la parada, subieron y tomaron asiento. Yami abrió su mochila y le tendió el dibujo a su amiga ― Mira. Ésto era lo que dibujé.

Akane miró la hoja que la chica le tendía. Era un dibujo donde se podía apreciar a los mismos corazones caricaturizados, que Akita había dibujado; pero ahora con la técnica de dibujo de la chica y a color. Una mano -que simulaba ser la de Yamile-, sostenía con cuidado al pequeño corazón que simulaba al de Akita (con todo y flequillo). Y había escrito un pequeño texto donde expresaba su agradecimiento, y las ganas y disposición de cuidar dicho corazón como al dueño; todo por el cariño que le tenía. Cualquier chica, habría notado que eso era prácticamente una declaración... no sólo por lo que decía el texto, sino por el esfuerzo implícito que se había tomado para hacer tan cariñosamente el dibujo. 

― ¿Le darás esto? ― preguntó. Yami asintió y Akane le sonrió ― ¿También te declararas al dárselo?

Yamile suspiró y se encogió de hombros. ― Podría decirse que si... ese es el plan. Aunque no es como si fuésemos a salir después de ello...

― ¿A qué te refieres? 

― No es como si Akita, al saber mis sentimientos, fuera a elegirme. También tiene a otra chica; por lo cual no debe elegirme con sólo declararme…

― ¿Sigues con lo de la otra chica? Pero sí él ayer te dio incluso ese dibujo, y ya te dije que eso fue una declaración a todas leguas ― habló Akane, con un dejo de fastidio en la voz.

Yami sonrió con cierto pesar y le contó sobre el mensaje de Akita y esa tal ‘F’ ―… pero no importa si él no me elige a mi; no importa si finalmente no soy yo a quien elija. ― Completó Yamile al terminar de contarle.

― ¿No te molesta? ¿De verdad eres capaz de no elegirlo? Naaah, no te creo…

― Si, me molesta y me duele no ser yo. Y claro que preferiría saber que me quiere y prefiere a mí. Pero… ― guardó silencio un rato para pensar, dejando a Akane en suspenso ― sí me elige a mí y queda fuera de la escuela… ¿No crees que será más doloroso?

― ¿Eh?

― Trata de verlo como yo: Akita corre el riesgo de quedar fuera de la escuela. Por eso quiero declararme; para que al menos sepa cuáles son mis sentimientos. Entonces, sí me elige y decide querer salir conmigo, llenará mi corazón de esperanza… me sentiré feliz. Pero debo ser cautelosa y sería muy poco –o incluso nada- el tiempo que nos veríamos. Será doloroso para mí…

― Ya veo ― dijo Akane, pensando en aquello ― También sería egoísta para ambos.

―  Quizá por eso sea mejor que elija a esa tal… ‘F’, sin importar quien sea.

Akane pasó el brazo sobre los hombros de su amiga y la abrazó. Le costaba trabajo comprender a Yami; y suponía que incluso a ella misma, le debía costar trabajo...

Yami empujó a su amiga, que la miró extrañada por su comportamiento hosco ― ¡Oh! Es que hemos llegado y ya debemos bajar ― se excuso con una sonrisa, al percatarse de la confusión de su amiga.

Ambas bajaron riendo y avanzaron hacía la puerta de la escuela.

***

El resto del día pasó sin mayor problema. Aunque claro, todo el tiempo Akane no paraba de presionar a Yamile para que finalmente le diera el dibujo a Akita; pero de un modo, la chica encontraba alguna excusa para retrasar aquel momento. O bien Akita estaba lejos de ella, o ambos estaban rodeados de gente; y ella quería que aquello fuera un poco más íntimo... después de todo, pensaba hacer de aquello una declaración.

Y así, finalmente llegó la noche; momento en el cual, todo el grupo de amigos salió de clases y andaba por el patio en dirección a la salida.

Yami tembló un poco y se abrazó el cuerpo; hacía frío.

― ¿Porqué no traes chamarra? ― le preguntó Takeshi, acercándose a ella.

― La olvidé... tuve que salir aprisa. Además en la tarde estaba cálido y pensé que seguiría así...

― Bueno, pues el calor hace que llueva... ― puntualizó, mostrando con un ademán el suelo de piedra del patio, que se veía mojado todavía.

― Ya. ― dijo ella cortante. No quería que además le echara en cara su descuido. Lo cierto es que desde hace un tiempo, el ánimo entre ellos dos estaba un poco brusco y se trataban hasta cierto punto, de mal modo.

Akane de pronto se interpuso salvadoramente y cortó la incomodidad, cuando sujetó a su amiga del brazo y la apartó de él.

― Deja de ser tan mala con Takeshi...

― Yo no soy... él empieza. ― Se justificó, pero Akane ni siquiera dio muestras de oírla.

Cruzaron la puerta y Akane seguía sujetándola del brazo ― ¿Ya te declaraste a Akita, o aún no? ― insistió.

― Todavía no... es que siento cierta pena.

― Deberías hacerlo ya ― aún la sujetaba e iban avanzando hacia donde se encontraba la madre de Akane, bajo un paraguas. 

― Ya sé. Lo haré... debo darle el dibujo hoy.

Ambas se detuvieron debajo del paraguas, frente a la señora y la saludaron; y pronto se dieron cuenta de que todos los otros cuatro chicos (Akita, Kenta, Takeshi y Kenichi) estaban detrás de ellas pues las habían seguido. Akane volvió a acercarse al oído de su amiga y le susurró - "Ya debes decirle" 

Yami sonrió y la madre de Akane las miró extrañada ― ¿Ahora que se traen entre ustedes? 

― Secretos. Ya sabes, de adolescentes locas... ― Respondió únicamente su hija, sonriendo. 

En eso, la madre se echó a reír; provocando que el paraguas se moviera y las gotas sobre él resbalaran. Y para buena suerte de Yami -quién era la que estaba más cercana y la más pequeña-, las gotas cayeron en sus hombros, entre su escote y su espalda. Ella soltó un pequeño gritito y sintió como su espalda se arqueaba y su piel se erizaba completamente, por la sensación de frío que se intensificó al no llevar sueter.

Se llevó ambas manos al rostro, sonrojada. Y aprovechó para cubrir su busto con el dorso de los brazos; no quería que nadie mirara aquello. Sentía las miradas confundidas de todos sobre ella, cosa que la hacía sentir abochornada.

Pero lo que más incomoda la hacía sentir era que a pesar de que las gotas de agua estuvieron heladas, sentía calor en su cuerpo.... jamás lo había sentido. Le asombraba encontrar por primera vez la sensibilidad en su cuerpo, ante una situación tan incomoda. 

Akane se le acercó y se despidió de manera fugaz, rompiendo el silencio. Luego Kenichi también se despidió y dejo Yamile con los otros tres chicos. Ella, sin decir nada más, dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección a donde sus padres siempre aparcaban el auto. Quería alargar la distancia con ellos, temerosa de que hubieran malinterpretado el reciente suceso y aun avergonzada.

El bolsillo de su pantalón comenzó a destacar en la mente de la chica, recordándole que ahí guardaba lo que le daría a Akita. Pero ahora no tenía ni cara para mirarlo y menos para darle el dibujo apropiadamente. 

Los cuatro se detuvieron al mismo tiempo que ella, y ellos tres comenzaron a platicar mientras ella sólo los miraba. ¿Qué debía hacer? Debía darse prisa y también ser discreta ante Kenta y Takeshi. 

De pronto, pudo ver de reojo las luces de un auto; y supo que serían sus padres. Se le había agotado el tiempo.

Se acercó a los tres chicos y comenzó a despedirse de ellos, dejando a Akita al último. Cuando estuvo ante él, se puso de puntillas y fue al único al que le planto un beso en la mejilla, al mismo tiempo que sacaba el papel doblado de su bolsillo y lo colocaba en su mano. Sabiendo que estaría confundido, le susurró: "Esto es sólo para que lo mires tú". 

Y sin más, se retiró ante la mirada confundida de los tres. Subió al auto y no le dio más vueltas a ello.

No había sido romántico, ni la declaración que había esperado. Pero al menos, lo había hecho... había avanzado un poco más. Y se sentía llena al haberle dado ese dibujo a Akita... un dibujo cargado de sentimiento.

― Hola pequeña ¿Él es Akita? ― le preguntó su madre, sacándola de su ensimismamiento. 

― ¿Eh? Sí, él es...

― ¿Quién se supone que es el? ― preguntó secamente su padre.

― Un amigo de tu hija. Ya ves, déjala ― respondió rápidamente la mujer, en complicidad con su hija.

Yami sonrió. Le agradecía a su madre.... ahora, esperaba que Akita comprendiera un poco mejor las cosas.

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